Revista En Femenino

Lactancia, sexualidad, feminismo y economía

Por Teresa Escudero Ozores
Durante años he discutido con amigas feministas sobre lactancia. Hoy quiero compartir dos artículos que están muy cerca de la visión que tengo de la lactancia, que a mi modo de ver no es contradictoria con el feminismo ni con el activismo a favor de los derechos de la mujer. El primero es de una compañera del curso de Perinatal, Chiara Leoni, y me ha parecido genial por lo breve y a la vez por lo completo que es:

LACTANCIA YSEXUALIDAD: RECUPERANDO LA RELACIÓN CON NUESTRA NATURALEZA


La lactancia es una fase natural del ciclo sexual de la mujer. ¿Qué entendemos por sexualidad?Si hablamos de sexualidad en sentido amplio, tenemos que incluir la afectividad que pasa por el sentido del tacto, y que va a desarrollar los fenómenos hormonales que sustentan la relación sexual y el vínculo afectivo en general, el parto y la misma lactancia.Permitiendo que la mujer se reapropie de su naturaleza mamífera y conecte de manera profunda con su sexualidad, va a abrir camino a una lactancia más fluida y satisfactoria
En nuestra sociedad, por lo general, hablar desexualidad en relación con la lactancia nos chirría. Tendemos a considerar la lactanciay en general el puerperio y la condición de maternidad, como un momento de negación de la sexualidad: una “madre asexuada”, una mujer poco apetecible a nivel sexual.La psicoanalista argentina Laura Gutman puede darnos una clave de lectura en relación con el concepto de “mujer salvaje”. Hoy se define “salvaje” como atributo peyorativo, “falto de control; en realidad, el individuo salvaje está “conectado con su propia naturaleza”. La criatura salvaje se desarrolla acorde con su integridad innata y saludable.La mujer, de manera especial, pierde mucho cuando se aleja de su propia naturaleza (Pinkola Estés, 1998). Sin el costado salvaje, la psicología femenina carece de sentido.Parto y lactancia son las mejores oportunidades para que la mujer se conecte con sus aspectos más naturales y animales. Estamos aterrorizados por nuestros aspectos animales, porque nuestra cultura nos lleva a hacer de todo para que  o filtren en nuestra manera de ser. Por esta razón le dificultamos a la mujer que se conecte con su esencia natural a raíz de parto y lactancia.En palabras de Laura Gutman (2012), “la lactanciaes continuación y desarrollo de nuestros aspectos más terrenales, salvajes, directos, filogenéticos. Para dar de mamar deberíamos pasar casi todo el tiempo desnudas, sin largar a nuestra cría, inmersas en un tiempo fuera del tiempo, sin intelecto ni elaboración de pensamientos”. No necesitamos horarios, reglas, consejos sino contención yconfianza para ser nosotras mismas. La insistencia para que la madre se separe del cuerpo del bebé desactiva la animalidad de la lactancia.Por otra parte, el “alimento” que se transmite mediante la lactancia no es sólo la leche sino también la relación entre los cuerpos. En nuestra sociedad y cultura necesitamos recuperar el “sentido del tacto”, que permite vivir la sexualidadcomo ámbito mucho más amplio que la genitalidad.Según el antropólogo Ashley Montagu (2004), no se puede dar una sexualidad fluida sin una conexión profunda a nivel de piel, que va a desencadenar una cascada hormonal oxitocínica sobre la cual se basan los procesos de vinculación, tanto en el enamoramiento como en el posparto. Hay mucha relación entre el impedir el contacto madre-bebé yel fracaso de muchas lactancias. Muchas veces se tiende a culpabilizar a la madre por “no haber hecho lo suficiente” sin considerar que muchas prácticas rutinarias que usamos los profesionales de la salud interfieren con la cascada hormonal oxitocínica y prolactínica que está en la base del desarrollo de un buen parto, una vinculación óptima y una lactancia satisfactoria.Oxitocina y prolactina son dos hormonas que están íntimamente relacionadas. La oxitocina, la hormona que determina el reflejo de expulsión en el parto, estimula la producción de prolactina. La cascada prolactínica se instaura una vez que se ha desprendido la placenta y permite el inicio de la producción de leche. En los primeros días tras el parto, la lactancia puede estar sustentada hasta sólo por las hormonas: es sólo con la bajada gradual del pico hormonal que la lactancia, para mantenerse, tiene que fundamentarse sobre la estimulación (del niño o del sacaleche o técnica manual de expresión de leche).Hasta cuando la prolactina se ha estabilizado, el hecho de que la madre no se sienta a gusto yrelajada puede bloquear el reflejo oxitocínico de la eyección de la leche: aunque la leche se produzca, no sale con fluidez. El cortisol es el antagonista de la oxitocina y es la hormona que se activa con el estrés.Parece evidente y probado que la oxitocina, hormona que sustenta la lactancia, es la misma que sustenta el parto y el orgasmo. Los mecanismos musculares del útero y de la mama, estimulados por la secreción de estas hormonas, son sorprendentemente iguales (Rodrigáñez Bustos, 2007).Negar la animalidad de la mujer en el parto y, por ende, en la lactancia equivale a negar la feminidad misma.Los pechos se consideran un símbolo sexual, un elemento finalizado al placer masculino; sorprendentemente se niega la experiencia de placer femenino que la mujer experimenta en lalactancia. La prolactina es una hormona tranquilizadora; la oxitocina ha sido definida “la hormona de la calma, del amor y la sanación” (Uvnäs Moberg, 2009).No podemos negar nuestra animalidad filogenética, en cuanto somos mamíferos (Odent, 2011).
Referencias bibliográficas
Gutman, L. (2012). La maternidad y el encuentro con la propia sombra. Buenos Aires: Del Nuevo Extremo.Montagu, A. (2004). El tacto. La importancia de la piel en las relaciones humanas. Barcelona: Paidós Ibérica.Odent, M. (2011). El bebé es un mamífero. Tenerife: OB STARE.Pinkola Estés, C. (1998). Mujeres que corren con los lobos. Barcelona: Ediciones B.Rodrigáñez Busto, C. (2007). Pariremos con placer. Apuntes sobre la recuperación del útero espásticoy la energía sexual femenina. Murcia: Crimentales. Disponible enhttps://produccioneslesbofeministas.files.wordpress.com/2011/10/pariremos-con-placer.pdf, visitada el 9.03.2015.Uvnäs Moberg, K. (2009). Oxitocina. La hormona de la calma, el amor y la sanación. Barcelona: Obelisco.
Y el segundo es del seminario Pikara Magazine, compartido por una de las madres de mi consulta, ¡gracias, Esther!! Podeís consultarlo en este enlace:http://www.pikaramagazine.com/2015/04/lactancia-feminista/
¡Espero que os ayuden a reflexionar sobre vuestras lactancias desde otros puntos de vista!! Un abrazo. 

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