Aquellos que como yo peinamos canas, recordamos los años de la llamada "guerra fría" que sostuvieron los EEUU y la ex Unión Soviética por el dominio de espacios y amenazas de ataques que felizmente nunca se produjeron, salvo algunas escaramuzas.
Fue una época en que los temas de espionaje fueron llevados a muchos libros, entre brillantes y mediocres. Así como hubo una época en que la llamada novela negra invadió las librerías, también vivimos una gran oferta de historias de espionaje en ambos lados del muro (ex-de Berlín).
Es el caso del libro Laberinto, en donde Larry Collins nos relata una historia de espías, al más puro estilo Clancy, Forsyth o Le Carré, con un componente científico inusual.
En colaboración con desertores de la ex-KGB, antiguos altos funcionarios de la CIA y apoyado por investigadores en vanguardia de una revolución en los conocimientos científicos del cerebro, Collins plantea en su libro una conspiración diabólicamente inteligente.
En el centro de todo el embrollo se halla una hermosa científica soviética y el recién nombrado jefe de la KGB, un hombre decidido a frenar el desarrollo de la Perestroika, evitar la decadencia de la Unión Soviética y afrontar el auge del fundamentalismo islámico que amenaza con fragmentar el imperio soviético.
La trama de la novela se enmarca en el enfrentamiento de los dos departamentos de parapsicología de los servicios de espionaje de la CIA y la KGB. En la CIA estudian y trabajan con médiums, psíquicos y otros especialistas, que les ayudan a localizar submarinos soviéticos en mapas, (fueron el dolor de cabeza de los norteamericanos).
Por su lado, la KGB, que como siempre son los que inician los roces, consiguen hacerse con un escáner cerebral del presidente de los USA, robándolo de su chequeo médico anual, ese al que se somenten los jefes de estado de todos los países.
Con él, y con ayuda de su departamento de “psi-war” desarrollarán una máquina que afecte a sus ondas cerebrales, provocándole puntualmente ataques de ira. Esos ataques, dirigidos en momentos puntuales, en medio de una crisis, harán que las decisiones del presidente americano sean viscerales, y no meditadas, y pondrán al gobierno americano en una delicada situación.
El protagonista de la novela es Art Bennington, director del Departamento de Ciencias del Comportamiento de la CIA, quien con el apoyo del FBI seguirá la pista a los rusos, para impedir que el mal llegue a una situación irreversible.
Parece que no existe versión cinematográfica de esta novela.