Lágrimas por Jade. Familias de acogida.

Por Mamaquesabe @mamaqsabe

¿Sabéis cuál es el origen de cualquier tontería? Un tonto. Vaya tontería que acabo de soltar yo, ¿eh?… Pero es que la vida está tan llena de tonterías en cualquier ámbito (incluso en aquellos en los que un niño creería que son cosas serias de mayores donde no hay cabida para ellas) Pues las hay. Y no son cosa del grupo, de política, de clases sociales, de índole económica, de instituciones… Una tontería existe porque se le ocurrió a UN TONTO. Y me pone de los nervios toparme con cualquier tonto moral. A esos tontos carentes de ética y valor propio (cuanto menos ajeno) no los tolero. Me hacen daño aún cuando ni los conozco.

Foto: www.elmundo.es

Jade (para conocer la fuente que me ha hecho escribir esto, click en su nombre) es un niño de cinco años, ¡CINCO!, que llegó desde Nigeria a España con dos años, ¡DOS! porque su madre biológica había muerto y necesitaba del ¿PRIMER MUNDO? para poder curar su tuberculosis. Lo único capaz de salvar a un ser humano es otro ser humano. Y aparece una mamá y una familia de acogida en su duro camino para acogerle el corazón, Laura, aunque es la Consejería de Bienestar Social del Principado de Asturias quien tiene su tutela. ¿Qué años más satisfactorios habrá pasado ese niño? Me los puedo imaginar. Los mismos que ha disfrutado el hijo biológico de Laura. Quizá similares a los que disfrutan tus hijos y mis hijos. Un regalo para Jade. Jade. ¡Qué bonito nombre!

No me importa la burocracia institucional que existe a su alrededor, porque entiendo lo complejo que supone ser parte de cualquier sistema. Pero conozco la sencillez de hacer las cosas bien desde mi pequeña persona, y he sorteado y sigo sorteando sistemas artificiales porque soy humana y confío en mi corazón. Así que entiendo que los sistemas fallen. No tienen corazón. Son tontos morales que solo pueden salvarse gracias a las excelentes personas que los integren. No confío ya en los sistemas. Aprendí a confiar en las personas que los conforman. Y esas personas son las que pueden hacer que no se produzcan tonterías en ámbitos donde no deberían tener cabida. Pero no. Los sistemas también tienen personas tontas dentro. Un sistema puede funcionar sin personas, pero nunca lo hará bien si no hay corazón en las personas que lo integran.

Un día llegó al colegio una persona de la Consejería de Bienestar Social y se llevó a Jade. La forma de hacerlo… fruto de algún tonto moral. ¿Su mamá estaba enferma de verdad? ¿Se tenía que ir el niño con un extraño por muy profesional que fuera? ¿Un psicólogo? ¿Un técnico? ¿Un regalito para que se fuera sin llorar, sin extrañeza? Miedo me dan ustedes si no son capaces de hacer las cosas bien como organismo. ¿Qué confianza nos transmiten a los individuos?

Ahora, Jade ¿dónde está? Si no se lo arrebataron a su familia de acogida para llevarlo al final del arcoíris no puede estar en ningún sitio mejor que donde estaba. Navidad. Se lucen. Tienen ustedes menos luces que las que yo uso para hacer magia familiar cuando juego con mi hija…

Y ahora, si tienen huevos las personas que constituyen esa Institución sin corazón, solucionen la tontería que su sistema acaba de cometer. ¿Celebrarán más días universales de los Derechos del Niño? Ya no es el dolor de Jade, ya no es el dolor de Laura, ya es el dolor de una humanidad el que deben curar para que no se nos acabe de matar lo único que da la vida: el corazón. Si este es el primer mundo… lástima que nos mire nadie con admiración de otros mundos ¿inferiores?

Así que sabed que si no hubiera ni un solo individuo tonto moral los sistemas no tendrían estos monumentales fallos. Si no me quedara la fe de que como persona en mi “micromundo” puedo hacer las cosas bien, y de que puedo enseñárselo a mis hijos, me moriría de pena. Yo creo que podemos hacer las cosas muy bien. Yo creo que tú puedes hacer las cosas muy bien. ¿Y tú? ¿Sabes que puedes hacer las cosas muy bien?

Y si queréis escuchar cómo hay familias que hacen cosas geniales por otros niños como Jade, podéis escuchar el audio del programa de Herrera en la Onda. Esa es la fe que nos queda. La fe en las personas que hacen las cosas muy bien.