Las aventuras de Huckleberry Finn, de Mark Twain

Publicado el 11 septiembre 2014 por Belldandy @belldandy_18
Para cerrar el Lijmathon he escogido este clásico más que conocido, ya sea sólo de oídas o por alguna de sus adaptaciones. También es la lectura de Septiembre del reto de los imprescindibles, que el año pasado escogí La cabaña del tío Tom, novela con la que comparte contexto físico y temporal, así como toca el tema de la esclavitud.

De este autor leí y releí varias veces durante mi infanciaLas aventuras de Tom Sawyer, siendo, la novela que os traigo hoy reseñada, su secuela, así que es recomendable haber leído primero aquella, aunque no es imprescindible salvo porque empieza destripando su desenlace aunque sin entrar en detalles.Argumento: La viuda Douglas se convierte en la responsable del pillo Huckleberry Finn tras conseguir éste, junto con Tom Sawyer, una fortuna que el juez mantiene a buen recaudo generando intereses. El chico, que siempre había vivido libre e independiente, no termina de encajar en la rutina de rezar e ir a la escuela, aunque poco a poco se vaya acostumbrando. 


Todo se tuerce cuando reaparece por el pueblo su padre, un borracho violento incorregible que ha escuchado de la fortuna que ha conseguido su hijo. Decidido a reclamarla a través del chico, se lo lleva a una choza perdida mientras se desarrollan los pleitos.
Por otro lado, Jim, el negro que sirve a la señorita Watson, la hermana de la viuda Douglas, escucha que le quieren vender en Nueva Orleans. Decide escaparse de su ama antes de que sea tarde, persiguiendo la libertad que le permita comprar a sus seres queridos. En cierto punto, ambos se encontrarán y juntos empezarán un viaje lleno de aventuras.

Hace años que no releo Tom Sawyer, novela que disfrutaba por las aventuras que vivían los personajes. Ahora, de adulta, leer las andanzas de su mejor amigo me aporta otro tipo de experiencia que no sé decir si estaba en aquella y entonces no la supe apreciar. Y me refiero al tema de la esclavitud. Las aventuras divertidas y hasta absurdas también están presentes, pero yo me quedo con lo otro. Cuestión de edad.

No quiero decir que ésta sea una historia seria, al contrario. Contada en primera persona desde el punto de vista de Huck, va relatando los hechos sin demasiadas reflexiones éticas ni complejidad estilística. Es muy amena y entretenida. Aún así me quedo con su debate interno entre su lealtad con Jim y su deber de entregar a un esclavo fugado. La presencia del abolicionismo está ahí, pero no sale como bandera, pues Huck, por ser fiel a su amigo, cree estar haciendo algo mal al ayudarle. El autor no es Harriet B. Stowe, no usa su novela para criticar ese sistema injusto. Al contrario, Mark Twain es bastante favorable a él, lo que se aprecia en un desenlace que deja a todo el mundo contento, donde la libertad del pobre esclavo es dada, no conseguida. Prevalece el sistema.Por otro lado, la novela es una sucesión de aventuras, algunas que entrañan más peligro que otras, mientras bajan el río. Quizás como punto negativo podría decir que las aventuras no siguen un hilo, podrían haber sucedido unas antes y otras después o al revés. Me ha faltado una mayor conexión entre los hechos, aunque nada demasiado grave. 

En el periplo irán conociendo a diferentes personajes de toda condición. A destacar están el "Duque" y el "Rey", dos estafadores que van de pueblo en pueblo timando a la gente con todas las tretas que se les ocurren. Es sorprendente la cantidad de historias que son capaces de crear en un momento así como la ingenuidad de la gente que por unos motivos u otros les dan dinero. Huckleberry es un chico muy despierto que sabe buscarse la vida sin grandes problemas. Tiene buen corazón aunque él mismo se ve como una mala persona. No es inocente, sabe bastante de la vida a pesar de conservar cierta ingenuidad infantil que aparece sobre todo en los juegos con Tom. Es un personaje mítico y leyendo la novela se entiende por qué lo es. En sí mismo, representa la libertad y la independencia.Jim es un negro de inmenso corazón que ansía la libertad, pero es descrito con tópicos de la época: supersticioso, ignorante y con pocas luces. Es Huck el que lleva las riendas y el que toma la mayor parte de las decisiones siendo Jim el adulto de los dos. Ahí se ve el paternalismo de los blancos sobre los negros, la visión de que éstos no pueden hacer nada sin ellos. 

En conclusión, tenemos una entretenida novela de aventuras, clásica en todos los sentidos, y que merece la pena ser leída. No me ha gustado todo lo esperado, supongo que por dos motivos. El primero, que guardo en la memoria con mucho cariño a su antecesora y ésta no me ha llegado igual. Además, esta novela empaña mi recuerdo del personaje de Tom al convertirlo en un chico egoísta de muy mala manera, quien lo haya leído, me entenderá. El segundo, que esperaba un alegato más o menos velado contra la esclavitud y no ha sido así, lo que me ha decepcionado después de haber leído La cabaña del tío Tóm, no lo puedo negar.