La yihad, paraíso sexual

Publicado el 24 mayo 2015 por Cronicasbarbaras

Los despiadados combatientes del DAESH, el Califato, que arrasan con todo vestigio preislámico, que matan y violan incansablemente a las mujeres que capturan, son el resultado extremo de una fe que enaltece el machismo. 

Su sexualidad exacerbada trata de imitar a Mahoma, que tuvo un mínimo de nueve esposas, quizás medio centenar, y que según distintos hadizes era un superhombre con todas ellas. 

Estamos ante seres exaltados por la parte de la religión que estimula la sexualidad del hombre, más que ninguna otra, que tiene a la mujer que no sea la principal como animal de tiro y como concubina o esclava sexual, el anticipo terrenal de las renovables virginales 72 huríes del Paraíso, creadas por Alá únicamente para proporcionarle placer al creyente. 

Muchos jóvenes sexualmente fracasados van a luchar al Estado Islámico porque allí tienen sexo terrenal garantizado, sin trabas y a su capricho. 

La guerra les proporciona mujeres, y muchas musulmanas reprimidas marchan también al Califato huyendo del puritanismo familiar: buscan sexo heroico como esposas de los guerreros, que comparten con sus esclavas. 

La fe salafista es el escaparate. La tienda contiene solamente machismo y sexismo, los elementos básicos del yihadismo y de su expansión; incluso muchos musulmanes moderados disculpan interiormente esa conducta al imitar la supervirilidad del profeta. 

Las mujeres ajenas al jihadismo huyen horrorizadas de los mercados de esclavas sexuales y zocos para subastarlas que crea el Califato, como acaba de denunciar la representante especial sobre Violencia Sexual en Conflictos de Naciones Unidas, Zainab Bangura. 

Siendo una piadosa musulmana, ha calificado como horripilante el Estado de terror sexual establecido por el DAESH, pero sin explicar por qué existe: sus propias creencias le impiden reconocer que para los machos el Califato es el Paraíso en la tierra.

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SALAS