Aunque es probable que un texto impreso con las estratagemas ya hubiera circulado a finales de la dinastía Ming, la leyenda más extendida dice que el original de la versión que se ha popularizado de las 36 estratagemas fue encontrada por casualidad en la provincia de Shanxi a mediados del siglo XX e impresa por un editor de Chengdu. En 1961 las 36 estratagemas empezaron a adquirir notoriedad, cuando el Diario del PCCh de Guangming publicó una revisión de las estratagemas. La fecha no fue casual: era el momento de las tensiones con la URSS.Ha habido muchos intentos de atribuírselas a uno u otro pensador. Un candidato obvio ha sido Sun Tzu, el autor de “El arte de la guerra”. Aunque las 36 estratagemas responden al mismo espíritu que “El arte de la guerra”, el estilo es muy diferente, son más abstractas y están menos elaboradas. Otro al que se las han atribuido es Zhuge Liang, un general de la época de los Tres Reinos que pasa por ser uno de los mejores estrategas que haya tenido China. Otro candidato a su autoría es el General Wang Jingze, que vivió en la época de las dinastías del norte y del sur. En mi opinión, resulta inútil buscar un autor. Las estratagemas tienen todo el sabor de las máximas populares que no son de nadie. Posiblemente, alguien, -nunca sabremos quién,- se entretuvo en comentarlas y sus comentarios pervivieron y llegaron hasta nosotros. Las estratagemas consisten en una breve máxima que condensa la estratagema. Lesigue un breve comentario que explica la máxima y es que, efectivamente, sin comentario algunas de las máximas son incomprensibles. Por ejemplo: “Patea la hierba para asustar a la serpiente” (estratagema 13). Ediciones posteriores añaden ejemplos de la Historia china en los que se empleó una de las estrategias y casos en los que se emplearon en el mundo empresarial. Tomemos, por ejemplo, la estratagema 9: “Mira los fuegos que arden al otro lado del río”. Así, sin más, uno pensaría que es el consejo de un pirómano. El comentario es: “Demora la entrada en el campo de batallahasta que todos los otros actores se hayan agotado luchando entre sí. Entonces ve con todas tus fuerzas y recoge las piezas”. Por cierto que según el libro que consulte, el comentario cambia, pero siempre yendo en el mismo sentido: “Deja que tus enemigos luchen entre sí mientras descansas y observas. Después derrota al extenuado superviviente.”
Un ejemplo de la Historia china en el que se aplicó esta estratagema ocurrió durante el período de los reinos combatientes. Los reinos de Qi y Chu estaban haciéndose la guerra por la hegemonía. El Rey Hui de Qin quería intervenir del lado de Qi. Su consejero Chen Zhen le aconsejó que no lo hiciera y que esperara a que ambos se hubieran agotado antes de intervenir. Esta historia aparece en la obra histórica “Estratagemas de los Reinos Combatientes” y allí se habla de “sentarse en la montaña y ver cómo se pelean los tigres”. La similitud, aunque las denominaciones sean distintas, me hace pensar que las 36 estratagemas procedían del folklore tradicional y que no cabe atribuirlas a ningún autor concreto. Como ahora está de moda aplicar las estratagemas chinas al mundo empresarial, sacaré a colación un ejemplo de su aplicación en el mundo de la empresa. A finales de los setenta, dos empresas norteamericanas emprendieron un proceso judicial a propósito de la semejanza de los nombres de sus exterminadores de cucarachas. Uno era el Cal Mex Bug Destroyer, que utilizaba un procedimiento electrónico, y el otro el Calameks Bugs Killer, que empleaba una sustancia química. ¿Qué ocurrió? Que apareció en el mercado la empresa japonesa Maebashi Industries y conquistó el mercado con su exterminador de cucarachas sónico. Lo que más me interesa de las 36 estratagemas es lo que revelan sobre la mentalidad estratégica china y lo que la diferencia de la occidental. La primera gran diferencia es que en Occidente concebimos la paz y la guerra como los dos extremos de un continuo. En un extremo tenemos la paz total y en el otro la guerra. Lasituación es binómica: o paz o guerra. Ojo, que aquí me estoy refiriendo al pensamiento occidental clásico. En la actualidad, los analistas hablan de conflictos de baja intensidad, situaciones grises que no son de paz, pero tampoco de guerra abierta. Además, el concepto de guerra y de pensamiento estratégico Occidente lo solía aplicar a un campo muy específico: el de la política. Tambiénaquí las cosas han cambiado y el concepto de guerra y de pensamiento estratégico se ha extendido al mundo empresarial.En China la idea que prevalecía es que todo era un campo de batalla y no había ninguna esfera de las relaciones humanas a las que el pensamiento estratégico no se pudiera aplicar. Por ello, cuando ahora los occidentales se lanzan sobre Sun Tzu y buscan aplicar sus máximas al mundo empresarial, no están haciendo nada nuevo que los chinos no llevasen haciendo un par de milenios. En cuanto a la segunda gran diferencia con Occidente, creo que la mejor manera de mostrarla es exponiendo brevemente las ideas de von Clausewitz, cuyas ideas sobre la guerra han sido determinantes en el pensamiento occidental. Para von Clausewitz el objetivo de la guerra es desarmar al enemigo y ello no puede conseguirse sin derramamiento de sangre. Las recetas que da von Clausewitz van dirigidas a facilitar la evaluación correcta de las fuerzas enfrentadas y cómo maximizar nuestras ventajas. Von Clausewitz aboga por concentrar toda la fuerza en un punto y buscar la batalla decisiva. “En la guerra, el encuentro es la única actividad efectiva; en él, la destrucción de las fuerzas oponentes es el medio para alcanzar el fin (…) En la guerra, la decisión por las armas equivale, tanto en las operaciones grandes como en las pequeñas, al pago al contado en las transacciones comerciales. Por remotas que sean estas relaciones, por más que las liquidaciones rara vez se produzcan, al final tienen que realizarse (…) La decisión por la fuerza de las armas se halla en la base de todas las combinaciones posibles…” Von Clausewitz es consciente de la importancia de la moral y del papel que juegan la inteligencia y las estratagemas, pero todo eso va encaminado a adquirir la ventaja en lo que es la esencia del arte de la guerra, la batalla.Un chino que leyese a von Clausewitz se preguntaría si de pequeño no le darían una pedrada en la cabeza que le dejaría medio tonto, porque si no a ver cómo se explican tantas bobadas. El objetivo del estratega chino no es tanto desarmar al enemigo como privarle de la voluntad de luchar, hacer que abandone el combate antes incluso de que haya comenzado. Sun Tzu dice: “La victoria completa se produce cuando el ejército no lucha”. Como vemos, un concepto completamente distinto del de desarmar al enemigo que preconizaba von Clausewitz. Si hubiera que pensar en una palabra común para las 36 estratagemas, esa palabra sería “engaño”. Se engaña al enemigo sobre las intenciones propias (estratagema 1: “Engaña a los cielos para cruzar el océano”, esto es, disfraza tus objetivos reales, mostrando abiertamente que vas a por A, cuando realmente tu objetivo es B); se le engaña sobre la fuerza propia, apareciendo como más fuerte de lo que se es (la estratagema 32: “Abrir de par en par las puertas de la ciudad vacía”; cuando el enemigo te supera abrumadoramente, actúa con tranquilidad, muéstrate despreocupado, de forma que piense que tus fuerzas son mayores de lo que son y que tu tranquilidad se debe a que le has tendido una emboscada); se le engaña incluso acerca de la naturaleza misma de la realidad (la estratagema 7: “Crear algo a partir de nada”; hacer creer al enemigo que existe algo que en realidad no está ahí. El ejemplo más famoso de esta estrategia sería la Operación Mincemeat, por la que los británicos utilizaron un cadáver y lo hicieron pasar por el de un correo que había tenido un accidente junto a las costas españolas. El supuesto correo transportaba documentos con los planes para una invasión aliada de Grecia y llevó a que los alemanes distrajeran fuerzas del Atlántico y las mandaran a un frente que los aliados no tenían intención de atacar).Las estratagemas tienen también muy en cuenta la situación en la que cada uno está. Pero allí donde von Clausewitz pensaba sobre todo en el emplazamiento físico de cada uno de los ejércitos, la concepción china de la situación es más amplia. La estratagema 15 dice precisamente: “Atrae al tigre fuera de las montañas”, esto es, cuando el oponente se encuentre en una posición ventajosa, fuérzale a que la abandone. Para las 36 estrategias, la guerra no es algo que uno pueda tomarse a la ligera. La guerra es un juego implacable donde uno debe estar dispuesto a cualquier sacrificio para conseguir la victoria. Laestrategia 11 se llama “Sacrifica el ciruelo por el melocotonero”, esto es, sacrifica un objetivo a corto plazo o un elemento menor, a cambio del objetivo a largo plazo o del elemento mayor. Un ejemplo del empleo de esta estrategia ocurrió en agosto de 1944 cuando los aliados desembarcaron en el sur de Francia. Los alemanes no consiguieron crear una línea defensiva efectiva y para lograr la retirada del Grupo de Ejércitos G, decidieron dejar atrás a la división 242 que estaba en Toulon y a la 244 en Marsella. El sacrificio de esas dos divisiones permitió ganar tiempo para que el resto del ejército se retirara. Otro elemento de las estrategias es la atención que ponen al manejo de los tiempos. Ya mencioné la estrategia 9 que recomienda la espera cuando dos rivales están peleando entre sí. La estrategia 4 recomienda “Relajarse mientras el enemigo se agota a sí mismo”, esto es, haz que el enemigo se canse inútilmente persiguiendo un objetivo ficticio, mientras descansas y aguardas a que llegue el momento de asestar el golpe. Alejandro Magno utilizó esta estrategia para forzar el cruce del río Hidaspes frente a las fuerzas indias de Porus. Cada mañana sacaba a parte de sus soldados y pretendía que iba a cruzar el río. Porus activaba su ejército para oponérsele y luego descubría que había sido una falsa alarma. Cuando finalmente los macedonios cruzaron el río, pillaron a los indios por sorpresa.
Y finalmente tenemos la estrategia 36, la más sabia de todas: “Si todo lo demás falla, retírate”. Efectivamente el que se retira a tiempo, estará ahí para combatir otro día.