Cuando se anunció que la cadena ABC iba a remakear V hubo dos reacciones: por un lado estaban los que habían disfrutado la serie original y querían ver esta nueva versión de los lagartos, y por otro lado estábamos los que no habíamos visto la original y simplemente queríamos disfrutar de una serie que, lejos de ser original, parecía que iba a ofrecernos un buen show. Su piloto se estrenó en Noviembre y fue todo un éxito aunque no terminó de explotar, ya que lo mejor de aquel episodio (los 8 minutos de la llegada de los V) lo pudimos disfrutar una semana antes, y quitó gracia al asunto. Antes del interminable parón se emitieron los 4 primeros episodios que nos dejaron un poco fríos. La serie fue desichándose y estaba necesitada de mostrarnos la cara oculta de esos lagartos que estaban dispuestos a comerse el mundo al precio que fuese. Elizabeth Mitchell estaba totalmente desubicada y Morena Baccarin era mala, pero necesitaba ser mala malosa.
La segunda parte de la temporada nos mostró lo que ya sabíamos. V no era lo que parecía, y terminó convirtiéndose en una serie más, de esas que carecen de gracia y sentido. Los lagartos se resistían a jugar su papel de malos, la Mitchell seguía escondida (¿quién le recomendaría el papel?) y Baccarin pensaba que por poner caras de interesante terminaría consiguiendo ser mala malosa. El resto de protagonistas se hacen insoportables, desde el cura (al que sigo sin creerme), el periodista, el lagarto reconvertido y su novia, el terrorista (dios, que ser más insufrible), Joshua (no le corre sangre por las venas) o Tyler (muerte dolorosa ya).
En la semana de los Up-Fronts esperaba leer que la ABC la cancelaba (sus audiencias no son nada del otro mundo), pero mi gozo en un pozo. No sólo la renovaba, sino que otro de los estrenos más esperados de la pasada temporada, FlashForward, que había tenido una trayectoria mucho mejor en cuanto a su trama, sí era cancelada. Y estos lagartos no merecían otra oportunidad.
Que por cierto, no hago mas que hablar de largartos, pero aún no hemos visto a ninguno entero. Vale que hemos visto ojos, cachos de piel, colas, dientes y alguna que otra incineración, pero nada de cuerpos enteros. Por eso hablo de lagartos de todo a 100.