"¿Qué tal el verano?". Es la frase típica de cada mail que escribimos el 1 de septiembre. Somos animales de costumbre hasta para deslizar las yemas de los dedos sobre el teclado.
Acaba el verano. El otoño acecha bajo las hojas arrugadas de una agenda con rumor de arena pasada.
Antes lo celebraba forrando libros. Aguardando el momento de desvirgar los cuadernos en blanco. Afilando las puntas de los lápices.
Ahora compro agendas nuevas. O estreno moleskines. Y espero el momento de oler otra vez las páginas calientes de un libro nuevo.
Lápiz y tinta. Y papel. Y recuerdos. Y momentos por llegar. Y más páginas por escribir. Y algunas ya escritas que van cobrando forma para que, quizá, alguien las lea.
"Lápiz y tinta", El último de la fila (recomendación de mi compi José Carlos Fraile).