Las averías más frecuentes en el cicloturista (II)

Por Rafael @merkabici

181

Continuamos aquí con nuestro serial sobre las averías más frecuentes en nuestras salidas cicloturistas...y, claro, con algún que otro truco para intentar arreglarlas o prevenirlas. Y ya veréis como todas ellas os suenan...seguro que muchos las habéis sufrido. ¿Preparados? Pues continuamos.

    La rotura de cadena. Esta sí que es una auténtica pesadilla para el cicloturista. Y es que la ruptura de la cadena suele ser una avería que no tiene solución en la carretera y que resulta, por lo tanto, un momento sin vuelta atrás para tener que llamar a casa y que nos vengan a buscar. Aunque no siempre es así...

Las causas de la rotura de la cadena son muy variadas, pero todas ellas tienen que ver con el desgaste excesivo al que habremos sometido a nuestra cadena. Así, si existe algo de holgura entre los eslabones de la misma o si no está perfectamente engrasada habrá más posibilidades de que se rompa...aunque tienes que tener en cuenta que esto es algo aleatorio...si te toca, te toca. Por lo tanto, para intentar prevenir esta avería, rezos al margen, no nos queda otra que cambiar la cadena cada pocos miles de kilómetros (tres o cuatro mil sería lo ideal), limpiarla y engrasarla de forma regular, e intentar evitar llevarla demasiado cruzada (esto es, combinando plato grande y piñones también grandes o viceversa). Como hemos dicho en la mayoría de las ocasiones tener la cadena rota significa la obligatoriedad de llamar a casa para que te vengan a buscar...de hecho eso es lo deseable, porque si haces algún arreglo para salir del paso podrías deteriorar los dientes de plato y piñones. Pero en el caso de que no puedas contar con nadie, es posible arreglar esta avería, bien con un tronchacadenas (herramienta específica que, reconozcámoslo, no todos llevamos encima) o bien haciendo una pequeña chapuza, uniendo la cadena con un pequeño alambre e intentando no ejercer demasiada presión sobre los pedales...pero eso sí, no es nuestro consejo.

    Una dirección holgada. Tener la dirección holgada, notando que la misma no responde a la perfección a lo que le vamos transmitiendo, es otra avería relativamente frecuente. De nuevo la falta de mantenimiento es uno de los grandes causantes de la misma, junto con una potencia demasiado aflojada. Aquí hay que ser taxativos: si ves que la dirección está realmente suelta tienes que detenerte de inmediato y llamar para que te vayan a buscar, porque realmente te arriesgas a tener una caída grave. Eso sí, si tan solo tiene un poco de holgura siempre puedes intentar jugar con tu llave allen (y esta sí que la tienes que llevar siempre, siempre, encima) y probar a colocarla de nuevo, si no en su sitio, sí al menos de forma adecuada. En ocasiones tendrás que sacar la tapa que recubre la cruz del manillar, algo que puedes hacer con una llave o una moneda, intentando no rayar la potencia...

El próximo día te vamos contando más averías frecuentes sobre tu bicicleta y más formas sencillas de arreglarlas...porque te habrás dado cuenta de que todas estas ya las has sufrido en tus carnes, ¿verdad?