Laguardia, entre viñedos y montañas
En lo alto. Entre viñedos y montañas se alza Laguardia, un pueblo donde bodegas y patrimonio compiten por su dosis de protagonismo. No faltan motivos para visitarlo: el recinto amurallado, el ambiente de sus bares de pinchos y la belleza del entorno son razones más que suficientes. Un pueblo de fábula, y no solo por su belleza, sino porque es la cuna de Samaniego.
<<Paz a los que llegan/Salud a los que habitan/Felicidad a los que marchan>>
Este es el saludo con el que nos recibe Laguardia antes de cruzar sus murallas y entrar en el pueblo por alguna de sus cinco puertas. Una vez dentro, podemos pasear por cualquier calle descubriendo sus casas blasonadas, los edificios de color tierra, diferentes pero uniformes, los bares de pintxos y sus monumentos. El recinto medieval es peatonal. Podemos caminar tranquilos mientras nos acercamos a la Plaza Mayor, al Paseo de El Collado y descubrimos sus iglesias góticas, la de Santa María de los Reyes y la de San Juan Bautista, o subimos a la Torre Abacial, el campanario exento de la iglesia de Santa María de los Reyes. Desde lo alto, tenemos unas vistas magníficas de los tejados del pueblo y de gran parte de la comarca. Vemos algunas de las bodegas más modernas de la zona, los pueblos cercanos, la Sierra de Cantabria, los viñedos y los humedales de Laguardia declarados, por su importancia ecológica, como biotopos protegidos. Una paisaje singular que también se puede apreciar desde algunos de los miradores que hay en el exterior de las murallas, junto a algunas de las puertas de entrada a la villa.
La torre abacial de Laguaria
El paisaje que se ve desde la torre Abacial en Laguardia
Así nos saluda Laguardia, antes de pasar a su recinto
Iglesia de San Juan Bautista
Bares, pintxos, vinos y bodegas
Dejamos los monumentos y volvemos al pueblo para descubrir su cultura, sus bares y sus vinos protegidos con la Denominación de Origen de La Rioja. Cada pocos pasos encontramos un establecimiento donde sirven todo tipo de caldos locales acompañados por los pintxos que vemos en la barra. Suelen estar llenos de gente, sobre todo a la hora del aperitivo y por la noche y hay copas desde unos 0,60€ (guau).
Si queremos profundizar en la cultura del vino podemos visitar algunas de las bodegas que ofrecen catas y visitas guiadas. Existen algunas más antiguas, con una gran tradición detrás, y otras más modernas, situadas en edificios actuales que son toda una oda a la arquitectura contemporánea.
Podemos comprar vino de la D.O. La Rioja en varias enotecas o en las bodegas
Samaniego y sus fábulas
Félix María Samaniego, el autor de fábulas como “La cigarra y la hormiga” o “La Zorra y las uvas”, nació en Laguardia a mediados del siglo XVIII y hoy, en el pueblo, se puede ver su antiguo hogar, una casa palaciega ubicada en la Plaza de San Juan, o la estatua que le han dedicado. Su influencia llega lejos y existen unas bodegas que tienen por nombre “El Fabulista”, ubicadas en su antigua casa.
Una ruta senderista.
De la zona de La Rioja Alavesa parte el GR-38, la Ruta del Vino y el Pescado, un sendero de Gran Recorrido que transcurre por los antiguos caminos utilizados por los comerciantes desde la Edad Media. La ruta unía la zona interior de las bodegas con los puertos del Cantábrico y facilitaba el paso de los carreteros. A la ida iban cargados con pescado desde el pueblo costero de Bermeo y a la vuelta volvían con otras mercancías: vinos y trigo.
De esta historia de intercambio comercial, del GR-38, hemos hablado Caminantes, el programa de senderismo de Radio 5 y podéis escucharlo en el podcast.
Y además
El pueblo forma parte de la “Red de Ciudades y Villas medievales” y de “La Ruta del Vino” y en sus alrededores se pueden visitar el Yacimiento Arqueológico del Poblado de la Hoya, los humedales de Carralogroño, Carravalseca y el Prao de la Pau. En este último hay un sendero habilitado que podemos recorrer mientras observamos las aves. Un gran sitio para los amantes de la ornitología.
Para los viajeros. Existe una escultura dedicada a ellos junto a la Iglesia de Santa María de los Reyes. Son unas mesas de bronce con maletas y zapatos, moldeadas por el escultor Koko Rico.
Escultura al viajero en Laguardia
Por el paisaje de montañas, humedales y viñedos, por la villa medieval, las murallas y sus monumentos, por los vinos, los bares y las bodegas y por su tradición fabulista, Laguardia merece una visita. Aplicaos el cuento.
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