El segundo EP de la joven agrupación de indie rock muestra un poco más de variedad en su sonido, con la inclusión de nuevos instrumentos. Sin embargo, aun tienen muchos aspectos por pulir en lanzamientos posteriores.
El primer track es Oso, que posee un ritmo dinámico y una línea vocal correctamente afinada. Aunque no tiene mucho impacto, es un buen inicio al resto del disco. Le sigue Temor al vacío, donde el uso del saxofón constituye el primer gran cambio en la sonoridad de este conjunto. Un tema con matices de rock and roll y rythm and blues, letra sencilla y bastante punche. ¿El hit principal? Quizás.Radioterapia posee una base de blues que, quizás, pudieron explotar mejor. Tras pasar la mitad de la canción, puede llegar a sentirse demasiado simplona y repetitiva para el oyente. Sin embargo, Estambul nos levanta el ánimo nuevamente. Con una lírica simple, un ritmo vertiginoso y buenos riffs de guitarra, es otro punto fuerte de esta producción. Dicho sea de paso, esperábamos con ansias escuchar la versión en estudio de este tema.Debajo del agua es, en pocas palabras, lento y monótono. Aunque la banda se atreve a desarrollar una atmósfera ligeramente más tétrica que en su primer EP, no llega a tener mucho impacto. Casi en la misma línea llega Duerme y escucha, último track donde se sienten matices claramente distintos y distorsiones de guitarra. Aún así, no llega a ser el cierre más adecuado para este álbum.20 cm de Paraíso es un trabajo cargado por igual de puntos positivos y negativos. Es bueno descubrir que Crik Faluzi no se quedó con el sonido ya establecido en su disco debut, sino que desea ir más allá y llevar su propuesta por nuevos rumbos. Sin embargo, este trabajo no es homogéneo en calidad de composiciones ni en el nivel de las letras. Son dos aspectos en los que la banda debería concentrarse más a futuro para que sus eventuales lanzamientos resulten más compactos y redondos.