La característica más notable de estas asanas o posturas de yoga es que nos permiten permanecer relajados en completa inmovilidad durante largos periódos de tiempo. La mayoría de sus variantes se realizan sentados con las piernas cruzadas. La cabeza y la columna vertebral permanecen en absoluta verticalidad neutralizando el tirón de la fuerza de la gravedad, lo que facilita la relajación de todo el cuerpo y por tanto, que al atención pueda interiorizarse profundamente.
En las asanas de meditación el cuerpo adopta una estructura piramidal que ayuda a equilibrar e incrementar los niveles de las energías vital y psíquica. En efecto, las posturas de meditación configuran un circuito energético cerrado, donde la energía al no poder disiparse fluye dentro del circuito, cargando los chakras e induciendo un nivel de consciencia mas profundo.
Uno de los efectos más notables de estas asanas de meditación es que, una vez regularizada y equilibrada la circulación energética, la energía es impulsada naturalmente hacia los centros superiores de l cerebro donde genera la activación y despertar de los mismos.La ejecución correcta de estas asanas de meditación incluye algunos detalles indispensables:
- Las rodillas han de quedar en contacto con el suelo. Par conseguirlo podemos ayudarnos utilizando un cojín que colocaremos en forma de cuña debajo de las nalgas. Cuando las rodillas contactan con el suelo, el abdomen queda relajado y permite una respiración libre.
- La respiración debe ser natural ubicándose en el área del ombligo. Una respiración exagerada desequilibra la postura.
- La verticalidad de la columna vertebral es esencial. Cuando la columna se arquea o inclina, aumenta el tirón de la gravedad y ocasiona que algunos músculos se tensen para compensar al postura. Poco a poco , aparece la incomodidad y la atención se dispersa.
- Por otro parte cuanto más intenso es el efecto de la gravedad, más fácilmente aparecen los síntomas del sueño. Todos sabemos que en la posición de de tumbado sobre la espalda, donde la gravedad ejerce una acción generalizada sobre todas las partes del cuerpo, es muy fácil dormirse. La verticalidad de la columna vertebral asegura una acción mínima de la gravedad, y por tanto una actitud más atenta y despierta.
- La inmovilidad del cuerpo es fundamental ya que de ella depende en gran medida la relajaciñon física y la quietud mental.
- La cabeza ha de permanecer en equilibrio, ni hacia delante ni hacia atrás. La nuca estará en línea con la columna vertebral. La espada derecha pero sin rigidez, los hombros y los brazos muy relajados. Las manos sobre las rodillas en gñana mudra o chin mudra.
- Toda postura de meditación ha de poseer dos cualidades fundamentales: “firmeza” y “comodidad”.