"Las asombrosas aventuras de Kavalier y Clay", Michael Chabon (2001)

Publicado el 29 abril 2014 por Joaquinvarela
Nunca he sido muy pro-yanki, enfermedad que a lo que se ve se va curando con la edad, porque voy aprendiendo que por allí se toman en serio algunas cosas largo tiempo olvidadas por estos lares. No, no les voy a hablar de la importancia del I+D+i (que aquí nunca se lo han tomado en serio), sino de los premios literarios. 
Del Pulitzer, en concreto, que a base de leer obras premiadas sin saberlo (La carretera, La maravillosa vida breve de Oscar Wao, Gilead...) he aprendido a considerar como un premio serio serio, de esos que reconocen la buena literatura. Así que, ni corto ni perezoso allí me puse a buscarme la lista de los últimos premiados , y en eso me ando.
Así, y no de otra manera llegue a Las asombrosas aventuras de Kavalier y Clay (Pulitzer 2001) nombre seguramente muy poco afortunado y que en otras circunstancias , y habiendo tanto libro de Dios que leer, le dejaría pocas posibilidades de estar entre los elegidos... 
Y me hubiera perdido un gran libro: denso, eso sí (más de setecientas...), una de esas novelas-río que cuentan media vida de nuestros protagonistas: dos primos judíos que se crían y despiertan a la vida en el -impresionantemente contado- New York de los años 40, de la preguerra y de la postguerra, unidos sobre todo por un profundo amor a los Cómics. 
Porque la historia se construye sobre todo a partir de esas dos cosas: Nueva York, simbolizado por el Empire State, la meca del sueño americano y de la libertad para un niño judío. Y el papel que juega el Cómic: en lo que tiene de arte, en lo que tuvo de liberación y de estímulo para los niños en una época convulsa. Reconozco que a mí, que he leído muchos tebeos (sí: tebeos. también teníamos calcomanías y no tatoos como dice ahora mi hija)  de los clásicos y mucho Superman (aunque Batman siempre ha sido mi favorito) , me ha hecho pensar en ellos de un modo muy distinto.
Así que, amantes del Cómic: aunque no soy nadie para daros recomendaciones, y comprendo vuestro temor a enfrentaros con semejante libraco, pienso que deberíais de dejar por unos días los dibujitos , echarle valor y subiros al Empire.