La zona, Javier Negrete y Juan Miguel Aguilera

Publicado el 29 enero 2016 por Ana Bolox @ana_bolox
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La zona, Javier Negrete y Juan Miguel Aguilera

La zona" />La zona">">La zona">">La zona" height="239" width="159" alt="La zona" class="alignleft wp-image-2760 size-full" />Datos del libro

  • Nº de páginas: 456 págs.
  • Encuadernación: Tapa blanda
  • Editorial: S.L.U. ESPASA LIBROS
  • Lengua: CASTELLANO

Jamás pensé que me fuera a ver en una de éstas, quiero decir, leyendo una novela de zombis, o medio zombis.

Compré La zona el mismo día que me daban las vacaciones de Navidad, justo después de ver el 7º episodio de La Guerra de las Galaxias en 3D. Había una Casa del Libro junto al cine y, en cuanto terminó la película, me fui directa allí. Era la mejor tarde del mundo: vacaciones, cine genial y unos cuantos libros para casa.

Lo cierto es que no soy muy dada a leer literatura española de escritores actuales, pero este año me he puesto esa tarea como deberes. De modo que estaba en la Casa del Libro, con unos cuantos títulos bajo el brazo, entre ellos Nano, de Robin Cook, y de repente me topé con La zona. Me apetecía mucho leer un thriller médico, de ahí que llevara Nano conmigo, y, al leer la sinopsis de La zona, decidí que lo añadiría a mi pila de libros aquel día: dos tecnothrillers, uno extranjero y otro español.

Una de zombis

Lo que no sabía, y jamás imaginé, pues de otra forma este libro nunca se habría venido conmigo a casa, es que iba a pasar casi 500 páginas en compañía de zombis.

¿Zombis? ¿Yo? Bueno, supongo que en la vida hay que tener experiencias de todo tipo y a mí me aguardaba una sobre muertos vivientes en mi camino. Os diré que no he pasado demasiado miedo (que esa es la razón principal –no la única, eso sí– de que no lea este tipo de novelas), pero es verdad que, en La Zona, los autores se las arreglan para hacer pasables a sus monstruos e incluso saben cómo utilizarlos para crear algunos buenos y entretenidos momentos de tensión. ¡Y eso sin hacer demasiada casquería ni llevar a los lectores cobardones, como yo, a pasar miedo!

Así que, vale, acepto pulpo como animal de compañía y les perdono que me “engañaran” con la sinopsis porque no me han aterrorizado ni provocado pesadillas.

¿Y de la novela qué cuentas, pesada?

Pues que está curiosita. La zona parte de una premisa moral que debería avergonzar a la sociedad occidental: la de la hipocresía de consentir que sea mano barata y semiesclavizada la que cultive las verduras frescas que después nosotros consumimos a precios razonables, pero por la que no pagamos lo suficiente para que esos hombres y mujeres que llegan a Europa por la puerta de atrás ganen un sueldo decente y puedan vivir en unas condiciones dignas de un ser humano.

A partir de esa proposición crítica, los autores construyen una historia en la que desde el principio está vendido casi todo el pescado. No hay mucho que sorprenda en La zona, salvo quizá, y esto es una crítica sarcástica, lo admito, la enormidad de construcción subterránea que hay bajo el centro médico de Matavientos, población en la que se desarrolla la historia. Es increíble la cantidad de cosas que pasan allí abajo mientras los protagonistas son perseguidos por un grupo de paramilitares. Kilómetros y más kilómetros de pasillos. Hubo un momento en el que llegué a pensar que, si daban unos pasos más, los personajes asomarían la cabeza a la cripta de la catedral de Santiago de Compostela.

Bueno, ¿y qué más?

Aunque he leído por ahí que hay quien piensa que la novela se hace pesada por lenta y por la cantidad de información técnica que ofrece, yo no opino así. No creo que sea lenta y tampoco pienso que la información sea excesiva. Por el contrario, me parece que, en general, los autores saben integrarla bastante bien y, además, en ella incluyen algunas curiosidades muy llamativas.

Es en el apartado personajes en el que más crítica soy. No creo que Negrete y Aguilera hayan logrado crear un grupo de buenos personajes. Los secundarios, en los que puede verse mucho de la España profunda, sí son creíbles, pero no los principales. Nuestro héroe es un tipo excepcional, un chico malote que en realidad tiene un corazón de oro, y nuestro antagonista es un hombre malísimo, un psicópata que no acaba de convencer.

Luego tenemos a Laura Fuster… Lo siento, pero no veo que haya recorrido un buen arco dramático a lo largo de las casi 500 páginas que ocupa La zona. Negrete y Aguilar tenían en ella a un personaje ideal para recrearse en lo que a evolución y cambio se refiere, pero creo que no lo han conseguido. Al final, el tipo duro y bueno le saca las castañas del fuego y ella descubre un amor que no se cree ni la adolescente más romántica en plena período hormonal.

Personajes muy tópicos y típicos que no acaban de convencer.

La zona es una novela, pues, con la que pasas un buen rato, pero que no va mucho más allá de eso. Recomendable para vacaciones de verano.

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