Hay noches repletas de estrellas, hay vidas de una noche oscura que culpan siempre de ese apagón a los demás. Hay muchas vidas en una; recuerdos de vidas que ya sólo son eso, recuerdos, ecos de voces rebotando en el hueco del olvido.
Hay noches, las de Junio, que parecen estar grapadas al "atarde-amanecer"; más un parpadeo nocturno que una exhibición de azules y verdes oscuros, tan breves que tienden a morder los fantasmas nocturnos. No es la oscuridad completa; es un sirimiri de luz para cuerpos enamorados tendidos en arenas húmedas de una playa cansada, ahora, de turistas incansables.
*FOTO: DE LA RED