Roma lleva siglos seduciendo a sus visitantes como la Ciudad Eterna. Venecia, la Serenissima, lo hace con su laberinto de canales, a los que se asoman palazzos e iglesias; Pisa con su Piazza dei Miracoli, en la que se levanta la torre inclinada más famosa del mundo, Florencia con sus museos y galerías que encierran tantísimo arte pero también como la capital de la evocadora Toscana... Y luego están Milán, Siena, con la historia del Palio, una de las competencias ecuestres antiguas más famosas del mundo, Verona con su anfiteatro, La Arena, similar al Coliseo, Luca, la ciudad de las 100 iglesias.
Cada ciudad italiana tiene su personalidad y cautiva por su particular belleza.
Nos quedamos con diez de las imprescindibles para componer este álbum fotográfico que anima a volver una y otra vez a Italia.
Pisa es una urbe fascinante. A orillas del Arno, está repleta de edificios románicos, iglesias góticas, palacios y piazzas renacentistas y animadas calles que componen un conjunto difícil de olvidar, especialmente por su piazza dei Miracoli, su Campo de los Milagros, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Este laberinto de canales donde se suceden sin tregua palazzos, iglesias y plazas es de una monumentalidad que sobrecoge. No hay nada comparable a la Serenissima, la ciudad-estado que los mercaderes de los días de la República engalanaron hasta lo inimaginable haciendo alarde de poderío. Es un sueño.