El Museo Escher en el Palacio de la Haya no solo ha reunido la obra gráfica de Maurits Cornelis Escher, también ha intentado respetar el palacete y hacer una decoración acorde. Así los suelos son un parqué minimalista de Donald Judd y las lámparas fueron encargadas al ceramista y vidriero Hans van Bentem.
Las arañas de vidrio adoptan distintas formas de objetos, señalamos tres de carácter geométrico: un dodecaedro estrellado en los centros de sus caras, un globo terráqueo y la masónica escuadra con compás.
Especial interés tiene cada dodecaedro por dibujar en cada cara una estrella pitagórica y sacar de su pentágono interior el apuntamiento.
Ignorábamos que Escher fuera masón, algo que no se le escaparía al vidriero y quisiera hacerlo patente en el hueco de la escalera, debajo del mundo.
Al fondo de la fotografía de iconografía masónica se ve un detalle del reflejo en agua de las ramas de un árbol: un tapiz que ha usado como cartón un grabado de Escher.