¿Deberíamos consumir lácteos?
Hay muchos alimentos que generan controversia, aquellos que algunos expertos consideran como el primer paso de una buena y saludable comida, mientras que otros los ponderan como verdaderos venenos. Uno de esos grupos alimenticios son todos los productos lácteos. Es por eso que hoy vamos a hablar sobre qué sucede en nuestro cuerpo cuando consumimos alimentos lácteos, así como quiénes podrían y quiénes no deberían consumirlos y, sobre todo, lo haremos de manera objetiva.
¿Cómo decidimos si podemos o no consumir ciertos alimentos?
Lo primero que necesitamos entender es cómo decidir si ciertos alimentos son saludables para nosotros o no. ¿Cómo podemos llegar a saber esto?
Los factores decisivos pueden ser alergias o la sensibilidad de nuestro cuerpo hacia los alimentos que estamos comiendo, o la relación entre ellos y nuestro sistema inmunológico. Las sustancias tóxicas o dañinas que podemos incorporar en nuestro cuerpo a través de los alimentos que comemos.
- ¿Cuál es el efecto que ciertos alimentos pueden tener en nuestra flora intestinal?
- ¿Cuáles son los componentes nutricionales, las vitaminas y los minerales que estos alimentos contienen?
- ¿Qué otros factores, como creencias religiosas o éticas, pueden limitar su consumo?
Tal es el ejemplo del veganismo hacia los productos lácteos. Como puede ver, hay muchos factores. No se preocupe, vamos a ver cada uno de ellos para que pueda entender si puede o no consumir productos lácteos, sabiendo que la respuesta no es blanco o negro y hay algunas excepciones.
Alergias y sensibilidad
Muchas personas tenemos alergias y sensibilidad a los lácteos que están relacionados con nuestro sistema inmunológico.
Cuando nuestros intestinos no pueden digerir correctamente los alimentos, desarrollamos algo llamado sensibilidad o intolerancia alimentaria.
En cuanto a los lácteos, la evidencia es muy clara. Cuando somos niños, nos alimentamos con leche materna para ser nutridos y de hecho es infinitamente superior a la leche en fórmula. Muchos estudios han demostrado cómo la leche materna estimula nuestra función cognitiva en comparación con la leche en fórmula.
Pero a medida que crecemos, perdemos nuestra capacidad para digerir la lactosa adecuadamente porque genéticamente no es necesario para nuestro cuerpo seguir digiriendo lácteos. Esto sucede entre todos los mamíferos.
Podemos digerir fácilmente la leche materna durante nuestros primeros dos años de vida, pero luego perdemos esa capacidad. Esta genética específica es responsable de nuestra intolerancia a la lactosa en el futuro.
La intolerancia a la caseína es más común que la intolerancia a la lactosa. La intolerancia a la caseína puede causar síntomas como malestar gastrointestinal, dolores de cabeza e incluso erupciones cutáneas. Las personas con intolerancia a la caseína pueden necesitar evitar todos los productos lácteos o cambiar a productos lácteos hechos de fuentes alternativas como leche de almendras o leche de coco.
Las creencias religiosas o éticas también pueden limitar el consumo de productos lácteos. Por ejemplo, algunos hindúes y jainistas son vegetarianos y no consumen productos lácteos porque creen que es poco ético matar animales o explotarlos por su leche. De manera similar, algunos veganos evitan los productos lácteos porque creen que es poco ético explotar a los animales para el consumo humano.
En conclusión, existen muchos factores que pueden determinar si los productos lácteos son saludables para usted o no. Estos factores incluyen alergias, sensibilidad, intolerancia a la lactosa, intolerancia a la caseína, el impacto de los productos lácteos en nuestra bacteria intestinal, los componentes nutricionales y las creencias éticas.
Mientras que algunas personas pueden consumir productos lácteos sin problemas, otras pueden necesitar evitarlos por completo o elegir productos lácteos sin lactosa o alternativos. Es importante escuchar a su cuerpo y prestar atención a cómo reacciona a diferentes alimentos, y consultar con un profesional de la salud o dietista registrado para determinar las mejores opciones dietéticas para usted.
Puntos claves sobre productos lacteos
Es importante destacar que los productos lácteos también pueden proporcionar nutrientes valiosos como calcio, proteínas y vitamina D, que son esenciales para fortalecer los huesos, la función muscular y la salud en general. Sin embargo, no todas las personas pueden tolerar los lácteos, y es importante escuchar a su cuerpo y abordar cualquier síntoma o preocupación con un profesional de la salud. La intolerancia a la lactosa es una condición común que afecta hasta el 75% de la población mundial, especialmente aquellas de origen asiático, africano y nativo americano. La sensibilidad o alergia a los lácteos puede manifestarse como una variedad de síntomas, incluyendo problemas digestivos, reacciones en la piel, problemas respiratorios y más. La investigación ha sugerido que ciertos componentes en los lácteos, como las proteínas caseína y suero, pueden potencialmente desencadenar inflamación y contribuir a enfermedades crónicas como la diabetes, enfermedades cardíacas y cáncer. Comprender su microbioma intestinal individual y cómo interactúa con los lácteos es un problema complejo que requiere más investigación, pero algunos estudios han sugerido que ciertos probióticos que se encuentran en los productos lácteos fermentados pueden tener un impacto positivo en la salud intestinal. Si busca opciones lácteas bajas en lactosa, los productos lácteos fermentados como el yogur y el queso pueden ser buenas opciones. También vale la pena considerar alternativas a base de plantas como la “leche” de almendras, la “leche” de soja o la “leche” de avena si está evitando los lácteos por completo.
Referencias:
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