10-. Guardianes de la galaxia (James Gunn)
Empiezo con la que, en mi opinión, es la mejor película de Marvel hasta el momento. Con tantas películas de superhéroes a nuestras espaldas y con un horizonte condenado a ellas, que finalmente se estrenara una que supusiera un soplo de aire fresco para el género, sin perder el estilo propio de este, ha sido una de las sorpresas del año. Y sobre todo la mayor alegría ha sido poder ver cómo Chris Pratt daba su merecido salto de la televisión a la gran pantalla en la mejor compañía posible: un mapache mercenario que habla y un árbol más inteligente que los de El señor de los anillos.
9-. El gran hotel Budapest (Wes Anderson)
En un año en el que grandes directores estrenaban nueva película en nuestras salas, Wes Anderson no ha defraudado. No es mi película favorita de Anderson -ese honor se lo disputan Life Aquatic y Fantástico Sr. Fox-, pero añade otro trabajo tremendamente peculiar a su bobina. Además cuenta con un reparto espectacular y una estructura narrariva por capas muy interesante. Lo único que espero de su próxima película es que Bill Murray y Jason Schwartzman vuelvan a pasar al frente y tengan papeles protagonistas.
8-. Las vidas de Grace (Destin Cretton)
La gran prueba de que una historia aparentemente pequeña se puede convertir en algo enorme que no te esperabas. En esta película, la relación de la protagonista con los jóvenes que componen el centro de acogida deja sin palabras. Después de verla no te olvidarás del nombre de Brie Larson, ni de este momento: https://www.youtube.com/watch?v=Mftc6GS1CWw
7-. Magical Girl (Carlos Vermut)
Ha sido un año interesante para las producciones españolas, pero Magical Girl se lleva la palma. Un entramado fantástico y un director que con Diamond Flash ya demostró que venía para ponerlo todo patas arriba. Carlos Vermut realiza una labor deslumbrante tras las cámaras, y delante de ellas José Sacristán y Bárbara Lennie tampoco se quedan cortos.
6-. Nebraska (Alexander Payne)
Una de las mejores comedias del año, si no la mejor, y a la vez un drama para recordar. Alexander Payne después de mostrarnos con Los descendientes una vez más su gran habilidad narrativa, es capaz de imprimir su estilo en la primera de sus películas en la que no ha participado como guionista, demostrando que su talento no tiene medida.
5-. Perdida (David Fincher)
Cuando uno de los directores contemporáneos de mayor renombre estrena nueva película, solo queda esperar una obra maestra. Y eso es lo que nos lleva proporcionando David Fincher de forma continua desde que volvió a su mayor nivel con Zodiac, y desde entonces se ha convertido en nuestro traficante de cine de calidad más apreciado. De nuevo la banda sonora de Atticus Ross y Trent Reznor suman puntos a un thriller sobrecogedor con elementos de comedia negra, y sobre todo con una Rosamund Pike que realiza un trabajo tremendo dando vida a la compleja Amy Dunne.
4-. A propósito de Llewyn Davis (Joel e Ethan Coen)El cine de los hermanos Coen tiene un encanto propio muy difícil de superar. Su última película combina la música -como ya lo hicieran por ejemplo en O Brother, Where Art Thou?- con una aventura tan épica como personal vivida a través de un protagonista perdedor que lucha por obtener una pizca de reconocimiento. Oscar Isaac se ha consolidado con este papel, mientras que la banda sonora de la película, en la que participa Marcus Mumford, sigue viva en mi memoria un año después de haberla disfrutado por primera vez en la sala de cine.
3-. El lobo de Wall Street (Martin Scorsese)Frenéticamente adictiva. Scorsese no para y en el último tramo de su carrera, cuando otros directores se pueden poner más reflexivos, nos está dejando obras diferentes pero todas con algo en común: el talento de su director. Con El lobo de Wall Street regresamos a esos años de Uno de los nuestros y DiCaprio sigue andando por la cima con paso firme y esta es probablemente su colaboración más memorable con Marty. Pero si hay dos personas a reivindicar en esta película son el excelente guionista Terence Winter y Jonah Hill, que se está convirtiendo en un secundario de oro.
2-. Her (Spike Jonze)
1-. Boyhood (Richard Linklater)
Nunca había salido de una sala de cine tan convencido de que había visto una película que tendría un gran impacto en la historia del cine como cuando salí de ver Boyhood. Tras comprobarlo otras cuatro veces cualquier duda que pudiera tener quedó disipada, porque Boyhood no es simplemente cine, ya que cualquiera puede hacer una película, Boyhood es arte. Richard Linklater es un artista, si no lo fuera no habría sido capaz de firmar trabajos como Waking Life o la trilogía de Antes del amanecer, y además es un artista infatigable, siempre busca algo nuevo. Plasmar la vida en imágenes es lo más ambicioso que se puede plantear un director de cine, algo que está en las manos de muy pocos privilegiados que no se fijan simplemente en lo obvio. Estos realizadores son capaces de hacerlo todo de manera natural, que parezca fácil algo tan complejo, y en el caso de Linklater, que parezca sencillo capturar el paso del tiempo. Doce años de producción abarcan algo más amplio que cualquier otra película hecha anteriormente, pero en ningún momento nos perdemos en la evolución vital de Mason, el protagonista, cuya infancia y adolescencia son un reflejo cristalino de cómo hemos crecido y nos hemos criado muchas personas en los últimos años.
Como bonus, y teniendo en cuenta la gran cantidad de películas de calidad que hemos podido disfrutar en 2014, dejo aquí otras diez películas dignas de mención y algunas de ellas podrían haber entrado en la lista perfectamente:
- Oh Boy (Jan Ole Gerster)
- El pasado (Asghar Farhadi)- Begin Again (John Carney)
- The Kings of Summer (Jordan Vogt-Roberts)
- La sal de la Tierra (Wim Wenders y Juliano Ribeiro Salgado)
- La isla mínima (Alberto Rodríguez)
- La desaparición de Eleanor Rigby (Ned Benson)
- Orígenes (Mike Cahill)
- El amanecer del planeta de los simios (Matt Reeves)
- Frances Ha (Noah Baumbach)