Desde el Museo de la Marina hasta las calles de Ámsterdam se hace patente un sencillo instrumento que permite calcular ángulos: la ballestilla. En navegación sirve para calcular la altura de un astro, sea Sol, estrella fija o errante.
El Museo exhibe tanto alguna ballestilla como los instrumentos de más precisión que la sustituyeron, pero es destacable como los artistas se encargan de reproducir en todos los formatos tan simple y efectivo artilugio.
La entrada al museo se hace en la zona con una alegoría que ya muestra el instrumento.
En el interior encontramos dos tapices de una batalla naval -enfrentamiento con los ingleses por la hegemonía- con hasta cuatro veces representada la ballestilla en la cenefa.
Un retrato de Ferdinand Bol (1616-1680) de un almirante también la representa junto al globo y el catalejo.
Las esculturas alegóricas de Ámsterdam y la navegación son otro de los lugares donde veremos la ballestilla.
Y en las calle no puede faltar tan fotogénico artefacto. En un edificio frente al muelle se vuelve a hacer patente.
Ámsterdam dominó el mar y el comercio durante el siglo XVII y la ballestilla es su símbolo.