Con apenas un puñado de vídeos y canciones, se viene gestando en los últimos meses uno de los bombazos musicales que terminará por explotar, a buen seguro el próximo año. Se trata de la cantante anteriormente conocida como Lizzy Grant y que actualmente ha sido rebautizada con el sonoro seudónimo de connotaciones latinas, a modo de una nueva Rita Hayworth, de Lana del Rey. En torno a su figura se ha desarrollado una magnífica campaña de marketing llena de secretos, de especulaciones, de verdades medio desveladas acompañadas de un goteo calculado de confusión, todo ello recrea un personaje de culto y misterio.
En el coctel Lana del Rey encontramos como ingredientes principales el aroma de las star-system de la época dorada del Hollywood de los cincuenta, la sensualidad de la lolita de Nabokov y un parecido casí perfecto de Julia Roberts, es decir, sería la perfecta candidata de Laura Palmer en un supuesto remake de la aclamada serie de David Lynch. Eso en cuanto a su imagen. En cuanto a su biografía deciros que la criatura es oriunda de Lake Placid, pueblo del estado de New York cercano a la frontera canadiense y que la artista ha descrito como "el lugar más frío de la tierra". Durante su estancia en Lake Placid fue miembro de varios coros, autodidacta en la guitarra y seguidora en sus comienzos del hip-hop. Su primer trabajo fue producido por David Kahne (Paul McCartney, The Strokes y Regina Spektor entre otros). Curiosamente este trabajo ha sido eliminado a petición de la artista que como bien ha dicho, prefiere que la gente se fije en su nueva música.
Su música es un fiel reflejo de su imagen, destila el glamour del cine negro de las estrellas de Hollywood, es como uno de los guantes lanzados de Rita Hayworth, como el denso humo del cigarro de Humphrey Bogart en el Halcon Maltes, como la fría pasión de Lauren Bacall, como la banda sonora de Blue Velvet y como la magnética personalidad de Bette Davis. Su voz es rica en matices, llena de melancolía contenida, con la dosis justa de sensualidad y de nostalgia. En sus composiciones encontramos los sonidos del jazz, del dark pop, de los ecos de Nancy Sinatra y de melodías pegadizas y decadentes.
Sus vídeos, también realizados por la artista reflejan ese crisol de influencias, repletos del metraje del Hollywood más glamuroso, y de una nostalgía de lo que fue, de lo que se perdió y de lo que queda.
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