Viajamos a Holllywood, corazón de Los Ángeles en el que actualmente tiene lugar el Festival de Cine de Los Ángeles, certamen caracterizado por reunir lo mejorcito del año visto en el circuito festivalero indie estadounidense. Allí tenemos a nuestro colaborador, el fotógrafo (además de cinéfilo) Iván Urarte, quién de primera mano nos irá contanndo mediante sus fotos y sus textos, sus personales impresiones diarias sobre joyas de las que hemos ido advirtiendo en filmin a lo largo de este 2011. Abrimos boca con "Drive," o lo que es lo mismo, el Mejor Director de Cannes, quién en los próximos días dará paso a exquisiteces como "Another Earth" de Mike Cahill (gran triunfadora en Sundance), "The Future" de Miranda July, "Tyrannosaur" de Paddy Consdine, "Page One: indside the New York Times" y otros muchos tesoros por descubrir. Nunca mejor dicho, calentamos motores.
Segundo día de festival pero primero para un servidor, tras serme imposible asistir a la Opening Night con el esperadísimo "Bernie" de Richard Linklater.
Una vez despojado de móvil y cámara de fotos que la Seguridad introducía en las típicas bolsas herméticas para congelar y haber pasado por un detector de metales (this is America...), pude entrar a la monumental sala de proyección, firme competidora al Auditorio de Sitges y sin duda, uno de los más impresionantes oásis cinermatográficos que el circuito festivalero puede ofrecer. Ahora si, era tiempo de disfrutar de una proyección cuya primera media hora sugiere todo lo que el desenlace final confirma. Estamos ante el Mejor Director del pasado Festival de Cannes.
Quién dirige es Nicolas Winding Refn, quién conduce, Ryan Gosling, driver anónimo cuyo nombre nunca llegamos a conocer, especialista, aparantemente tranquilo y, sobre todo, enigmático, quién se transforma al caer la noche conviertiéndose en conductor al servicio de la mafia. Su plan está bien concebido, hasta el día en que uno de los robos sale mal llevándole a una persecución infernal. Cómo no podía ser de otra forma, el Sr. Conductor buscará venganza en aquellos que le han traicionado.
Mucho se ha hablado de "Drive" y sus inconfundibles ecos. Es el caso de referencias estéticas que no se pueden obviar como "El club de la lucha" o si me lo permitís, incluso los retratos Edward Hopper cuando asistimos a la iluminacion en interiores siendo en las escenas de persecución nocturnas referencia obligada al "Collateral" de Michael Mann, film de enorme poderío atmosférico también impregnado por la hipnótica nocturnidad del Downtown de Los Ángeles.
Otra de sus ineludibles grandes virtudes es el trabajo sonoro. La sugerente abundancia de silencios, del no-diálogo, encuentran su complemento perfecto en la gran experiencia sonora que resulta "Drive," erigiéndose así el sonido en un protagonista mas que nos permite rellenar esos silencios regalándonos una inolvidable experiencia sonora. Ojalá empezemos a "oír " mas este recurso al que no se le suele dar su merecido protagonismo. Lo demuestran títulos como "The Treeo of life" o la propia "Drive," films, ambos premiados en Cannes, tan lejanos en concepto genérico y argumental, como hermanados por su poderío audio-visual.
Virtudes, todas ellas clave, para la sólida y misteriosa construcción de nuestro protagonista. Ryan Gosling es ese tipo duro con el que todos soñamos haber sido una vez en la vida. Un vaquero al más puro estilo del western clásico americano que cabalga al volante de su Corvette para devolvernos a esos evocadores años 80 en los que el arte y entretenimiento también podían jugar juntos.
Así es como una trama de videoclub se convierte en una atronadora joya de celuloide. En definitiva, una classic action movie en la que el espectador no encontrará una trama excesivamente compleja que le haga reflexionar (no es ese precisamente su objetivo) pero que disfrutará desde el primer momento gracias principalmente su atronador poderío visual, sonoro e interpretativo. Dicho en otro idioma...That's entertainment!