- Desajuste de competencias: La sociedad del conocimiento se transforma a gran velocidad y hoy la demanda de competencias profesionales supera a la de los conocimientos técnicos. Las exigencias a las personas trabajadoras aumentan y no parece que el sistema educativo por sí sólo pueda adaptarse al ritmo frenético que impone la economía.
- Necesidad de emprendimiento: Desde las instituciones públicas se ha apostado por el emprendimiento como una vía alternativa para la generación de empleo, sin embargo aún no se ha generado una cultura en este sentido y pocos son los jóvenes que se aventuran en esta línea.
El proyecto Lanaldi busca abordar estas barreras y comenzar a construir un modelo socioeconómico con una intervención de triple nivel en personas, organizaciones y sociedad. Personas: Nuestros jóvenes, desde edades tempranas, están tomando decisiones muy importantes sobre su futuro profesional. Sin embargo esta toma de decisiones muchas veces se hace “a ciegas” sin tener un conocimiento real de como es el mercado laboral y sus perspectivas de futuro. Como sociedad supone un gran coste comenzar con la orientación profesional una vez terminados los estudios, es necesario acercar a los jóvenes antes de su elección de estudios al mercado laboral, a las organizaciones y a los emprendedores. Organizaciones: Las empresas y otros agentes empleadores tienen un rol muy importante que jugar en cambio socieconómico que necesitamos. Es necesario que se comprometan con sus comunidades en ayudar a las instituciones educativas en sus objetivos de formar a las y los profesionales del futuro, y son ellas en mayor medida las que conocen la vanguardia de su sector y las proyecciones de los próximos años. Sociedad: Como afirma el pedagogo José Antonio Marina “para educar a un niño hace falta la tribu entera”, la sociedad en su conjunto debe dotar de mejores caminos para el desarrollo profesional de nuestros jóvenes, comprometiéndose en ayudarles y orientarles de manera temprana hacia la sociedad de futuro que queremos.