El 20 de agosto de 1933, El Debate anuncia las bases del concurso organizado por la distribuidora S.I.C.E. para la confección del cartel, con un premio de mil pesetas (el precio del periódico ese día era de 20 céntimos), que se fallará el 20 de septiembre. Entre el 17 y el 23 de septiembre, en la entrada del cine Avenida en la cartelera de numerosos diarios (La Libertad [2], El Debate [3] o La Hoja Oficial del Lunes [4]) se avisa al público (al que se permitía votar): “Vea en los vestíbulos los carteles del concurso King Kong”.
El 14 de septiembre, Jueves Cinematográfico dedica a la película una columna, afirmando que “Desde los tiempos de ‘El mundo perdido’, nadie había abordado una empresa tan costosa [5] y difícil como la de hacer revivir en la pantalla a los monstruos prehistóricos.” Y el día 21 nos informa de la controversia que ha generado en Birmingham, donde se debatió la conveniencia de permitir su exhibición. Al parecer, ya la Junta de Censura Cinematográfica de Sidney había dado el visto bueno con la admonición de “que los exhibidores prevengan a las personas de ‘temperamento’ nervioso de que dicha película no es apropiada para nervios frágiles” [6].
El Noticiero Gaditano dedicó los días 19, 20 (reproducida el día 27 en Las Provincias de Valencia, donde se estrenó el lunes 30 de diciembre) y 21 de octubre sendas columnas en las que manifiesta su total devoción por el filme –estrenado en Cádiz el día 30 en el Gran Teatro Falla- y que “Con absoluto rigor científico, y bajo la dirección de expertos hombres de ciencia, han sido reproducidos los extraños seres que se nos ofrecen en la pantalla”.
Pero no todo fueron buenas críticas: En el número de octubre de la revista especializada Nuestro Cinema, Piqueras reconoce avances técnicos, pero “la idea que sirve de base a King Kong es completa y absolutamente absurda” y, en cuanto a los dinosaurios, “no se ve nada ‘vivo’ sino algo que se mueve a la fuerza. En este sentido, cualquiera lucha de fieras del peor documental al uso, es mucho más emocionante que las luchas ‘gigantosauras’ de King Kong”. El 25 de octubre, Córdoba Deportiva la atacó con el exaltado ánimo propio de un exorcista [7] y, aunque el estreno fue el 21 de octubre, el día 18 Diario de Córdoba ya había publicado una crítica negativa [8] de un crítico que debía haberla visto en Madrid.
Con todo lo que más nos llama la atención de esta entrega del periódico es un anuncio de la misma página en el que se indica que, en el teatro Duque de Rivas se va a proyectar la película próximamente y como promoción se está repartiendo “una colección de las historietas KING KONG”; el día siguiente –en que también se publicó en el diario republicano cordobés La Voz– aclara que componen la colección “seis preciosas historietas” y el día 20 que se entregaba una cada día (“Pida hoy la número tres”); posiblemente, cada número estuviera protagonizado por un monstruo diferente, a tenor del anuncio publicado el 21 de octubre en El Sur que, tras recordar que “Willis O’Brien ha creado seis colosales monstruos antediluvianos” para el filme, anuncia que al día siguiente se regalarán a los niños las entregas número 4 y 5 de las historietas; el día siguiente, Diario de Córdoba y La Voz anuncian el regalo de las tres últimas entregas [9].
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[1] El secreto del mar (Bellow the Sea; Albert S. Rogell, 1933).[2] El 21 incluía la cuña de S.I.C.E. “Sugestión”, en referencia a la que Fray Wray ejerce sobre el mono que, “Por ella combate contra el pterodáctilo, el tiranosaurio y otros espantosos monstruos que vivieron hace millares de años”. Los días 5 y 7 de octubre el diario publicó sendas columna promocionales, ante el inminente estreno el Avenida.[3] El 24 publicó la crítica “Una gran producción de la R.K.O.”, concluyendo que “King Kong es una de las películas de las que puede enorgullecerse la cinematografía y que marcará una fecha memorable en la historia de este arte.” El 5 de octubre la reeditó para promocionar el estreno, y el día 8 editó otra cuña promocional. El 21 la califica de éxito que va camino de batir un récord de permanencia en cartel y público.[4] El 9 de octubre recordó que se trataba del día el estreno en una breve reseña. Y el 16 informa que sigue proyectándose con gran éxito en el Avenida.[5] Para dar idea del presupuesto de la súper-producción, el diario explica que sólo las avionetas que destruye el gorila gigante en la escena final costaron 23.000 dólares, monto superior al que manejaba cualquier producción habitual de la época.[6] También dedicaron columnas a publicitar el filme La Voz de Aragón (se estrenó en el cine Alhambra el día 31), El Día Gráfico, La Nación, Heraldo de Castellón (donde se pasó en el Salón Royal), El Be Negre, Mirador, La Voz de Menorca (donde la vieron en el Teatro Principal de Mahón), El Cantábrico o La Voz de Cantabria (allí la vieron en el cine Pereda). Al Tívoli de Barcelona llegó el lunes 20 de noviembre, como cuenta el miércoles El Día Gráfico.[7] “Esto no es más que otra película de monstruos de la serie que nos están lanzando los productores norteamericanos. Lo peor es que el público se sienta tan aficionado a estas “monstruosidades”. Bien está la fantasía cuando está nutrida de un idealismo constructivo; pero fantasear disparates y contemplarlos con delectación, aunque se quiera disimular como un gesto ingenuo, viene a ser una especie de degeneración perniciosa y de pésimo gusto”. Sí, amigos, ya lo sospechábamos pero esto lo confirma: somos todos una pandilla de degenerados.[8] “Desde luego, se advierte un deseo de superación, pero en técnica y procedimientos, no es ni lo corriente, al contrario, vuelve atrás, lo cual no es muy meritorio, toda vez que lo hace para copiar antiguallas de las que el público está harto de ver en la pantalla”. Suponemos que este crítico ya estaba de vuelta tras los dinosaurios de El mundo perdido, pero no creemos justificadas sus palabras.[9] Las versiones españolas en viñetas de este filme que conocemos datan de 1934 y 1935, respectivamente, por lo que ignoramos a qué historietas se refiere el anuncio. Si algún cordobés puede arrojarnos algo de luz sobre estos tebeos, le estaríamos muy agradecidos.