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Las bebidas energéticas y sus riesgos en deportistas

Publicado el 03 octubre 2014 por Jmporense @futbolbaseymas
Las bebidas energéticas y sus riesgos en deportistas

Un estudio analiza los efectos positivos y negativos de las bebidas energéticas en los deportistas. Aunque en principio estos vieron aumentado su rendimiento deportivo entre un 3% y un 7%, también apreciaron un aumento de la frecuencia de insomnio, nerviosismo y el nivel de activación en las horas siguientes a la competición.

El consumo de bebidas energéticas ha aumentado en los últimos años. En el caso de los deportistas, su uso antes de la práctica deportiva también se ha multiplicado: más del 50% las toman en los entrenamientos e incluso antes de las competiciones.Una investigación realizada por expertos de la Universidad Camilo José Cela (UCJC) ha evaluado durante cuatro años los efectos, tanto positivos como negativos, que producen las bebidas energéticas sobre los deportistas.Así, deportistas de élite del fútbol, baloncesto, rugby, voleibol, tenis, natación, hockey y escalada tomaron el equivalente a tres latas de bebida energética o una bebida placebo antes de una competición deportiva.El rendimiento deportivo se midió con el uso de dispositivos GPS que determinaron la distancia y velocidad recorrida en deportes de equipo. También se utilizaron dinamómetros y potenciómetros para medir el rendimiento muscular en otros deportes. Los resultados, publicados en el British Journal of Nutrition, demuestran que los deportistas aumentaron su rendimiento deportivo entre un 3% y un 7%.Los deportistas aumentaron su rendimiento deportivo entre un 3% y un 7% con las bebidas energéticas“Es más –explica a Sinc Juan Del Coso Garrigós, uno de los autores del estudio y responsable del Laboratorio de Fisiología del Ejercicio de la UCJC– recorrieron más distancia en una competición en deportes de equipo; especialmente la recorrida a alta intensidad, relacionada con el rendimiento deportivo”.Según añade Del Coso, “las bebidas energéticas aumentan la capacidad de salto en jugadores de baloncesto, la fuerza y potencia muscular en escaladores y en individuos entrenados, la velocidad de nado en nadadores velocistas y la fuerza y la precisión del golpeo en jugadores de voleibol y el número de puntos conseguidos en tenis”.Insomnio y nerviosismoEn estos trabajos no solo se midieron parámetros objetivos de rendimiento deportivo, también se preguntó a los deportistas sobre sus sensaciones tras el consumo de la bebida energética y se midió la frecuencia de efectos secundarios en comparación con la bebida placebo.“Los deportistas se sintieron con más fuerza, potencia y resistencia con la bebida energética que con la bebida placebo”, apunta el experto. “Sin embargo, las bebidas energéticas aumentaron la frecuencia de insomnio, nerviosismo y el nivel de activación en las horas siguientes a la competición”.Su consumo produce un aumento de los efectos secundarios típicamente encontrados en otras bebidas con cafeína. Además, no se encontraron diferencias significativas entre sexos, en la percepción de sensaciones positivas ni en la aparición de efectos secundarios.“Las bebidas energéticas con cafeína son un producto comercial que puede aumentar significativamente el rendimiento deportivo en multitud de actividades deportivas”, sostiene Del Coso. “El incremento de su consumo está impulsado probablemente por las fuertes campañas publicitarias de las empresas de bebidas energéticas en relación al patrocinio deportivo”.Las bebidas energéticas están compuestas principalmente de carbohidratos, cafeína, taurina y vitaminas del grupo BNo aportan más energíaLas bebidas energéticas están compuestas principalmente de carbohidratos, cafeína, taurina y vitaminas del grupo B, con escasas diferencias en las cantidades e ingredientes entre las principales marcas de bebidas energéticas.Al contrario de lo que indica su nombre comercial, las bebidas energéticas no aportan más energía de la que hay en otras bebidas como los refrescos (~40 kcal/100 mL de producto), pero tiene un efecto ‘energizante’ relacionado con la estimulación producida por la cafeína.De hecho, ninguno de los otros ingredientes presentes en las bebidas energéticas y en las dosis que hay en una lata de bebida energética produce por sí un efecto significante sobre el rendimiento físico o cognitivo.La concentración de cafeína (32 mg/100 mL de producto) presente en las bebidas energéticas aporta un total de 80 mg de cafeína por cada lata (250 mL) aunque en la actualidad ya se comercializan envases con 500 mL.Varios mediosLas bebidas energéticas y sus riesgos en deportistas
EL MUNDO, ENERO 2014El 62% de españoles toma hasta siete litros al mes

Bebidas energéticas que dañan como drogas

  • Esta mezcla explosiva de cafeína y taurina estaba destinada para los gimnasios

  • Ya van 18 muertos en Estados Unidos por ingesta de este tipo de bebida

    Están a la vista, por todas partes. Son las Monster, Burn, Red Bull, Diesel, Missile... Las energy drinks o bombas hipertónicas. Con la segunda lata de una de ellas, Alberto terminó en el hospital. Llegó desorientado y con el corazón al trote por las taquicardias. Podría haberle ocurrido a su hijo, al mío o al hijo del vecino. Alberto forma parte de ese 62% de adolescentes españoles que pueden llegar a tragarse hasta siete litros al mes de bebidas energéticas, según la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés). Un misil de cafeína concentrada y taurina que a diario viaja en las mochilas de los escolares.La alarma ha saltado en el Reino Unido. Las bebidas energéticas, enlatadas con llamativos colores, dibujos de toros o rayos, son tan perjudiciales como las drogas. Lo advertía John Vincent, asesor en nutrición juvenil del primer ministro Cameron: «Son otra forma de droga». «Las intoxicaciones que producen, sobre todo en los de menor edad, llegan a ser muy graves. Y, lo que es peor, enganchan a los más pequeños», refrenda la doctora María Luisa Iglesias.Temblores. Inventadas en 1995 por los austriacos de Red Bull, las llamadas bebidas energizantes han salido de los gimnasios, su primer destino, y hoy están al alcance del cualquier mano. En gasolineras, máquinas expendedoras cercanas a colegios e institutos... Uno de cada cinco niños en España va a la escuela con ellas. Un combinado nada apto para menores. «Alteran su capacidad de concentración» y abundan las evidencias, según profesores y médicos, de que provocan vómitos, temblores e irritabilidad.A Alberto, estudiante de BUP, le bastó con ingerir 160 miligramos de cafeína y dos de taurina, los principales ingredientes activos de este tipo de bebidas. La cafeína estimula el sistema nervioso central y cardiaco, facilita la liberación de catecolaminas, como la adrenalina y la dopamina, y estimula la vasodilatación. La taurina [del latín toro, de cuya bilis se extrajo por primera, en 1827, este potente ácido] mejora la resistencia física. Una explosión de energía en pocos sorbos.No hay dosis. Incluso en cantidades moderadas «las consecuencias llegan a ser graves», advierte la doctora Iglesias, del departamento de psiquiatría de la Univ. Autónoma de Barcelona y al frente de las urgencias del Hospital Parc Taulí de Sabadell. «Se las toman cada vez más para estudiar [220 millones de latas se produjeron en España en 2012]».El mal trago ha llegado al Parlamento catalán, el primero aquí dispuesto a regular la venta de estas bebidas y «evitar un consumo excesivo, especialmente entre la población más joven». La propia Cruz Roja, a mediados de febrero, va a iniciar una campaña en Sabadell, con la distribución de folletos que advierten del peligro que conlleva el consumo descontrolado de bebidas energéticas, especialmente si se combinan con alcohol.Ya van 18 muertos, supuestamente a causa de la ingesta de estas bebidas en EEUU, donde un informe del Gobierno concluye que el número de personas que han acudido a urgencias por latas de empresas como PepsiCo o Monster Beverage se ha duplicado en los últimos cuatro años, pasando de 10.000 a 20.000. «Y en la mayoría de los casos los pacientes eran adolescentes y jóvenes adultos». Aquí «ni eso», dice la doctora Iglesias, «son niños de 9 o 10 años que van al colegio con la latita en la mochila».
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