Título: Lágrimas en el marAutora: Ruta Sepetys
Sinopsis: En el Wilhelm Gustloff viajaban más de 9.000 pasajeros, entre refugiados, personal de abordo y militares alemanes. Debería haberlos llevado hacia la libertad y lejos del asedio al que estaba siendo sometido el este de Europa durante la Segunda Guerra Mundial. Pero nunca llegó a su destino, pues fue el blanco de varios torpedos lanzados desde un submarino soviético el 30 de enero de 1945. Apasionada por los capítulos ocultos de la historia, Ruta Sepetys da voz en esta ocasión a cuatro jóvenes protagonistas cuyos caminos se cruzan cuando son evacuados en el Wilhelm Gustloff, como los más de 4.000 niños y adolescentes que lo hicieron para ir al encuentro de su futuro. Nunca llegaron, pero sus historias no se hundieron con ellos.
La historia está contada desde cuatro punto de vista, Florian, Emilia, Joana y, el personaje que peor me ha caído, Alfred. A través de estos cuatro personajes veremos cómo lo viven cada uno al encontrarse en situaciones diferentes. Por ejemplo, Emilia es polaca, una adolescente (solo tiene 1 años) que no tiene derecho a vivir porque no es de sangre pura. Alfred es todo lo contrario, el típico alemán que se cree que lo que dice Hitler es la verdad absoluta (¿entendéis por qué no me cae bien?). Después tenemos a Joana, lituana, y a Florian, prusiano, pero de estos dos no pienso contaros nada para no perder la gracia, ya que se cuenta más adelante, sobre todo de este último.
A través de los tres primeros personajes nos adentraremos en el camino hacia el barco que los pondrán a salvo de los soviéticos, como el frío, el tener que mentir y a la vez no tratar de desvelar más de la cuenta sobre uno mismo. Alfred en cambio ya se encuentra en el barco, pero es un personaje especial, creo que es autista o algo de eso, porque parece no tener sentimientos hacia nada ni nadie y solo se obliga a sentir amor hacia Lore, pero se nota forzado.
Estructuralmente no sabría decir cuántos capítulos tiene el libro, lo que si puedo decir que son muchos ya que cada capítulo no ocupa más de tres páginas, a veces solo una, lo que le ha dado más ligereza en su lectura.
En definitiva, es un libro que merece mucho la pena leer si te gusta leer sobre la Segunda Guerra Mundial y otras partes de las historia que no son ni estudiadas, como es el caso de este libro, por ejemplo.