Revista Cultura y Ocio

Laicismo y sociedad bajo la lupa de Elbio Laxalte

Por Mauriciojaviercampos @mauriciojcampos
"¿Quién se atreve a colocar la autoridad de Copérnico sobre la del Espíritu Santo?" Calvino; citado por Bertrand Rusell.
La cristiandad protestante aceptó en general la fecha de 4004 a. c. fijada por el arzobispo Usher como fecha de la creación del mundo. "El doctor Lightfoot, Vicecanciller de Cambridge, que admitía esta fecha de la creación, pensaba que un estudio cuidadoso del Génesis hacía posible aún una mayor precisión; la creación del hombre, de acuerdo con él, tuvo lugar a las nueve de la mañana del 23 de octubre. Esto, sin embargo, nunca ha sido artículo de fe; se puede creer sin riesgo de herejía, que Adán y Eva vinieron a la existencia en octubre 16 o en octubre 30, siempre que las razones se deriven del Génesis. El día de la semana se sabe que fue, naturalmente, el viernes, puesto que Dios descansó el sábado". Bertrand Russell, Religión y ciencia. 
Palabras previas
Sostuvo Mitre en uno de sus editoriales: "La libertad de conciencia debe sernos muy cara y corresponde que la salvemos siempre de todos los naufragios".
Dijo Sarmiento: "La libertad de conciencia es la base de todas las otras libertades, la base de la sociedad y de la religión misma. Donde no hay libertad de conciencia (...) donde la religión fue una tiranía, como en España y aquí, entonces el sacerdote dice: es inútil para los niños el estudio de su propia religión, porque los niños nacen y mueren católicos, so pena de ser quemados vivos".
Hoy, 150 años después de las palabras de Sarmiento, la Constitución Argentina todavía enuncia en su artículo 2º: "El Gobierno federal sostiene el culto católico apostólico romano".
Recién llegado de la Feria del Libro de Buenos Aires, me encontré con el último artículo de Elbio Laxalte publicado en Francia, con un título más que sugestivo: "La estrategia re-evangelizadora del vaticano y su ofensiva en América latina". Menciono uno y otro suceso, porque ambos tienen una íntima e insoslayable relación. A nadie le pasa desapercibida la labor llevada a cabo por Laxalte en diversas áreas de la Masonería, el librepensamiento y el laicismo, entre otros aspectos.  A su vez, en la sala Leopoldo Lugones, instalada en la Sociedad Rural de Buenos Aires, abordamos desde distintas ópticas, junto a otros panelistas, el tema Masonería y Derechos Humanos.Laxalte cuenta con el aval de una amplia trayectoria abocada a tratar estos temas.
Repasando el texto de Laxalte no puedo dejar de percibir las similitudes existentes entre Argentina y Uruguay, y es este un punto que quisiera destacar. No solo la yerba mate y el español rioplatense le son comunes a las dos repúblicas; los diversos avatares de la historia a veces las enfrentaron, pero la mayoría de las veces las encontró unidas. La Masonería no les fue ajena ni esquiva a ninguna de las dos y se constituyó en un nexo de fuerte unión y en un puente más, aparte de los ya existentes.
Fueron los hermanos uruguayos quienes otorgaron la Carta Patente para constituir el primer Gran Oriente argentino en 1857 y el Supremo Consejo en 1858.
Fue la Gran Logia de la Masonería Uruguaya quien, en 1947, organizó la primera Conferencia de Potencias Latinoamericanas en Montevideo, con la asistencia de 51 Obediencias. Fue precursora junto a la Gran Logia de Chile y el Gran Oriente Federal Argentino en la organización de Congresos sobre el Laicismo. Fue la segunda Gran Logia, después de la de Chile, en reconocer la existencia del Gran Oriente Federal Argentino y, junto a este, en propiciar la Masonería adogmática y la libertad absoluta de conciencia en el interior de las Logias, avanzando en postulados renovadores en la región, como aquel que desestimaba el uso obligatorio de la Biblia en los Talleres.
Esta postura desafiante con respecto a los parámetros establecidos por la Gran Logia Unida de Inglaterra, le valió, al igual que antaño le sucediera al Gran Oriente de Francia, la "excomunión" de la Potencia inglesa. Los hermanos del G.O.F.A acudieron en su apoyo y, a través de ellos, los masones españoles en el exilio.
Revisando los hechos puntuales que menciona Laxalte, encuentro similitudes en el proceso de secularización llevado a cabo en suelo argentino. Cabe aclarar que a fines del siglo XIX estaba vigente en nuestro país la Ley 1420 de educación obligatoria, laica y gratuita; se habían secularizado los cementerios y existían los registros civiles. Quedaba aún por aprobarse la ley de divorcio.
Fue este un período muy complejo y uno de los más prósperos y activos masónicamente, dado que en el transcurso de la última parte del siglo XIX y principios del XX la Orden, a través de la participación política de sus hombres, logró plasmar en leyes concretas el ideario perseguido en pos del laicismo en la sociedad, en una dura disputa con la avanzadilla del poder clerical.
Apenas iniciado el siglo XX, recaló en Uruguay Belén de Sárraga, aquella masona española del Derecho Humano que llegó a presidir, aunque por poco tiempo, la Federación Argentina de la Orden, atraída por las ideas liberales de la pequeña nación rioplatense, actuando en ambos países.
Termino con estas palabras extraídas de la Constitución y Reglamentos del Derecho Humano de la citada Federación, publicados en 1917, varios de cuyos tópicos fueron abordados en la conferencia sobre Masonería y Derechos Humanos:Art. 1. Los seres humanos nacen y permanecen libres e iguales en derechos; las distinciones sociales no pueden tener otra base que la utilidad común.Art. 2. El fin de toda organización política es la conservación de los derechos naturales e imprescriptibles de los seres humanos. Estos derechos son: el derecho de vivir de su trabajo, la libertad, la propiedad, la seguridad y la resistencia a la opresión.Art. 3. El principio de toda soberanía reside esencialmente en el conjunto de la Nación. Ningún cuerpo, ningún individuo puede ejercer autoridad alguna si no emana del poder civil.
Doy por sentado que Laxalte comulga con estos principios.
Crítico, reflexivo, lúcido; son algunas de las palabras que le caben al autor del siguiente artículo, destacado masón de prestigio internacional y notable exponente de la llamada Masonería adogmática. Con la habilidad de transmitir claramente sus ideas -no en vano es periodista y docente-, Elbio Laxalte asume su compromiso con la actualidad y en su rol de intelectual y economista, lo que le otorga un plus a la hora de dar una visión globalizadora del entorno, nos devela una realidad sumamente inquietante.Artículo de Elbio Laxalte Terra

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