Revista Coaching

Las 4 creencias limitantes de tu infancia que te bloquean. Descubre la tuya.

Por Maria Mikhailova @mashamikhailova
Las 4 creencias limitantes de tu infancia que te bloquean. Descubre la tuya.

¿Sientes que vives una y otra vez las mismas situaciones, pero no sabes por qué y cómo cambiarlo? ¿Tienes el trabajo de tus sueños, una relación de pareja perfecta o estás ganando dinero y, de repente, todo se estropea y no sabes qué ha pasado? O, por el contrario, cuando algo te va genial en tu vida, ¿te auto-saboteas y eso se va al traste como si hubiera sido un sueño que se ha desvanecido?

Es posible que no sepas por qué sucede o para qué sucede esto en tu vida y qué deberías hacer para evitar que la situación se repita. Sabes lo que quieres y cuando lo tienes en tu vida, quieres que permanezca, pero no sabes qué hacer para dejar de repetir patrones.

Muchas veces aparece el autosabotaje o los bloqueos en tu vida. Si ya llevas un tiempo trabajando tu desarrollo personal es posible que seas consciente cuándo suceden estas situaciones en tu vida. También cuándo te estás auto-saboteando o tal vez ya sabes cuáles son tus creencias más arraigadas. Sin embargo, en tu vida se repiten una y otra vez las mismas situaciones como en un continuo déjà vu y no sabes cómo cambiarlo para dejar de vivir siempre lo mismo y empezar a vivir la vida que deseas de una vez por todas.

En este post, quiero contarte sobre algo que cuando lo descubrí, transformó literalmente mi vida. Hoy vengo a hablarte de las 4 creencias raíz (aunque hay muchas más) que bloquean tu potencial. Detectarlas y aceptarlas es el primer paso para transformarlas. Y es que estas creencias puedes estar arrastrándolas desde tu infancia y tal vez no lo sabes.

Así que espero que, con este post puedas detectar cuál es tu creencia raíz predominante que te está bloqueando y hacia el final te desvelaré cómo puedes empezar a cambiarlas. Si tienes todas, no te preocupes. Yo misma tenía todas las creencias que te voy a presentar en este post y pude detectarlas y transformarlas. Así que, ¡empecemos!

El verdadero propósito por el que venimos a este mundo

Todos queremos ser felices, pero ¿realmente sabemos cómo? Muchas veces ni siquiera sabemos qué queremos o ni nos lo planteamos. Vamos por la vida a la deriva, dejándonos llevar por las circunstancias o por lo que hacen otros o por el régimen establecido o lo que se espera de nosotros.

Si preguntas a diferentes personas, para cada persona ser feliz tiene diferentes significados y todos están bien.

Vivimos en la mejor época del ser humano. Gracias a los adelantos tecnológicos y los avances de la ciencia ahora vivimos más y la mayoría de manera más cómoda. Sin embargo, los índices de depresión son los más altos de la historia y lo alarmante es que estos números siguen creciendo.

Nos hemos preocupado mucho a lo largo de nuestra existencia humana por esa mejora continua en el ámbito intelectual, pero no tanto en el personal. Muchas personas ni siquiera se dan la oportunidad de conocerse y viven una vida a menudo sin sentido, sin aspiraciones, o aspirando sólo a lo material, o tratando de parecerse a otros...

¿Es tu mente tu aliada o tu peor enemiga?

Nuestra mente puede ser nuestra gran aliada o nuestra mayor enemiga. Si no conocemos este gran poder que todos tenemos, nuestra mente sólo se preocupa de mantener nuestra supervivencia.

Para entender la mente, voy a hacer una pequeña introducción. Según la neurociencia, la mente está compuesta por diferentes partes: la mente consciente, la mente inconsciente y la mente subconsciente.

  • Mente consciente: Es la parte en la que desarrollamos nuestra inteligencia y gracias a la cual adquirimos nuevos conocimientos. Es nuestra parte lógica o racional. Gracias a la mente consciente tomamos decisiones, prestamos atención a los detalles o llevamos a cabo las acciones. Muchas veces la mente consciente toma decisiones en base a recuerdos o memorias almacenadas como, por ejemplo, para cruzar una calle. Cuanto más realizamos una acción, desarrollamos una habilidad conscientemente, por lo que con el tiempo se vuelve inconsciente y automática. Es decir, se crean caminos neuronales para facilitar esa acción repetitiva y que actuemos más rápido lo que hace que el cuerpo ahorre energía al aportar una respuesta más rápida. A priori puede parecer que la mente consciente es nuestra parte más activa, pero esto no es así. En general, para una persona que no ha trabajado su desarrollo personal y su nivel de consciencia, se suele decir que la parte consciente influye muy poco respecto a la parte inconsciente.
    Aunque hay muchos estudios al respecto, a día de hoy no hay estudios claros para confirmar una cifra exacta.
  • Mente subconsciente: Esta es la mente emocional. Esta mente se deja llevar por los gustos o deseos. Es la encargada de nuestros sentimientos. Gracias a nuestra mente subconsciente podemos llevar a cabo acciones que se consideran irracionales. Es decir, comprar cosas que no necesitamos o dejarnos llevar por la ira, los celos o cualquier otra emoción de manera descontrolada. La mente subconsciente es la que tiene acceso a tus recuerdos más arraigados, incluso aquellos que conscientemente no puedes recordar. Es la parte que se encarga de dirigir muchos de tus patrones automáticos, muchas de las creencias de tu infancia que influyen en tu vida actual.
  • Mente inconsciente: Esta es nuestra parte más primitiva. En la mente inconsciente se acumulan todas las experiencias vividas por nuestra especie a lo largo de los millones de existencia.También es la encargada de gestionar funciones fisiológicas tan importantes como la respiración, la digestión o el funcionamiento de nuestro corazón para bombear sangre a nuestro cuerpo. Aunque también es cierto que podemos poner atención a la respiración respirando de manera consciente, por ejemplo, para disminuir su ritmo y relajarnos. Pero si no respiramos conscientemente porque estamos ocupados en otras cosas o durmiendo, la mente consciente toma el control de la respiración permitiendo que sigamos viviendo.
    La mente inconsciente es la que también actúa cuando vas a recibir un golpe y reaccionas tapándote la cara, quedándote parado o hace que salgas corriendo. Es nuestra mente más reactiva.Nuestra mente inconsciente acumula todos los aprendizajes a lo largo de nuestra historia como especie que son vitales para nuestra supervivencia, pero también acumula nuestras creencias más arraigadas tanto las que poseemos como especie y que vienen programadas en nuestra mente, como las adquiridas a lo largo de nuestra vida.

Ahora que ya conocemos un poco mejor nuestra mente, ¿cómo podemos ponerla de nuestro lado? Una forma es teniendo una actitud más observadora y por supuesto sin juicio para detectar cómo nos comportamos ante determinadas situaciones y qué pensamientos y creencias provocan determinados resultados. Al poner atención, estamos poniendo consciencia y es el primer paso para poder realizar cambios.

Pero para detectar las creencias, primero, vamos a ver cómo se forma el sistema de creencias.

El sistema de creencias

Creamos nuestra realidad en base a nuestros pensamientos y estos pensamientos determinan nuestras decisiones. En base a la calidad de estos pensamientos, así será la calidad de nuestras decisiones y, por tanto, la calidad de nuestra vida.

Entonces, si nuestras creencias determinan nuestra vida, será interesante cambiar aquellas creencias que nos limitan, dando paso a unas creencias más potenciadoras que nos ayuden a tener la vida que realmente deseamos.

¿Qué son las creencias?

La mayoría de nuestras creencias son inconscientes y son el resultado de experiencias a lo largo de nuestra vida. Muchas de estas creencias sucedieron en nuestra infancia y pueden seguir impactándonos en nuestra edad adulta.

Así es cómo se crean las creencias raíz. Una vez que una creencia raíz está arraigada de manera inconsciente buscamos situaciones que refuercen esta creencia evitando o rechazando las situaciones contrarias a esta creencia. Es decir, para validar esa creencia, puedes estar autosaboteando tu felicidad o éxito en tu vida y tal vez no te estés dando cuenta.

Detectar las creencias raíz puede ser difícil, ya que pueden llevar mucho tiempo en nuestro inconsciente y tal vez no somos conscientes de tener esa creencia. Pero para hacer algo consciente sólo tenemos que ponerle atención, así que a continuación te voy a hablar de las principales creencias raíz para que puedas detectar cuál es la tuya o las tuyas.

Creencia #1 "Algo está mal en mí"

Una creencia muy habitual y muy arraigada en la mayoría de nosotros es pensar que "algo no está bien en mí". Es posible que incluso vengamos a este mundo con esta creencia en nuestro interior, pues como ya te he explicado anteriormente, nuestra mente inconsciente almacena incluso creencias de nuestros ancestros.

Esta creencia nos hace sentir que no somos suficientes, que no somos merecedores, que somos indignos... Puede estar influenciada por la religión o por la idea del famoso "pecado".

También puede provenir de nuestros padres o ancestros si nuestro nacimiento supuso un conflicto para la familia, y estas emociones y creencias fueron recibidas por el bebé de manera inconsciente mientras estaba en el vientre materno.

Incluso esta creencia pudo aparecer si la persona nació en una época de conflicto en el país o de dificultad económica en la familia. De esta manera, se presenta la culpa al creer que la familia no fue feliz debido al nacimiento de la persona.

Si has trabajado con tus ancestros, tu árbol genealógico o el proyecto sentido, puede que tengas información a este respecto. Si no es así, no te preocupes, simplemente pregúntate: ¿te sientes merecedora del éxito en tu vida? Si la respuesta es negativa y no sabes por qué es así, te conviene trabajar esta creencia.

Creencia #2 "Tengo que ser leal a mi clan familiar"

Esta creencia también es muy potente porque tiene que ver con la lealtad a tu familia y a tus ancestros. Esto quiere decir que tenemos programas inconscientes que, como ya hemos explicado, influyen en nuestros pensamientos, creencias, emociones y acciones.

Una de las necesidades según la pirámide de Maslow y como seres sociales que somos es la necesidad de pertenencia. Y es que, según nuestra programación ancestral, la pertenencia al clan aseguraba la supervivencia.

Por eso, la necesidad de aprobación es tan importante para el ser humano. Eso sí, la pertenencia al clan ya no es tan necesaria para la supervivencia y podemos ir reacomodando esta necesidad.

Si tienes esta creencia de lealtad al clan, ésta puede estar impidiendo que progreses en tu vida. Y es que en ocasiones ocurre que si nuestros padres o familiares sufrieron penurias económicas y nosotros estamos ganando mucho dinero o tenemos éxito, podemos sabotear o rechazar oportunidades simplemente porque inconscientemente nos sentimos que estamos fallando a nuestra familia.

El que me vaya mejor en la vida y a mi familia le siga yendo mal en ese aspecto (sea dinero, amor o éxito profesional) nos puede hacer sentir malas personas, que estamos alejándonos de la familia.

O podemos temer incluso que alguien de la familia puede sentir envidia por nuestro éxito y entonces huimos de ello.

Y podemos auto sabotear nuestro éxito de muchas maneras: con peleas, discusiones o miedos.

Así que, si has identificado que tienes esta creencia de lealtad al clan, entonces necesitas trabajar esta segunda creencia. Además, si sanas esta creencia para ti, también la sanarás para todo tu clan y mejorarán las relaciones con tu familia.

Creencia #3 "Tener éxito supone una carga demasiado grande"

Ya lo dijo Mandela, parafraseando a Marianne Williamson: "Nuestro miedo más profundo no es que seamos inadecuados. Nuestro miedo más profundo es que somos inmensamente poderosos. Es nuestra luz, y no la oscuridad, lo que más nos asusta. Nos preguntamos: ¿quién soy yo para ser brillante, precioso, talentoso y fabuloso? En realidad, ¿quién eres tú para no serlo?"

Esta creencia también es muy común y es conocida como miedo al éxito. A priori, puede ser difícil de detectar porque en principio todos queremos tener éxito.

Pero en torno al éxito existen muchas creencias relacionadas también con nuestra familia o creencias culturales o de la sociedad.

Y es que vivimos en un mundo dual, por lo que ser exitoso puede verse desde la perspectiva positiva o la negativa.

Todos tenemos el poder de elegir desde dónde queremos verlo. Tener éxito puede conllevar tener mayor visibilidad, estar más expuesto o incluso ser criticado como comenté hace unos meses en este post contando mi propia experiencia.

Pero también puedes verlo de manera positiva. Tener éxito puede significar ayudar a más personas a transformar sus vidas, destinar parte de tus ganancias a las personas más necesitadas compartiendo tu riqueza o ayudar a tu familia a vivir de manera más acomodada, por ejemplo.

Si has detectado o crees que tienes miedo al éxito, puedes indagar sobre lo que supuso tu nacimiento en tu familia, si tu nacimiento fue celebrado, si hubo dificultades añadidas o eras considerado un niño difícil o rebelde.

Un niño nuevo en la familia debería ser motivo de celebración y alegría, pero cuando no es así (no somos hijos deseados, nacimos en un momento difícil en la familia, no nos pudieron atender como era debido o fuimos una carga para nuestros padres o cuidadores), entonces podemos creer que lo bueno de la vida, el éxito, es en el fondo motivo de problemas y dificultades... y tendremos la tendencia de huir del éxito, siempre que éste aparezca en nuestras vidas.

Creencia #4 "Si a mí me va bien, les irá mal a otros"

Esta creencia está muy arraigada en la sociedad debido a la educación que la mayoría hemos recibido.

A muchos de nosotros nos enseñaron que debemos ser humildes, no destacar para no hacer sentir incómodos a los demás y para ello no debíamos brillar.

Mostrar nuestros talentos o éxitos ha sido visto por muchas personas a lo largo de los años como un acto de arrogancia o prepotencia. Y para evitar ser juzgados y por esa necesidad de pertenencia que ya he comentado anteriormente hemos dejado en un segundo plano nuestros talentos y nuestros sueños o éxitos.

El éxito, como ya hemos dicho, tiene un precio. Es posible que te juzguen, te señalen, etc. Pero también podemos servir de inspiración a que otros también brillen, compartan sus talentos y cumplan su misión. Porque en realidad hemos venido a brillar.

Y yo te pregunto, ¿de qué le sirve al mundo si todos actuamos por debajo de nuestras posibilidades, si escondemos nuestros talentos, si infravaloramos nuestras capacidades? ¿No crees que si tan solo uno nuestros talentos pudiera ayudar a una persona sería egoísta guardarlo para nosotros mismos?

Si venimos a esta vida a brillar, a convertirnos en una mejor versión de nosotros, a ayudar a los demás con nuestros talentos y a dejar este mundo mejor de lo que nos encontramos, ¿por qué desperdiciar la oportunidad de tener una vida que merezca la pena?

Ya es hora de que dejes de vivir la vida de otros y empieces a vivir la vida que te mereces.

Y ahora que ya te he presentado las 4 creencias raíz principales, ¿has detectado cuál es la tuya?

Personalmente, yo tenía las 4 creencias y detectarlas me permitió transformarlas, transformando mi vida por completo.

Si te has dado la oportunidad de reflexionar cuál o cuáles son tus creencias, ¡enhorabuena! Has dado un gran paso. Y ahora, si quieres profundizar más sobre esta tema, cómo se manifiestan las creencias raíz en tu vida y cómo transformarlas, quiero invitarte a mi curso gratuito en vídeo "Las 4 creencias raíz que bloquean tu potencial" si todavía no lo has hecho. Además he añadido dos vídeos más donde explico una técnica muy poderosa para cambiar esas creencias raíz usando tu respiración y el cuerpo.

Y ahora que has llegado hasta el final, me encantaría que me contaras si has detectado cuál o cuáles son tus creencias. Tus aprendizajes pueden ayudar a que más personas puedan transformar también sus vidas. Y recuerda, el primer paso para transformar tus creencias es poner consciencia sobre ellas.


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