Realizar una película deentretenimiento puro no es sencillo. Son pocos los grandes directores que searriesgan a filmar guiones que no pretenden descubrir, o interpretar, elsignificado de la vida. Entre quienes lo han intentado, sin duda alguna, StevenSpielberg es el que mejor lo hace.
Utilizando la técnica “MotionCapture” (en la que por medio de sensores adheridos al cuerpo de un actor realse capturan sus movimientos, para luego convertirlos en animación), Spielbergfinalmente adaptó a la pantalla grande el cómic del caricaturista belga Hergé.El resultado es: “Las Aventuras de Tintín: El secreto del unicornio”. Dicen queel proyecto dio vueltas en la cabeza de Spielberg desde los años ochentas delsiglo pasado.
La primera entrega de lasaga del joven periodista es aventura y entretenimiento de principio a fin. Son109 minutos, incluidos los créditos (con leves desmayos), de disfrute visual.
La acción se inicia a partirde que Tintín compra un pequeño barco, previo regateo, en un mercado callejero.Resulta que la nave es pretendida por otras personas, quienes ofrecen al periodistamás dinero del que pagó; de inmediato entiende que el recién adquirido juguete esespecial y se niega a venderlo. En efecto, algo se esconde en el navío, y losinteresados no pararán hasta obtenerlo.
Se trata de la clásicahistoria de resolución de un misterio, en donde el héroe hace gala de suvalentía e ingenio para adelantarse al villano de turno. La cinta conserva elespíritu de las tiras cómicas que aparecieron a partir del segundo tercio delsiglo XX, de hecho el cómic original circuló entre los años treinta y finalesde los setentas.
La habilidad de Spielbergpara fabricar productos de entretenimiento es innegable, tampoco se puede negarque tiene la suficiente maestría para construir universos y conseguir que elespectador se sumerja en ellos.
A medida que el filme avanzaaparecen personajes como: el capitán Haddock, quien se convertirá en elpersonaje central del misterio; Zakharine, el villano; Hernández y Fernández,los detectives de la Interpol, quienes “ayudarán” a encontrar la solución;entre otros; sin faltar, por supuesto, el fiel amigo de Tintín, el híper activofox terrier Milú.
“El secreto del unicornio” esun festín de imágenes. Producciones como esta hacen que se agradezca laexistencia de la tecnología 3D. La sucesión de escenas en tiempo presente yotras en flash back, son capaces de producir en los mayores una especie de “efectoRatatouille visual”, por medio del cual la imaginación se transporta a lainfancia. Para los pequeños, o para quienes no estén familiarizados con Tintín,se da la posibilidad de acceder a un mundo de entretenimiento y humor.
Echando mano de todo suoficio, ayudado por la tecnología; apoyado en un excelente guión de: StevenMoffat, Edgar Wright y Joe Cornish; y acompañado puntualmente por la música deJohn Williams, Steven Spielberg logra una película que vale la pena ver. Nofaltarán quienes digan que le falta profundidad, o los puristas quereclamen que no es fiel al original; cosas innecesarias cuando deentretenimiento se trata.
Calificación 9/10.