Las 10 mejores películas con diálogos mínimos

Publicado el 24 julio 2013 por Fimin

24 de Julio del 2013 | etiquetas: Tops

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El diálogo es un recurso de guión útil para hacer avanzar historias, sin embargo, cuando un cineasta consigue hacerlas evolucionar sin necesidad de palabras podemos decir que estamos ante una experiencia fílmica completa. Conseguir que las imágenes expresen es una demostración de calidad audiovisual, algo a la altura de unos pocos genios que consiguen que el silencio se integre como un elemento más del lenguaje cinematográfico erigiéndose en un personaje principal.

Existen silencios que hablan más que cualquier largo y pesado diálogo, silencios que son capaces de expresar los secretos de la naturaleza humana. Robert Bresson siempre supo tratar el silencio como nadie y así hablaba de él: “El cine sonoro ha inventado el silencio”. Nuestros amigos de Flavorwire han elaborado este completo top sobre las 10 mejores películas con diálogos mínimos. Muchas de ellas, podéis disfrutarlas en filmin (y sin apenas subtítulos).

1. "La isla desnuda" de Kaneto Shindô 

Una familia habita un islote donde no hay agua y en la que los cultivos se pudren. Cada día tienen que ir a la ciudad vecina a conseguir alimento. Shindô nos hace sentir el peso de su lucha. Las cosas se complican cuando el hermano mayor enferma. No hay palabras o distracciones para su situación, tan solo minimalismo en su música y en su sonido ambiente, que nos dejan con el puro y restringido cine sobre la experiencia humana.

2. "Scorpio Rising" de Kenneth Anger

Kennet Anger nos entrega un embriagador mix de: motociclismo homoerótico (actores no profesionales y motociclistas reales), de nostalgia de los 50, de los inicios de la música pop, de fetichismo, de caos, y de humor, en su experimental película de 1963, "Scorpio Rising". La falta de diálogo, es compensada por un collage de imagen y sonido (un estilo posteriormente adoptado por directores como Martin Scorsese) que mitifica y documenta la contracultura.

3. "En la ciudad de Sylvia" de José Luis Guerín

El cine se hizo pensando en películas como "En la Ciudad de Sylvia" de José Luis Guerín. Un artista vuelve a Francia en busca de una mujer que conoció años antes. Él la descubre fuera de un café y la sigue a través de las calles de la ciudad. Pero no es ni la narratividad ni el guión lo que nos obliga a seguirlo. La película está virtualmente libre de diálogos. Nos sentimos atraídos por su historia gracias a una serie de impresiones encantadoras, marcadas por el sonido naturalista (el viento en las páginas de un libro y el ruido ambiente de cada día) y una visualidad sensual.

4. "Alice" de Jan Svankmajer

Jan Svankmajer nunca ha sido un director tradicional. No hay un tiempo secuencial, trama o guión que nos conduzca a través de la extraña trayectoria del surrealista director checo. El mundo de Svankmajer está lleno de textura, sus decisiones son puramente estéticas, y el sonido es crucial. La extraña unión de actores vivos, con criaturas en stop-motion, y las inquietantes imágenes, intensifican el visceral remake de Alicia en el País de las Maravillas. Svankmajer no necesita deslumbrarnos con palabras que imiten el estilo de escribir de Lewis Carroll en la novela original. Su evocativo uso del sonido y los trucos visuales son suficientes.

5. "El silencio" de Ingmar Bergman

Dos distanciadas hermanas y un niño viajan por una ciudad  peligrosa en la que la guerra está cercana.  Deciden hacernoche en un hotel, Anna (Gunnel Lindblom) es la impulsiva de las dos hermanas. La inexplicable historia de las hermanas y la inapropiada implicación en la relación la convierten en una mujer cruel y resentida. Ester (Ingrid Thulin) tiene siempre controlada la relación, pero ahora se muere y se desespera por el amor de su hermana. La brecha emocional crece a causa de los extensos silencios y la incapacidad para comunicarse en un país extranjero lleno de extraños. El director Ingmar Bergman ofrece muy poco diálogo, pero la profunda alienación de las hermanas se siente a través de imágenes impactantes, el ritmo ralentizado y la escasez.

6. "El silencio de un hombre" de Jean-Pierre Melville

Melville es conocido por su elegancia. Sus protagonistas bipolares no son habladores, el director tiene un ojo económico, y aunque sus principales personajes son sofisticados y estilosos, no tienen nada de excesivo. En su crítica sobre la película Roger Ebert explica esto: ‘’No hay nada original en “El Silencio de un hombre” excepto el manejo del material. Desdeña las escenas artificiales y manufacturadas. Disminuye el color de la pantalla y el diálogo de sus personajes. Al final, hay una escena que clama (en términos Hollywoodienses) contra la enigmática sentencia dramática, pero Melville nos da banalidad y silencio. Él ha podido mantener constantemente en la mente su héroe, jefe de negocios.”

7. "El Oso" de Jean-Jacques Annaud

Es el cuento de una cachorra de orfanato (una verdadera osa de nombre Douce) que lucha para sobrevivir en la salvaje Columbia británica de siglo XIX. Un oso pardo herido (un Kodiak real llamado Bart) se hace cargo de la cachorra, pero la vida no es fácil con dos cazadores en su camino. La historia está adaptada a partir de la novela de James Oliver Curwood. Un escritor que es además un cazador reformado. Se hace evidente en la voluntad de redención latente en la historia. Hay algunas palabras pronunciadas en la película de Annaud, como el poder de la naturaleza y algunas realizaciones emocionales que abruman los sentidos.

8. Cualquier película de Jacques Tati

Del laberinto de la modernidad en “Playtime” a la sátira burguesa de “Mi Tío”, el legendario director francés Jacques Tati es conocido por su libertad de diálogo donde las conversaciones son parte del día a día y son tratadas como si fuesen sonido de fondo. Se dice que Tati pedía que sus películas no llevaran subtítulos, para que las audiencias se concentrasen en la pureza de los sonidos y las cosas dignas de ver. La comedia visual era importante para Tati, cuyo trabajo se asemejaba al cine mudo de un genio como Buster Keaton. Su minimalista enfoque del diálogo se extendió más allá de las escenas. Tati no usaba un script cuando filmaba “Mi Tío”. En una entrevista con Bert Cardullo, Tati contó al escritor que él se entregaba a la película a partir de la memoria y que la editaba mientras rodaba.

9. "Los muertos" de Lisandro Alonso

Un ex-convicto se embarca en un viaje por el río para encontrar a su hija. La selva ofrece al misterioso hombre sustento, pero también se suma a la silenciosa amenaza que se cierne sobre esta elíptica película de Lisandro Alonso cocinada a fuego lento. Un film enigmático casi sin diálogo. “Los muertos” te dejará con más preguntas que respuestas, pero Alonso equilibra hábilmente la belleza de la meditación, el marcado naturalismo y el horror silencioso.

10. "El globo rojo" de Albert Lamorisse 

Los clásicos son clásicos por alguna razón. Y sus homenajes también.