Las bombillas de bajo consumo

Publicado el 16 enero 2014 por Yo Esto Lo Hago @yoestolohago

Hace ya algunos años que nos dijeron que las bombillas tradicionales o incandescentes se iban a ir sustituyendo por otro tipo de iluminaria, las bombillas de bajo consumo por su alto rendimiento frente a un consumo eléctrico mucho más reducido, pero no siempre es oro todo lo que reluce y pese a tener muchos punto a favor tiene algunos contras.
Vamos a comenzar diciendo que las bombillas de bajo consumo no es un descubrimiento reciente y hace ya muchos años disponemos en casa del “papá” alumbrándonos, hablo del tubo fluorescente y es que el sistema es el mismo, la diferencia radica en el uso de la electrónica para el sistema de encendido y la reducción del tamaño. En los tubos fluorescentes tradicionales el sistema de encendido pasa por un balastro magnético (en España se le llama comúnmente reactancia) y un cebador (condensador, starter) para la ayuda en el encendido, para sistemas más recientes se emplean balastro electrónico, más eficiente y que incorporan un sistema de encendido, por lo que no se necesita cebador externo, aunque aún se usa muy a menudo el modelo tradicional en este tipo de luminaria.
Las bombillas de bajo consumo contienen en la zona del casquillo un balastro electrónico y la bombilla en sí, no es más que un tubo fluorescente, algo obvio por el diseño de la mayoría que no dejan mucho hueco a la imaginación.
El rendimiento de las bombillas de bajo consumo con respecto a las incandescentes es considerablemente mayor ya que para una capacidad lumínica similar el consumo eléctrico es inferior:
Para conseguir la capacidad lumínica de una bombilla incandescente de unos 100w debemos adquirir una de bajo consumo de unos 25/30w, lo que significa un ahorro en el consumo de aproximadamente el 70%. La vida útil también es mayor, siendo de media entre cinco y seis veces más duraderas.

Que las bombillas de bajo consumo tiene buenas cualidades no es discutible, pero tampoco debe deslumbrarnos, también tiene aspectos negativos.
Podría hablar del precio con respecto a las incandescentes, pero creo que ya no es muy necesario debido al aumento de la demanda, que ha provocado una mayor competencia y por lo consiguiente mejores precios para el consumidor y pese a que siguen siendo más caras, rápidamente son amortizables debido a su menor consumo y mayor durabilidad.
Lo que nunca nos dijeron es que no notaremos una disminución considerable en la factura debido al cambio de las bombillas, si estas están situadas en lugares donde es frecuente el encendido y apagado ya que el mayor consumo se efectúa en el momento del encendido y solo son rentables si su tiempo es prolongado. El aumento de encendido y apagado también reduce la teórica vida útil.
Que nadie nos intente deslumbrar con ningún tipo de argumento ecológico, que las bombillas de bajo consumo no lo son y tenemos que tenerlo muy presente, especialmente en el momento de deshacernos de ellas. De hecho existe un debate abierto a raíz de que se prohibiera la fabricación de bombillas incandescentes en la Unión Europea y se promoviera las lámparas de bajo consumo por el contenido de vapor de mercurio que éstas poseen, por lo que constituyen un problema añadido para el consumidor y para el medio ambiente. Aunque no es cuestión de ser catastrofista ya que una correcta manipulación y la deposición en un lugar adecuado transcurrido su periodo de uso aliviarán estos inconvenientes, si es recomendarble tenerlos presentes.
(Alguien dijo LED??
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