Hoy quería compartir con vosotras/os la experiencia de una mami, amiga mía y comentarista de este blog ( conocida como MamadeBegues ).
En alguna de mis entradas anteriores, han surgido preguntas sobre lactancia y embarazo, pero como yo no lo he vivido, he preferido que alguien que si ha pasado por ello, aportará su valioso testimonio. Espero que os guste.
Desde el momento en que tuve claro que iba a ser madre supe también que no iba a tener solo un bebé. Así que cuando Clàudia, nuestra primera hija tubo 18 meses convencí a su papa, Rafa que era el momento de ir a por el segundo.
Aun recuerdo mi comentario “Será difícil que me quede embarazada, aun no me ha venido la regla”. No me refería a aquel ciclo en concreto, no. Clàudia, además de otros alimentos tomaba teta a demanda, lo que venían a ser unas 4 o 5 tomas durante el día y una a ninguna durante la noche. Y aunque dormía más de 6 horas seguidas no había vuelto a ovular. Y supongo que ocurrió porque al primer intento hicimos diana.
Desde el primer momento en que Clàudia se entetó pensé que no iba a ser yo quien la destetara, ya lo haría ella cuando estuviera preparada. Por lo que seguí con la lactancia materna.
Leí que solo estaba contraindicado en casos muy concretos donde está probado que la succión provoca contracciones.
Durante el embarazo la producción de leche disminuye y parece ser que también cambia el sabor. Además a partir de la semana 24 de gestación se produce calostro. Eso es porque la producción de leche responde a las necesidades del pequeño en cuanto a composición, es decir que durante el último trimestre del embarazo y los primeros días de vida se produce calostro.
Sinceramente para mi no fue un camino de rosas. La niña se sentía frustrada, con el esfuerzo de siempre sacaba menos cantidad, el sabor no era ya el mismo y yo tampoco estaba igual. Desde el primer día de embarazo mis pechos estaban hipersensibles y la succión me resultaba bastante molesta. Fueron momentos difíciles, de llanto por ambas partes.
Finalmente Clàudia redujo las tomas. Durante el primer trimestre 3 al día. En el segundo 2 y durante el tercer trimestre ninguna.
La verdad, se lo agradecí. Y me siento aun un poco mal al decir (y pensar) así, pero es lo que ocurrió. Estaba cansada y la panza hacía difícil encontrar una posición cómoda durante las tomas. Por no mencionar el tema de la hipersensibilidad de los pezones.
Al nacer Martina volví a ofrecer teta a Clàudia. Al principio ¡¡¡SORPRESA!!!! la rechazó. Al cabo de unos 7-8 días volví a ofrecérsela y aceptó aunque tuve que mostrarle como succionar. Parece mentira lo rápido que se pierde el reflejo de succión. Pero ese es ya otro tema…
Gracias Anna por dejar que aporte mi granito de arena a tu blog y saludos a todas.