Camaradas,
A pesar de que el cerco en torno a Kiev, y con él el destino de cinco ejércitos soviéticos, haya quedado sellado, no se puede decir ni mucho menos que los combates se hayan detenido. Todo lo contrario. Los ejércitos cercados han recrudecido la lucha, tratando de salir de la trampa y combatiendo con rabia para obtener la libertad. Tanto desde dentro como desde fuera, con fuerzas frescas enviadas por el Alto Mando Soviético para tratar de rescatar a Budenny.
La Wehrmacht se está viendo obligada a resolver algunas situaciones críticas, en especial a lo largo del sobreextendido flanco oriental de Guderian. Sin ir más lejos, en el día de ayer cerca de Romny cuatro divisiones soviéticas se lanzaron contra la 10ª División de Infantería Motorizada Alemana. Unas pocas baterías antiaéreas hubieron de desplegarse a menos de 800 metros del puesto de observación de Guderian, en lo alto de la torre de la prisión de Romny. El ataque soviético fue rechazado sólo después de grandes dificultades.
En Putivl los cadetes de Kharkov sin dejar de cantar se lanzaron al asalto contra las posiciones de la 17ª División Panzer y del Regimiento de Infantería Grossdeutschland. Fueron masacrados hasta el último hombre. Cerca de Novgorod Severskiy, seis divisiones soviéticas con el apoyo de formaciones blindadas se abalanzaron sobre la aguerrida 29ª División de Infantería Motorizada.
Pero todo ha sido en vano. Los ataque rusos no tienen coordinación alguna, sino que se dispersan a lo largo de todo el Kessel. Aunque hayan conseguido crear algunas situaciones críticas, no han logrado cambiar el curso de la batalla. Los rusos no han logrado perforar el expuesto flanco de 155 millas de longitud de Guderian en un solo punto.
En el día de hoy, la infantería del 6º Ejército Alemán –en particular, las divisiones del XXIX Cuerpo de Ejército- han capturado Kiev después de más de un mes de combates.
El Mariscal Budenny, el antiguo compañero de armas de Stalin y otrora sargento en el Ejército Zarista, ha sido evacuado por avión del Kessel. Stalin no quería que su héroe de la Revolución cayera en manos alemanas. El mando de Budenny volvió al Coronel General Kirponos, que desde hace días ha estado rodeado y tan sólo hace unas horas ha recibido el permiso de Stalin para retirarse. Éste ha llegado demasiado tarde, y Kirponos ha resultado muerto junto con su Jefe de Estado Mayor, Teniente General Tupikov, en una emboscada en la que ha sido aniquilada la mayoría de su columna de mando, compuesta de un millar de hombres.
El Ejército Rojo se enfrenta al mayor desastre de su Historia. Atrapados en campo abierto, los soldados de infantería rusos combaten con su tenacidad habitual mientras los Panzer van cazándolos uno a uno y los Stukas hacen saltar por los aires sus puntos fuertes. Pero no tardarán mucho en quedarse sin municiones y víveres. El final no se alargará mucho. La propia Kiev es una devastada sombra de lo que una vez fuera una hermosa ciudad, cubierta de escombros y despojada de todo lo que pudiera resultarle útil al invasor alemán. Las instalaciones de energía y agua han sido saboteadas y miles de bombas con espoleta retardada han sido dejadas detrás por los bolcheviques para completar la destrucción.
Sieg Heil!Nichts für uns, alles für Deutschland!