... Muchos jóvenes sexualmente fracasados van a luchar al Estado Islámico porque allí tienen sexo terrenal garantizado, sin trabas y a su capricho. La guerra les proporciona mujeres, y muchas musulmanas reprimidas marchan también al Califato huyendo del puritanismo familiar: buscan sexo heroico como esposas de los guerreros, que comparten con sus esclavas. La fe salafista es el escaparate. La tienda contiene solamente machismo y sexismo, los elementos básicos del yihadismo y de su expansión; incluso muchos musulmanes moderados disculpan interiormente esa conducta al imitar la supervirilidad del profeta. Las mujeres ajenas al jihadismo huyen horrorizadas de los mercados de esclavas sexuales y zocos para subastarlas que crea el Califato, como acaba de denunciar la representante especial sobre Violencia Sexual en Conflictos de Naciones Unidas, Zainab Bangura. Siendo una piadosa musulmana, ha calificado como horripilante el Estado de terror sexual establecido por el DAESH, pero sin explicar por qué existe: sus propias creencias le impiden reconocer que para los machos el Califato es el Paraíso en la tierra... PINCHE ABAJO PARA LEER LA CRÓNICA COMPLETA Y VER A SALAS...
via cronicasbarbaras.blogs.com