Uno de los mitos más extendidos sobre lactancia materna es que con pezones planos o invertidos no es posible amamantar con éxito.
Aproximadamente un 10% de las mujeres tiene los pezones planos o invertidos, así que si esta creencia fuera cierta, el 10% de las mujeres tendrían problemas en su lactancia sólo por eso.
Lo cierto es que el aspecto externo del pezón no es tan importante como la protractibilidad del pezón.
La protractibilidad de un pezón podemos verla haciendo la “maniobra de la pinza” que únicamente consiste en presionar con los dedos en el borde de la areola y ver cómo se comporta el pezón.
Según la autora Jan Riordan (Breastfeeding anf human Lactantion), los pezones se deben clasificar de la siguiente manera:
- Normal protráctil: protruye con la presión
- Normal retráctil: no protruye aunque su aspecto es normal
- Invertido con inversión simple: plano o invertido que protruye con la presión
- Invertido con inversión completa: plano o invertido que no protruye
Clasificación del pezón. Riordan y Auerbach, 1998
Para que la lactancia funcione correctamente, el bebé debe agarrar el pecho de forma efectiva y el pezón de la madre crece dentro de la boca del bebé hasta alcanzar el punto donde comienza el paladar blando, por tanto, por muy plano que sea un pezón si protruye con normalidad, no tiene por qué dar ningún problema en la lactancia.
Sólamente el pezón con inversión completa puede dar algún tipo de problema en el agarre del bebé y producir dolor en la madre debido a las adherencias que lo mantienen hacia adentro.
Todos los pezones (incluso los más invertidos) protruyen mejor en la segunda lactancia y después de haber pasado por dos embarazos, por eso algunas mujeres que tuvieron problemas de agarre en su primera lactancia, no los tienen en sus siguientes lactancias.
¿Qué se puede hacer?
Hay otra creencia que indica que las mujeres con pezones planos deben prepararlos para la lactancia durante el embarazo y esta práctica se ha visto que no tiene ninguna utilidad y además es bastante desagradable para las mujeres, así que actualmente está desaconsejada.
Por tanto durante el embarazo no hay que hacer nada para preparar los pezones para la lactancia.
Una vez nace el bebé, muchas mujeres con pezones planos no necesitan hacer nada especial porque el bebé es capaz de “sacar el pezón” gracias al agarre y no tienen ningún problema.
Sin embargo si se desea, para facilitar la tarea del bebé, se pueden hacer algunas cosas para sacar el pezón justo antes del agarre:
- Enfriar el pezón para se ponga erecto tocándolo con algo frío
- Sacar el pezón con un sacaleches
- Utilizar una jeringa colocada del revés para sacar el pezón
Por otra parte, es importante asegurarse que el agarre es correcto para que no haya problemas de lactancia, especialmente en pezones invertidos.
Puede ser necesaria ayuda para un buen agarre, sobretodo las primeras semanas:
- se puede estimular la boca del bebé con el dedo para no tener que utilizar el pezón
- se puede introducir el pezón hacia el paladar el bebé y sujetarlo dentro hasta que el bebé haya succionado un rato (para asegurarnos que el pecho está bien cogido)
- en este caso es fundamental no interferir en la lactancia con chupetes o tetinas
- es importante dar confianza a la madre para que confíe en su capacidad de amamantar
- si todo falla, se puede utilizar una pezonera hasta que la lactancia esté bien establecida
Como conclusión decir que si una mujer tiene los pezones planos o invertidos, no debe angustiarse, porque lo normal es que la lactancia funcione con normalidad.
Imágenes Pixabay y Wikihow