Siempre se pide que los responsables de manejar al fútbol desde adentro no fomenten la violencia para los de afuera. Resulta imposible pedirle serenidad a la gente en un estadio cuando una persona detrás de un micrófono no lo hace. Esto sucedió en el interior de Brasil entre Guaraní y Ponte Preta. La voz del estadio, aquella persona encargada de informar al público, calificó a la torcida visitante de “gallinas”, lo que desató la bronca y provocó enfrentamientos con la policía.
Al finalizar el encuentro la policía arresto al locutor.
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Por: Pablo Spezzano