Laia Lamana tras la entrevista. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords.
Toni Delgado (@ToniDelgadoG) / Esplugues de Llobregat
Tras varios avisos, el conserje del pabellón me advierte (esta vez con gestos, santa paciencia la suya) que tiene que cerrar las instalaciones. Le dejo la grabadora a Laia Lamana (Viladecans, 2002), base del Bàsquet Femení Sant Adrià, para que complete su última respuesta mientras recojo los bártulos. —¿Y hablo sola? —Sí, sí... —Ostras, qué situación más graciosa. [Risas]. Vale, vale... Se me hace extraño... —Laia, es lo mismo que llevamos haciendo media hora, pero cogiendo tú el aparato...—¡Allá voy! Somos un equipo en mayúsculas, sin egos ni individualidades, en el que todas sabemos cuál es nuestro papel. Las séniors podrían poner distancias con las júniors, y no lo hacen.
Laia Lamana tiene una empatía infinita y, con su energía y generosidad, cambia el estado de ánimo de cualquiera. Habla sonriendo y sueña dejándose la piel en todo lo que hace. Conversamos tras la victoria de su equipo ante el Segle XXI por 51-84. Laia Lamana sería una gran profesora de matemáticas. —¿Cómo tienes la cabeza después de un partido? [Pone cara de circunstancias y nos reímos]. Suelo estar tan cansada que me voy a la ducha y no pienso nada. Luego le pido consejo a mis padres. Carles fue entrenador y me comenta, más o menos, cómo ha ido el partido. Soy muy poco objetiva y me castigo mucho. Cuando veo el encuentro en vídeo, detecto qué he hecho bien y mal. —Ahora sólo tienes claros tus errores... Eso es. Creo que he fallado no sé cuántos triples, he perdido varias pelotas... Aunque no he visto la estadística. —¿Te la enseño? ¡Vale! [La mira]. 3/4 en tiros de dos, 0/2 en triples... ¡Contra el RACA Granada hice un 1/5 en tiros de tres, imagínate! Ah, una pérdida. —Has lanzado sólo 21 triples en 13 partidos. Parecen muy pocos. ¿Te falta confianza? Ya... No acostumbro a tirar mucho. Pierdo muy rápido la confianza. Estuve dos años de bajón, y Enric Cervera me dio mucha confianza. Ahora, aunque no lo parezca, es uno de los momentos en los que más creo en mi lanzamiento. —¿Enric Cervera te dejó equivocarte mucho?Tal cual. Siempre me repetía que tenía que lanzar y que confiaba en mí. Yo venía de un equipo en el que asumía muchos lanzamientos y él me abrió los ojos: tienes compañeras y no puedes sobrepasar unos límites. —¿Cómo digeriste el paso del CEJ l'Hospitalet o del Laia Lamana l'Hospitalet [se ríe] al Bàsquet Femení Sant Adrià, donde todo estaba más repartido?Yo quería un cambio... —Y tu padre, también. Todos. Tenía que coger demasiada responsabilidad y eso para una jugadora tampoco es bueno. Vine al Bàsquet Femení Sant Adrià para entrenarme y jugar con las mejores. Y por mi futuro. —¿Cómo te lo imaginas?Piano, piano... Mi objetivo es jugar en Liga Femenina Endesa, pero me ha costado adaptarme a la Liga Femenina 2. Quiero ir asumiendo cada vez más minutos y madurando. —¿Siempre has tenido mucha paciencia? ¡Sí! Soy muy paciente. No acostumbro a enfadarme mucho. Sé que, tarde o temprano, con esfuerzo y dedicación, llegarán las cosas. —A veces te da tiempo de hacer los deberes en la biblioteca del instituto, das lecciones en el patio y clases en casa. [Se ríe]. Ahora en Bachillerato ya no... Bueno, a veces vienen amigas a casa y las ayudo... Sobre todo fue en la ESO. Como tenía los lunes y el miércoles de descanso de baloncesto, hacíamos deberes, sobre todo mates, que era lo que más les costaba. —¿Estudiarás una ingeniería? Probablemente ingeniería informática. Me encantan las tecnologías y la programación, y se me dan bastante bien las mates y la física. En cambio, no me gustan nada las lenguas. —¿Qué son para ti las mates? Un reto muy divertido de descubrir el camino para encontrar la solución a diferentes problemas. En la vida real también intento escoger el camino que perjudique a menos personas. —Llevas 10 pérdidas en 13 partidos. ¿Arriesgas poco o cuando pasas lo tienes muy claro? Si ves un pase, lo tienes que dar. Para una base es vital no perder pelotas porque estás más cerca de la canasta. Cuando extravío una, me siento súper mal. Siempre he sido muy cuidadosa en este aspecto. —¿Eres muy sufridora? No... —¿Una responsable alegre? ¡Eso, eso! [Risas]. —"Si no la ves contenta, a Laia le pasa algo grave", te retrata Carles Lamana, tu padre. ¡Es así! Si no me río, el partido no suele irme muy allá... Siempre me han dicho que soy bastante alegre y que la sonrisa me define. —Tu compañera Txell Alarcón añade que eres "muy dulce". Bueno, soy muy mimosa. [Risas]. Voy abrazando a la gente.
Laia Lamana no miente. ¡Cómo abraza a su amiga Mama Dembele! Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords.
—"Qué jugadora más lista, más eléctrica y, en general, más completa", pensó sobre ti Txell Alarcón la primera vez que os enfrentasteis. ¡Qué mona, Txell! Más que eléctrica, soy rápida. Como me falta físico, potencio más la inteligencia y la velocidad de manos para robar pelotas. —Tu juego te provoca bastante sobrecargas. Sí, unas cuantas. Durante dos años quizás pude entrenarme tres o cuatro meses porque no paraba de lesionarme y de acumular sobrecargas. Fue en el paso del CEJ l'Hospitalet al Bàsquet Femení Sant Adrià, un cambio brusco. Ahora, cuando veo que puedo petar, paro. Esta semana sólo me entrené el viernes porque estoy tocada del isquio. El descanso me ha ido bien. —Hace un rato has notado mucho dolor en la zona. Sí. Por la mañana he jugado con el júnior contra el Basket Almeda y ahora, con el sénior. —Supongo que te has hecho muy amiga de Miqui Calderón y de Andrea Sánchez, los fisioterapeutas... ¡Mucho! Son súper atentos y me ayudan un montón... Más que fisios, son amistades porque les hablo con toda la confianza del mundo. —Pero tú también la generas, ¿no?Sí, supongo. Con las séniors estoy muy a gusto. ¡Con el equipo entero! —Contra el RACA Granada casi perdiste el equilibro, pero sin dejar de botar la pelota, te apoyaste en la rodilla y seguiste corriendo. ¿Siempre has tenido esa estabilidad y flexibilidad?Desde peque. Siempre me he caído mucho. Cuando era pequeñita me quedaba en el suelo y el entrenador me insistía: "Laia, tiene que levantarte rápido y seguir jugando". Esa jugada que comentas me salió sola. Ni pensé en seguir botando. —Querías ser futbolista, como tu hermano Marc, e incluso había quien te quería fichar... [Risas]. ¡Sí! Me querían algunos entrenadores, amigos de mi hermano que le dirigían. Había dos campos y yo siempre iba a jugar al otro. No se me daba mal. —¿Eras extremo?Bueno... Siempre era más de marcar goles, en plan... ¿Delantera se dice? [Risas]. Ahora estoy desconectada del fútbol. Antes me encantaba por mi hermano Marc, que es mi ejemplo a seguir. No encontramos equipos mixtos y, como al lado de casa teníamos a la Unió Esportiva Sant Gabriel Viladecans, mis padres me propusieron que me apuntase al baloncesto para probar. —¿Te gustó desde el primer día? ¡Sí! El fútbol es más aburrido porque no tocas tanto la pelota y a mí siempre me ha gustado tenerla. —Entonces, más que delantera, te pegaba ser más centrocampista. Ya... Pero a mí me gustaba más anotar goles... [Risas]. No sé... ¡Tenía 8 años! [Risas].
Laia Lamana: ilusión las 24 horas. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords.
—¿Por qué crees que tu padre, Carles Lamana, cree que habrías sido una buena tenista?Porque de pequeña era muy individualista. En el cole hacía kárate y el profesorado le comentó a mis padres que me apuntasen a un deporte de equipo. Iba muy a la mía. No necesitaba a nadie... Y, claro, eso para una niña tampoco es bueno. Se tiene que socializar un poco. [Risas]. —¿Cómo reaccionaste cuando Paul Nielsen, experto en baloncesto femenino, te incluyó en su lista de 10 jugadoras más destacadas del Europeo sub 18 de 2018? Fuiste la única presente de la selección española. ¡Es verdad! No me acordaba. ¡Me quedé flipando! ¡No me lo esperaba! En el quinteto ideal del torneo estaban, obviamente, Mama Dembele y Marta García. ¡Son buenísimas! Fui leyendo el artículo y cuando me vi... ¡Resultó brutal! Nielsen escribió que metía bastantes triples [fue la mejor triplista y recuperadora del torneo], que era muy enérgica defendiendo y un proyecto de futuro... ¡Me encantó! [Risas]. Avisé rápido a mis padres. —¿Tienes el artículo impreso y enmarcado? No, guardado en el Twitter. De vez en cuando lo releeo y me pongo muy contenta. —Me cuentan, y ya lo estoy comprobando ahora, que tienes las ideas muy claras. Mi madre siempre me ha dicho que parto del no y que tengo que darlo todo por el sí. De momento, he conseguido todo cuanto me he propuesto. A ver si este año puedo jugar el Europeo sub 18, vital para disputar el Mundial. Y como objetivo muy lejano... [Se ríe]. Me encantaría jugar con la selección absoluta. ¡Si se puede! Que no creo, pero yo lo intento. [Vuelve a reírse]. —Carles Lamana asegura que no te ha enseñado nada en el baloncesto. ¡Y es entrenador! Siempre ha mantenido las distancias: al final, es mi padre no mi entrenador, y quizás su estilo de juego sea muy diferente al de mi equipo. Me da consejos sobre detalles técnicos, pero no tácticos. Siempre me anima, aunque no es de los que te diga "muy bien". Es más de "bien". [Risas]. Este año destaca que he mejorado en defensa, y estoy de acuerdo. —Hoy [por ayer] todas, incluida la homenajeada, llevabais una camiseta para animar a Bojana Kovacevic. "Adje Boji. Strong is the new pretty" es el mensaje. Mili [Miljana] Dzombeta siempre está diciendo "ajde", que es "vamos" en serbio. La semana que viene le darán el diagnóstico a Boji [Kovacevic]. Depende de lo que tenga, estará fuera de las pista tres meses o dos o tres semanas. —¿Helena López es quien mejor te ha acogido en el grupo? Helena López es la sénior que más hace equipo: te pregunta cómo estás por WhatsApp, sobre todo si estás mal. La semana pasada quiso saber cómo había ido la fiesta de mi cumple. ¿Sabes? En broma me regalaron una cerveza en el vestuario: "Para ti, que ya tienes 18". [Risas]. Helena es buenísima, hace de todo y siempre me fijo en ella. Contra el Fundación Navarra Baloncesto Ardoi provoqué una falta en ataque y pensé: "¡Mira, a lo Helena López!". [Risas].
La entrevistada con la camiseta de apoyo a su compañera Bojana Kovacevic. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords.
—Además de Helena López, ¿quiénes son tus referentes en el equipo? Incluyo a Mili [Miljana Dzombeta], la base titular. Nos defendemos en los entrenamientos y es la jugadora que más me hace crecer. Estoy mucho también con Laura Salmerón y Berta Dalmau. —¿Quién es tu gran espejo en el baloncesto? Quizás Laia Palau porque me encantan los pases que hace sin mirar... —¡A ti y a cualquiera! ¡Son brutales! El otro día me cogiste en una foto haciendo un pase sin mirar y me dije: "¡A lo Laia Palau!". Intento aprender de muchas jugadoras. —Te fijas en Justė Jocytė, del ASVEL que, con 14 años, ha debutado en la absoluta lituana.¡Es increíble! Desde que jugué contra ella me hice fan suya y la empecé a seguir en Instagram. —¿Qué has aprendido de estos entrenadores? Empezamos por Jordi Vizcaíno (Basquet Femení Sant Adrià). Jordi Vizcaíno me enseñó a ser dura y fuerte mentalmente, a no ser una princesita. Yo venía del CEJ l'Hospitalet y me quejaba de todo pues... ¡Acabé jugando la final de los campeonatos de España con el dedo roto! "Hemos creado un monstruo", dijo Jordi Vizcaíno. [Risas]. —Glòria Estopà (Bàsquet Femení Sant Adrià). Me insistió en que tirara y tuviera confianza. Antes del Europeo sub 16, fui al campus del Bàsquet Femení Sant Adrià y estuve una semana entera lanzando con Glòria Estopà y fui la mejor triplista del torneo. ¡Se lo agradecí mucho! Le envié un WhatsApp: "¡Glòria, esto es por ti!". [Se ríe].La escena de Laia Lamana aguantándose la grabadora. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords.
—Enric Cervera (Bàsquet Femení Sant Adrià), de quien me has hablado antes. Me enseñó mucho a leer el baloncesto. "Tenéis que mirar qué pasa en la pista, analizarlo", nos repetía. —Toni Pallé (Bàsquet Femení Sant Adrià). Con él he aprendido a jugar con más paciencia. Yo era muy de ir siempre siempre directa y no leía tanto el juego. —César Aneas (Bàsquet Femení Sant Adrià). Me ha enseñado a que muchas veces no se note en la pista que soy una júnior. —Sergi Calatayud, Cala (CEJ l'Hospitalet). Con Cala aprendí a amar el baloncesto. Yo venía de la Unió Esportiva Sant Gabriel Viladecans, donde me enseñaron a jugar e hice muchas amistades que conservo. —Ferran Martínez (CEJ l'Hospitalet). Un técnico vital en mi formación. —Raúl (Unió Esportiva Sant Gabriel Viladecans), tu primer técnico... Te corregía en las entradas... ¡Sí! [Se ríe]. Llegaba a casa súper enfadada porque no entendía por qué quería que tirase con la izquierda si las metía con la derecha. Tenía 8 años, eh. Y mis padres me repetían: "Laia, hazle caso". Raúl me enseño a tirar, ya que yo lo hacía con dos manos, a hacer entradas...
Diría que a Raúl le gustaría esta entrada de su exjugadora. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords.
—¿Haber asumido tanta responsabilidad en el CEJ l'Hospitalet te dio seguridad en los momentos calientes?Sin duda. Fallé y metí canastas decisivas. Con el tiempo, aprendí que el partido no depende de la última jugada y no me mortifico tanto si la fallo. —Te encantan Morat y Els Catarres. ¡Son brutales! A Morat los conocí, como mucha gente, con Cómo te atreves. De Els Catarres me quedo con Invencibles: nos la ponemos si hemos ganado una final. Antes no porque da mala suerte. —En tu debut en Liga Femenina 2, precisamente contra el Segle XXI, jugaste unos segundos y te dio tiempo de cometer una personal. ¿Cómo recuerdas la experiencia? ¡Fui rápida! [Risas]. Estaba súper nerviosa, venía de una lesión y pensé: "César no me sacará". Aunque como íbamos ganando por bastante reflexioné: "Uy, quizás me ponga los últimos minutos...". Y empecé a ponerme nerviosa.... ¡Muy nerviosa! "¡Lamana, calienta!", me pidió. No estaba temblando, pero sí muy intranquila. Y no sé por qué. —Laia... ¡Es lo más normal del mundo! Ya... —En unos campeonatos de España cadete compartiste habitación con Txell Alarcón, que recuerda la experiencia así: "Laia me transmitió mucha seguridad y confianza. No me olvido de nuestras charlas de estudio de las rivales y de los resúmenes del partido que hacíamos antes de dormirnos". Como no somos de echarnos la siesta, aprovechábamos esos momentos para ver encuentros contra próximos rivales y comentábamos virtudes y debilidades de las jugadoras. Txell era la peque y le decía: "No eres pequeña... ¡Eres del equipo!". ¡Y fue una pieza vital! —¿Raquel Carrera, pívot del Araski, es la compañera más inteligente que has tenido?Es una pívot ágil que puede jugar de ala-pívot y que sabe cuándo tiene que tirar y asistir, bota muy bien y hace un poco de todo. Sin duda, es una de las más inteligentes con las que he coincidido. —¿Estaría entre las tres primeras? Sí. Incluiría a Alba Orois, que tiene una visión tan extraordinaria que, a veces, da unos pases que las pívots ni se esperan, y Mai Diarra, que reparte unas pelotas y lee tan bien el juego... Mai sabe cuándo tiene que entrar y cuándo no. ¡Nunca había visto a una pívot así! Enlaces relacionados
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