De rojo, con un vestido de encaje por encima de la rodilla y con un poco de vuelo en la falda destilaba buen gusto y feminidad.
El pelo lo llevaba suelto con ondas marcadas al final de la melena, los labios del mismo tono del vestido y los zapatos en tono carne para no quitar protagonismo al vestido.
En el momento que la vi me encantó su elección.