Debido a que los bebés prematuros no tuvieron la oportunidad de desarrollarse al máximo en el útero, son más pequeños, de bajo peso y tienen más riesgos de desarrollar problemas médicos. Es de suma importancia el que la madre lleve su leche a la unidad de intensivo neonatal, ya que la leche materna toma el lugar de lo que hubiese tomado la placenta si el parto se hubiese dado a término.
El amamantar directamente al pecho no es usualmente una opción inmediata para el bebé prematuro. Sin embargo todos estos bebés se pueden beneficiar de recibir leche materna. Muchos infantes prematuros tienen que recibir primero alimentación intravenosa desde varios días hasta semanas—dependiendo de la necesidad del infante. Luego de este periodo los infantes son alimentados por sonda—dónde el alimento (que puede ser leche materna) es llevado hasta el estómago a través de un tubo.
Debido a la importancia de la leche materna para estos bebés la madre debe comenzar a estimularse los pechos con una bomba de extracción lo más pronto luego del parto. La frecuencia con que se estimulan los pechos es crucial para iniciar y mantener un buen suplido de leche en la madre. Se recomienda que la madre utilice una bomba de extracción doble y la utilice al menos unas 6 veces en un periodo de 24 horas por unos 20 minutos, para un total de 120 minutos al día.
Señales que el bebé está listo para el pecho:
- Tiene una edad gestacional de 34 semanas.
- Pesa más de 1500 gramos.
- Ha desarrollado el reflejo de búsqueda.
- Ha desarrollado el instinto de succión.
Las primeras alimentaciones del bebé al pecho son de práctica. Es normal que al principio el bebé tenga dificultad en agarrar el pecho, y hasta que se quede dormido. Le tomará al bebé varias sesiones de práctica antes de que este logre amamantar bien.
Fuente: LACTED.