Algunas cosas ya no permanecen.
Nuestros sueños volaron
hacia mundos desconocidos
hacia colinas deshabitadas.
Solos,
navegamos a un lugar de encuentros
marcados por las estelas de las estrellas
donde el cuerpo y el alma
se fusionan con melodías
al compás de unos acordes.
Pies que danzan en la soledad
del valle embriagados por los
aromas del vino
recuerdan las noches
que nos vieron nacer.
Noches de cuerpos desnudos
bajo la tenue luz de unas velas.
Noches de risas,
de ansias expectantes,
de promesas,
de ternuras,
de dulzuras que cubrían nuestros cuerpos…
Noches…