Esa noche fue emocionante subir a la cima. Estaba oscuro pero me apañaba, ya conocía bien todos los senderos. Una vez arriba me dediqué a fumar y a contemplar el lago inmenso y opaco. Todo el tiempo, incluso antes de ascender, sentí una rara serenidad. Ahora pensaba en lo que me esperaba de vuelta a casa en Belgrado. Allí me aguardaban problemas. Problemas que siempre estarían. No tenía la menor duda. No había hecho las cosas bien. No supe reaccionar a las dificultades, a los obstáculos que trae la vida. Fui injusto con algunos, irresponsable con otros, incapaz de asumir compromisos. Era sobre todo un tipo descuidado. De alguna manera conseguía resistir. Trabajaba algo, ganaba lo justo. No podría decir que he sobrevivido sin pagar un precio. Siempre lo hay. Aparece antes o después, pero aparece. Igual que no puedo decir que tuviera alguna vez un oficio serio o respetable. Y ahora, por algún milagro que no podía entender, estaba allí frente al lago.
[Sloper. Traducción de Visnja Jovanovic y José Miguel Vilar-Bou]