Entre el terror folk, la fábula y la comedia congelada se encuentra Lamb (Valdimar Jóhannsson 2021), premio a la mejor película en el Festival de Sitges, y nueva aproximación novel al elevated horror. Tras los debuts y segundos largometrajes de cineastas como Jordan Peele (Déjame Salir, Nosotros), Ari Aster (Hereditary, Midsommar) o Robert Eggers (La bruja, El faro), el cine de género pegó un giro de 360º, especialmente bajo la tutela de la productora norteamericana A24.
Durante la primera parte del metraje, ambos caminos (el guion y la imagen/sonido) se dan la mano consiguiendo una extraña mixtura de desasosiego entre su poco diálogo y sus largos planos de gélida distancia. El misterio que rodea a esa granja consigue avanzar con cierta persuasión, aunque pronto se desvela como un dispositivo algo engañoso y destinado a la sorpresa fácil. Dividida en tres capítulos, el primero de ellos empieza a dejar ver las costuras de su embalaje cuando la cámara esconde de manera continuada parte del cuerpo del pequeño cordero que ha nacido en la granja de una pareja sin hijos. Cuidándolo como un bebé, la narración avanza con cierta cautela, introduciéndonos en una rutina algo estrambótica donde el extraño comportamiento de los protagonistas es el principal punto de apoyo.
Poca falta hace decir que la revelación final de esta primera parte es bastante predecible y a partir de ella se construye una trama a medio camino entre el drama familiar y una extraña fábula de terror cuyo objetivo de extrañamiento y perturbación cae a veces en la comedia involuntaria. Y hablamos de comedia involuntaria pues, lo que en ocasiones podría parecer una sátira bien articulada con la particularidad de la propuesta, acaba derivando en unos márgenes excesivamente serios que nunca logran conectar con el espíritu de la historia.
Por ello, tras una segunda parte familiar interesante y reveladora, la recta final de Lamb echa por tierra toda la construcción y se muestra como una cinta algo obvia sobre la pérdida y la ansiedad paternal, que por desgracia se toma más en serio de lo que debería. Sin duda, uno de los grandes errores de este llamado elevated horror, que muchas veces no termina por acogerse a su apartado lúdico, entregando narraciones que no son capaces de dialogar del todo bien con su apartado más fantástico e imaginativo. Por desgracia, Lamb acaba siendo más postura que fondo. Más pretensión que profundidad de género. Una muestra de que a veces lo extraño no tiene porque ser sorprendente.
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- ##check## Lo bueno
- El trabajo de fotografía.
Su primera mitad. - ##times## Lo malo
- Que al final sea tan predecible.
Que sea una película tan preocupada de su estética, sin hueco para autoparodiarse o ser consciente de su apartado más fabulístico.
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- Ambientación 7.5
- Buena. Gran parte de la película se construye gracias a la frialdad de sus ambientes, unos preciosos y misteriosos paisajes islandeses.
- Desarrollo de Personajes 4.0
- Muy irregular. Al final acaba desembocando en algo bastante predecible y flojo.
- Argumento / Guion 4.0
- Al igual que su desarrollo de personajes, el argumento acaba perdiendo parte de fuerza y no sabe explicarse en su desenlace.
- Banda Sonora 6.5
- Los silencios y composiciones musicales crean una banda sonora bastante acertada para el ambiente de extrañamiento que quiere crear.
- Entretenimiento 6.0
- La película no se mueve en la liga de gran entretenimiento, aunque en ocasiones consigue interesarte en su misterio.
- Montaje / Innovación técnica 5.5
- El montaje de ritmo lento ayuda a cierta construcción del drama familiar, aunque acaba sintiéndose demasiado pretencioso.
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- Puntuación Total 5.5 / 10