Las 7 claves del éxito y la fortuna de John D. Rockefeller, el hombre más rico de la historia moderna
John Davison Rockefeller fundador de laStandard Oil Company, es considerado como uno de los empresarios más ambiciosos, adinerados, exitosos, poderosos y polémicos de la historia.A lo largo de su vida, llegó a acumular una fortuna de aproximadamente $1.500 millones de dólares, que equivaldrían en la actualidad a más de $800 mil millones de dólares, lo que lo convierte en la persona rica de la historia moderna. Para que te hagas una idea de la magnitud de su fortuna, la persona más rica del mundo en este momento es Elon Musk, con una fortuna aproximada de $270 mil millones de dólares. De hecho, la fortuna de Rockefeller traída a la actualidad sería mayor que la suma de las fortunas de las 3 personas más ricas del mundo.
Si bien su vida, su carrera, su éxito y su fortuna siempre estuvieron rodeadas por la crítica y la polémica, es innegable que Rockefeller fue un genio para los negocios. Su compañía alcanzó dimensiones sin precedentes y se convirtió en un referente para el desarrollo de teorías administrativas modernas. Además, dejó un legado en diversas áreas a través de su fundación.
A continuación, te presentamos los 7 “secretos” detrás del éxito y la fortuna de Rockefeller. Son 7 elementos clave que nos permiten entender su forma de pensar y hacer negocios, y los cuales tú también puedes aplicar para lograr el éxito financiero y empresarial.
1. Cree en el propósito de tu vida
Rockefeller creía firmemente que su existencia tenía una razón de ser. Al respecto, afirmaba lo siguiente:
“Nadie nunca sospecha qué va a ser de su vida, sin embargo, siempre debes saber que naciste para algo más grande.”
Y esta creencia se vio reforzada cuando ocurrió un hecho que lo marcaría para siempre…
Corría el año 1867 y Rockefeller apenas estaba abriéndose paso en la industria petrolera. El empresario ferroviario Cornelius Vanderbilt, una de las personas más ricas del mundo en ese momento, estaba interesado en llegar a un acuerdo con una refinería de Cleveland. Entre las opciones que consideró se encontraba justamente la refinería del joven Rockefeller, así que lo citó a su oficina en Nueva York para negociar.
Entusiasmado, Rockefeller se preparó para la que consideraba como “la oportunidad de su vida”. Consiguió un tiquete de tren y se disponía a viajar, pero perdió el tren por unos minutos. Luego se enteró de que el tren que iba a tomar se descarriló causando la muerte a la mayoría de los pasajeros.
El empresario tomó este desafortunado episodio como una señal divina, asegurando que, si no había muerto ese día, era porque estaba para grandes cosas:
“Una catástrofe es también una nueva oportunidad.” –Fueron sus palabras.
Lleno de una confianza arrolladora, programó nuevamente su reunión con Vanderbilt y consiguió convencerlo de cerrar el trato con su refinería.
Este acuerdo dio un tremendo impulso a la empresa de Rockefeller, que rápidamente se posicionó como la refinería más grande de Cleveland y eventualmente seguiría expandiéndose hasta convertirse en una de las compañías más grandes del mundo.
Esa creencia de Rockefeller en el propósito de su vida fue, sin duda, una de las mayores claves de su éxito, pues lo llenaba de confianza y lo impulsaba a dar lo mejor de sí mismo en todos los proyectos que emprendía.
2. Ten un propósito más grande que el dinero
Para muchos, Rockefeller fue un ser codicioso a quien solo le interesaba el dinero y el poder, pero, paradójicamente, él argumentaba que su motivación no era precisamente el dinero:
“Nunca he tenido la ambición de hacer una fortuna. La mera creación de dinero jamás fue mi objetivo. Mi ambición ha sido siempre el construir… Si el único objetivo que tienes en la vida es volverte rico, nunca lo conseguirás.” –Afirmaba el empresario.
Cuando Rockefeller fundó la Standard Oil Company, se planteó como propósito iluminar todos los hogares de Estados Unidos con un kerosene seguro, de calidad uniforme y a un precio asequible para el ciudadano promedio. Quería que su producto fuera el estándar en el mercado, el preferido por los clientes. Su estrategia fue un completo éxito. En poco tiempo, el kerosene de Standard Oil Company ya era el más vendido en el país.
Luego, con la caída en la demanda de kerosene debido a la masificación de la energía eléctrica, Rockefeller comenzó a explorar nuevas oportunidades de negocio y se propuso el reto de impulsar los vehículos modernos con los carburantes que producía. En pocos años, la Standard Oil Company alcanzó niveles descomunales gracias a este enfoque, consolidándose como una empresa de escala global.
Si bien es innegable que Rockefeller era una persona extremadamente ambiciosa, es interesante que su ambición lo llevaba a perseguir propósitos más grandes que el dinero. De hecho, criticaba fuertemente a aquellos a quienes solo les interesaba el dinero:
“No conozco nada más despreciable y patético que un hombre que dedica todas las horas del día a ganar dinero por el dinero.” –Decía de forma contundente.
Esta es probablemente la lección más poderosa que podemos aprender de Rockefeller, pues es la base del éxito financiero y empresarial. En lugar de preguntarte: “¿Cómo puedo ganar $1 millón de dólares?”, mejor pregúntate: “¿Cómo puedo ayudar a 1 millón de personas?”. Si logras crear valor para millones de personas, esas personas estarán dispuestas a pagarte y te convertirán en millonario en el proceso.
¿Cuál es ese gran propósito que estás persiguiendo? ¿Qué es eso que te obsesiona y que tiene la capacidad de impactar la vida de millones de personas?
Deja de obsesionarte con el dinero y obsesiónate con aportar valor a la vida de los demás. ¡Ahí está la verdadera riqueza!
3. Aprende a trabajar de forma inteligente
Una característica muy importante de Rockefeller es que le obsesionaba la productividad.
“Una persona no tiene derecho de ocupar el tiempo de otra persona innecesariamente.” -Eran sus palabras.
No le gustaba perder su tiempo ni malgastar sus recursos, por ello procuraba construir sistemas que le permitieran optimizar sus resultados.
El exitoso empresario decía:
“El que trabaja todo el día, no tiene tiempo para ganar dinero.”
Esta corta frase encierra uno de los más grandes secretos del éxito de los millonarios: ellos no trabajan por dinero, hacen que el dinero trabaje para ellos.
La lógica del empleo tradicional funciona bajo el fundamento de intercambiar tiempo por dinero; es decir, te pagan por ceder tu tiempo y tu capacidad productiva a alguien más.
Cuando una persona no es consciente de sus conocimientos, habilidades, talentos y capacidad productiva, prefiere vender su tiempo para que otra persona lo administre. El problema con ello es que el tiempo es vida, por lo que no hay manera precisa de cuantificarlo. Quien decide vender su tiempo, realmente está cediendo su vida a cambio de dinero.
En lugar de vender tu tiempo, inviértelo en construir productos y servicios que puedas comercializar para aportar valor a los demás y generar ingresos para ti. Vender tu tiempo es el peor negocio que puedes hacer. Si no eres dueño de tu tiempo, tampoco eres dueño de tu vida. Son palabras fuertes, pero es la realidad.
En este punto, tenemos que hablar de dos conceptos muy importantes: Trabajo Inteligente e Ingresos Pasivos.
Con respecto al Trabajo Inteligente, debes entender que el trabajo duro por sí solo no garantiza el éxito. En tu camino a la riqueza no solo debes aprender a administrar tu dinero, sino también tu tiempo y tu energía. Deja de trabajar por horas y comienza a trabajar por objetivos. La productividad no se mide en horas, sino en resultados. Define objetivos claros que guíen tus acciones y que te permitan avanzar en el desarrollo de tus planes personales, profesionales y financieros.
Si quieres multiplicar exponencialmente tus resultados, es fundamental que aprendas a priorizar y delegar. Identifica cuáles de tus actividades diarias son las que te generan mejores resultados y enfócate en ellas, así sentirás mayor satisfacción por tu trabajo y tu progreso será mucho más rápido. Todo lo que puedas delegar, ¡delégalo! Las personas exitosas no venden su tiempo para ganar dinero, sino que invierten su dinero para ganar más tiempo.
“Prefiero ganar un 1% del esfuerzo de 100 personas, que el 100% de mi propio esfuerzo.” -Afirmaba Rockefeller.
También, aprovecha la tecnología. Usa herramientas que te ayuden a organizar, automatizar y optimizar procesos, así tendrás más tiempo y energía para seguir avanzando en tus planes.
Con respecto a los Ingresos Pasivos, estos hacen referencia a las fuentes de ingresos que no dependen de nuestro trabajo activo. Algunos ejemplos de Ingresos Pasivos que puedes crear son:
- Recibir dividendos por ser dueño de acciones de empresas.
- Obtener rendimientos por tu dinero a través de fondos de inversión.
- Tener una casa o local comercial en alquiler.
- Cobrar derechos de autor o royalties por algún invento o creación artística.
- Vender infoproductos usando herramientas digitales.
- Y ser dueño de un negocio.
Como puedes apreciar, crear un ingreso pasivo requiere de una gran inversión de tiempo, esfuerzo y/o dinero al comienzo, pero, una vez esté listo, te permitirá incluso "ganar dinero mientras duermes". En palabras de Rockefeller:
“¿Mi mayor placer? Ver cada noche las ganancias que desde la mañana me produjeron mis inversiones.”
Si trabajas de forma inteligente e inviertes para crear ingresos pasivos, estarás mucho más cerca del éxito financiero.
4. Permite que el dinero fluya
Además de tener el reconocimiento de ser la persona más rica de la historia moderna, Rockefeller también es reconocido como el mayor filántropo de la historia, pues llegó a donar más de $500 millones de dólares (equivalentes a aproximadamente $270 mil millones de dólares en la actualidad). Con este dinero financió diversas causas sociales relacionadas con educación, investigación científica y salud pública.
Este sentido filantrópico se debe a que Rockefeller veía el dinero como una corriente de agua que debía fluir para cumplir con su propósito y generar un impacto positivo en su entorno:
“Dios me dio mi dinero. Siempre he considerado un deber religioso ganar todo el dinero que honradamente pudiera y usarlo por el bien de mi prójimo según los dictados de mi conciencia…. Yo creo que es un deber del hombre hacer todo el dinero que pueda, conservar todo el que pueda y entregar a otros todo el que pueda.” -Decía el empresario.
También, en múltiples ocasiones dejó claro que no le interesaba llevar una vida de lujo, ocio y placer. Prácticamente dedicó toda su vida a la actividad empresarial. Cuando renunció a la presidencia de su compañía en 1911, se enfocó por completo a impulsar proyectos filantrópicos hasta su muerte en 1937.
“Es erróneo asumir que los hombres de inmensa riqueza son siempre felices… No se me ocurre nada menos placentero que una vida dedicada al placer.” -Afirmaba Rockefeller.
Para él, la mera acumulación de riqueza no era algo que lo llenara de satisfacción, por ello siempre procuró usar sus habilidades, talentos y recursos en pro de grandes propósitos que trascendieran más allá de su existencia. Hoy su legado continúa presente en diversos sectores, como el energético, el cultural, el educativo y el de la salud. Si bien durante su vida con su dinero pudo financiar sus ambiciones empresariales, su fortuna no se quedó estancada como un charco de agua putrefacta, sino que siguió fluyendo como una gran corriente de agua, tal cual como él lo quiso.
5. Aprovecha las oportunidades
Una de los aspectos más oscuros y polémicos de Rockefeller, era el de su forma de competir, pues no tenía escrúpulos a la hora de arrebatarle mercado a sus rivales.
En 1872, el precio del petróleo sufrió una caída debido a la sobreproducción, haciendo que los productores y refinadores redujeran considerablemente sus beneficios.
Rockefeller, que tenía una perspectiva más amplia del negocio que otros empresarios del sector que solo veían de puertas para adentro en sus negocios, aprovechó la crisis y su poder para seguir expandiéndose.
“La manera de ganar dinero es comprar cuando corre la sangre en las calles.” -Eran sus palabras.
Su objetivo era tener el dominio total del mercado del petróleo. Para lograrlo, puso en marcha un agresivo plan de crecimiento basado en adquirir o destruir a sus competidores. Aquellos que se negaban a venderle, al poco tiempo quebraban como consecuencia de la presión ejercida por Rockefeller, quien recurrió a guerras de precios y a otras estrategias cuestionables para doblegarlos.
Para 1882, Standard Oil Company ya controlaba más del 80% del negocio del petróleo en Estados Unidos y comenzaba a expandirse a otras naciones. Su poder era tal, que el propio Rockefeller se preocupaba de ser acusado de monopolio por las autoridades, dado que por ese entonces el gobierno ya empezaba a intervenir en la reglamentación de la libre competencia entre empresas.
Si bien Rockefeller llevó lo de “aprovechar las oportunidades” a un nivel poco ético, no deja de ser éste uno de los principales secretos de su éxito y del de muchos otros grandes empresarios. Warren Buffett, Carlos Slim y Bernard Arnault, entre otros, también han afirmado que sus fortunas las han construido gracias a aprovechar los momentos de crisis para realizar inversiones significativas y eventualmente beneficiarse cuando la situación económica se estabiliza.
Para aprovechar las oportunidades, hay que prepararse. Dicen que la suerte es cuando se une la preparación con la oportunidad. La mayoría de las personas sueñan con esa gran oportunidad que cambiará sus vidas para siempre, pero nunca se esfuerzan por prepararse para cuando llegue esa oportunidad. Puede que incluso la oportunidad que cambiará tu vida no sea una “gran oportunidad”, sino más bien una “pequeña oportunidad” que supiste gestionar hábilmente gracias a que te preparaste para hacerlo.
Hay que prepararse para las oportunidades; y, si las oportunidades no llegan, el prepararte te permitirá crearte tus propias oportunidades y aprovecharlas al máximo.
6. Nunca te conformes
“Conformismo” es una palabra que no existía para Rockefeller, y esto es algo que se puede apreciar en diferentes momentos de su vida…
Siendo apenas un niño, comenzó a trabajar vendiendo dulces y piedras pintadas a los niños de la zona en que vivía para poder ayudar a su madre con los gastos del hogar. También probó con la cría de pavos y ofreciéndose a realizar tareas para sus vecinos.
En su etapa de adolescente consiguió trabajo como asistente contable por $50 centavos al día. Como el dinero que ganaba no era suficiente, simultáneamente ofrecía sus servicios en otras empresas para generar ingresos extra. Luego de dos largos años de extenuante trabajo, le pidió a su jefe un aumento, pero él se lo negó. Frustrado por lo sucedido, decidió renunciar a su empleo para aventurarse a iniciar una empresa de comercialización de alimentos. Esta empresa creció rápidamente y le permitió construir una pequeña fortuna.
Aunque le iba muy bien con su primera empresa, él quería mucho más, así que utilizó sus ganancias para invertir en una prometedora industria: la industria del petróleo.
Guiado por su ambición, y en compañía de 4 socios, puso en marcha la firma “Andrews, Clark & Company”, dedicada a la refinación de petróleo, la cual llegaría a convertirse en la más grande refinería de Cleveland y eventualmente daría origen a la Standard Oil Company.
Para 1904, Standard Oil Company controlaba el 91% de la producción de petróleo estadounidense y el 85% de las ventas finales. Además, tenía presencia en decenas de países y se posicionaba como una de las empresas más grandes y poderosas del mundo.
Luego de retirarse de la actividad empresarial, el magnate petrolero creó la Fundación Rockefeller, que es considerada como una de las organizaciones filantrópicas más importantes de la historia.
Todos estos logros fueron gestados en gran parte por la mentalidad inconformista de Rockefeller, la cual se explica muy bien a través de una de sus frases más populares:
"No tengas miedo de renunciar a lo bueno para perseguir lo grandioso."
Aquí es importante hablar de “La Zona de Confort”, un concepto que hace referencia a ese estado en que nos sentimos cómodos porque todo nos resulta conocido y seguro.
La gran mayoría de las personas permanecen inmersas en zonas de confort llenas de situaciones que no disfrutan, pero que terminaron aceptando sencillamente porque se acostumbraron a ellas.
Siempre que intentes hacer algo que represente un riesgo o un gasto de energía para tu cerebro, escucharás una voz que te dirá cosas como: "Así estás bien, ¿Para qué arriesgarte?", "¿Y qué tal si no funciona?", "¡Cuánta gente queriendo tener tu empleo y tú quejándote!"... y muchas otras frases que te impiden renunciar a lo bueno para ir tras lo grandioso.
El mundo está lleno de personas que quieren recoger frutos de árboles que nunca han sembrado. Construir riqueza implica toda clase de riesgos y significa que debes estar dispuesto a desafiarte a ti mismo constantemente. Si sigues haciendo lo que siempre has hecho, seguirás obteniendo los mismos resultados que siempre has obtenido. Entonces, depende de ti si te quedas en la comodidad de lo conocido o te arriesgas a salir de tu zona de confort para ir tras objetivos mucho más grandes.
7. Cree en ti
Rockefeller nunca dudó de sí mismo ni de sus capacidades. Desde que era un ambicioso niño que se las ingeniaba para ganar dinero y ayudar a su madre, ya sabía que iba a lograr grandes cosas.
“A menos que creáis en vosotros mismos, nadie lo hará. Este es el consejo que conduce al éxito.” -Afirmaba con determinación.
Es una lección que suena a cliché, pero que encierra una verdad incuestionable: ¿Cómo vas a lograr el éxito si no crees en ti mismo?
Siempre habrá alguien que dude de ti, sólo asegúrate de que esa persona no seas tú.
Todos los grandes empresarios de la historia han creído lo suficientemente en ellos y en sus ideas como para tomar acción. Cuando las personas no creen en sí mismas, suelen llenarse de excusas para no tomar acción. Antes de obsesionarte con buscar una gran idea para cambiar el mundo y hacerte millonario, enfócate en trabajar en ti mismo para desarrollar la autoconfianza y las habilidades personales necesarias para asumir el reto de iniciar y liderar un proyecto empresarial. La idea puede fracasar, pero una persona llena de determinación y confianza en sí misma seguirá luchando hasta lograr su objetivo.
Conclusión
Bien, así concluimos estos“7 secretos de Rockefeller que lo hicieron millonario”. Como pudiste darte cuenta, realmente no son secretos complejos, sino más bien lecciones prácticas que sintetizan la forma de pensar y actuar de una de las personas más ricas de la historia. La mayoría de las personas se la pasan buscando toda la vida los secretos del éxito y la fortuna, pero, al analizar casos como el deRockefeller, y el de otros grandes empresarios, llegamos a la conclusión de que “secretos” como tal no hay, pues al final el éxito es el resultado de muchos factores: talento, disciplina, visión, constancia, determinación, ingenio, preparación, paciencia y hasta un poco de suerte.
Fuente: https://www.negociosyemprendimiento.org/2022/05/claves-exito-rockefeller.html