No queda duda. Las Agencias de calificación han jugado un papel muy cuestionable en la actual crisis financiera. Esta acusación va para las tres agencias de calificación de riesgos: Standard & Poor's, Moody's y Fitch, que hacen uso de modelos de valoración incorrectos y obsoletos. Y en su rol de ser árbitros del sistema financiero han pasado a hundir más la economía mundial.
Estas acusaciones no deben sorprender a nadie. El comportamiento de estos organismos es el resultado casi inevitable de una situación en la que los principales bancos seleccionan y pagan a este árbitro para que emita sus informes. Y las agencias seleccionan más por gustos que por consideraciones reales. Esta falta de independencia de las agencias calificadorascon la banca es el principalobstáculopara la falta de transparencia. Las agencias seleccionan vía compromisos, más que sobre hechos reales. De ahí que nunca advirtieran la crisis y que etiquetaran con AAA (triple A, la máxima calificación) a las hipotecas basura que reventaron Wall Street.
Una mirada no convencional al neoliberalismo y la globalización