Las aves y los arroyos (secos) de Algete

Por Aver Aves @AverAves

Un sauce resiste en el arroyo Valdepalacio de Algete, acosado por cultivos.

Javier Rico

Con toda seguridad, a pocos escolares de Algete se les enseña que sus cielos acogen con frecuencia las siluetas majestuosas de buitres negros, águilas imperiales y cigüeñas negras; que a sus campos de labranza se acercan las avutardas; o que todos los arroyos que la atraviesan están secos, pero que su humedad latente hace que los frecuenten currucas, lavanderas, petirrojos y mosquiteros. Una visita por los cauces exhaustos de esta localidad del norte de Madrid nos demuestra cuánto podrían aprender esos escolares fuera de sus aulas.

Hay que decir de entrada que algunos escolares de Algete sí se han venido con Aver Aves a nuestras rutas. En concreto con las familias de Barrio Vivo, una asociación de este municipio que lucha denodadamente por preservar sus valores naturales, como la zona del río Jarama (la laguna de Las Huelgas) por donde hicimos el recorrido y donde se han empecinado en hacer un campo de golf. El último espaldarazo lo han recibido de la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife), y siempre tendrán el nuestro.

Pero los recorridos que hemos hecho durante el pasado puente del Pilar tuvieron como escenario zonas más urbanas de Algete, todas pegadas a colegios; tanto, que una de ellas la iniciamos bajo uno de ellos (CEIP Padre Jerónimo), ya que de ahí parte el cauce del arroyo de la Cerrada, una de las venas hídricas de la localidad.

Sobre las ramas secas de un álamo se aprecia la figura de un pico picapinos

Parte el cauce, que no su agua. Y ahí está la primera lección al aire libre que deben aprender alumnas y alumnos de este y otros centros escolares: ¿cómo y porqué hemos desecado este y otros tantos cauces fluviales? Como siempre, la inmensa tristeza de ver este lecho absorbido por un aparcamiento, una calle y un parque, la compensan el canto y deambular del pico picapinos y el pito real entre los álamos negros de lo que fue el nacedero del arroyo.

Descender por el cauce a la búsqueda de sus tributarios (arroyo de Valdepalacio y de la Dehesa Nueva) o, más alejado del núcleo urbano, del afluente del río Jarama al que acaba cediendo sus “no aguas” (arroyo de la Torrecilla) ofrece lecciones donde los vertidos de residuos, la sequía, la invasión de cauces y la extracción masiva de aguas explican cómo hemos maltratado a nuestros ríos.

Una lavandera cascadeña se pasea por la fuente principal dentro del arroyo de la Cerrada

Pero las zarzas, álamos, sauces, cañas y juncos que resisten en todos estos cauces informan de que aún queda la suficiente humedad para mantenerse en pie, y con ello a una extensa variedad de aves de ambientes acuáticos. Resultó muy gratificante ver a una decena de lavanderas cascadeñas y a otras tantas currucas capirotadas merodear por el caño más grande del parque de Las Fuentes.

Curso arriba del arroyo de Valdepalacio la biodiversidad alada se desborda. Papamoscas cerrojillos, verdecillos y mosquiteros comunes compiten por acaparar las retamas más frondosas desde donde hacer incursiones en busca de comida. Las tarabillas comunes, más tranquilas y encaramadas en lo alto de los arbustos, esperan su oportunidad.

Los tramos urbanos de los arroyos de Algete se han convertido en parques

En torno a ellas, los cultivos de cereal en rotación que han invadido todos los cauces o que les han sustraído hasta su última gota para alimentar balsas de riego, dejan oír a perdices, cogujadas y alondras y ver a conejos, liebres y zorros. Este elenco de fauna no pasa desapercibido para las señoras del cielo.

Continuamente se ven aves rapaces que merodean estos dominios para saciar su apetito. En estos días, de una tacada, se veían buitres leonados y negros, ratonero común y milano real, pero no es difícil apreciar también al águila imperial ibérica, que utiliza estos terrenos como área de campeo por la cantidad de conejos que lo habitan.

No vimos a la avutarda, que no se acerca tanto a lindes tan urbanas, pero sí a otra especie importante de estos ambientes. Un alcaudón real salió repentinamente de una zona arbustiva en busca de un lugar más seguro, dejando ver su figura y su vuelo. Todo un acontecimiento, teniendo en cuenta que, como dice SEO/BirdLife: “su declive es alarmante y esta tendencia hace saltar la voz de alarma al convertirla en una de las especies más amenazadas de la avifauna española en la actualidad”.

Un ejemplo de encauzamiento e invasión del cauce con un aparcamiento

Una lección más a aprender por los escolares de Algete: el precario estado de conservación de algunas de las aves que les rodean. A los del cole Padre Jerónimo se pueden unir los del Obispo Moscoso, Pedro Muñoz Seca, Valderrey y Virgen de Valderrabe. Pero también los de los institutos Al-Satt y Gustavo Adolfo Bécquer.

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