El yoga aéreo o aeroyoga es una de las últimas tendencias en fitness que se practica en un columpio colgado del techo...
Puede que siempre nos hayan aconsejado tener los pies en la tierra, en cambio algunas de las últimas tendencias en fitness, como el aeroyoga o yoga en el aire y el aeropilates dictan más bien lo contrario. Despegarlos del suelo para practicar ejercicio colgado de un trapecio es básicamente lo que propone el entrenamiento antigravedad o antigravity training, ideado a principios de los noventa por el coreógrafo Christopher Harrison cuando, mientras utilizaba estas acrobacias para sus espectáculos artísticos, se percató de las posibilidades que ofrecía entrenar en suspensión. Así, acabó por registrar el método y crear su AntiGravity Lab en Manhattan, donde lleva experimentando y adoctrinando desde entonces.
En España, donde casi todas las modas llegan con algo de retraso, es ahora cuando comienzan a aparecer los primeros centros y gimnasios con clases de aeroyoga, probablemente la disciplina más relajante dentro del fitness en suspensión. El referente y precursor aquí es Rafael Martínez, quien ha formado a los primeros instructores de nuestro país y de toda Europa.
Las claves de este deporte que practican actrices como Gwyneth Paltrow y Sarah Jessica Parker o top models como la española Clara Alonso son la ingravidez, la creatividad y la conexión cuerpo-mente. La primera genera una placentera sensación de libertad, mientras que la creatividad aplicada a las posturas hacen del aeroyoga una forma de expresión artística con la que tomar conciencia de nuestro cuerpo, alcanzando un estado de bienestar tanto físico como psicológico. Practicado de manera constante, en cuatro semanas ya se pueden notar resultados.
El columpio de yoga o yoga swing es una especie de trapecio parecido a una hamaca de tela con una especie de brazos incorporados para insertar los brazos o piernas. Pende del techo o de una barra y es el elemento imprescindible en todas las fórmulas de entrenamiento antigravity. En ocasiones, además, se utiliza material adicional como mancuernas y gomas elásticas o aromaterapia y piedras calientes para facilitar la relajación durante las sesiones, que suelen terminar con los alumnos cómodamente tumbados en su columpio con las piernas en alto y experimentando un profundo estado de descanso.
Se recomienda la utilización de ropa ajustada, cómoda y preferiblemente de algodón para favorecer el movimiento, disfrutar de la ingravidez al máximo y evitar el roce con el columpio. Los pies, mejor descalzos.
Cómo elegir tu nivel
Existen tres niveles de dificultad e intensidad. El nivel 0 o restaurativo es el indicado para los principiantes o para la recuperación de lesiones, ya que el cuerpo todavía no se cuelga completamente del columpio, sino que todavía se permanece en contacto con el suelo.
El siguiente nivel, el nivel 1 consiste en la realización de las primeras posturas aéreas con ayuda o cerca del suelo. Aquí se trabaja la tonificación y la flexibilidad, así como la corrección de la postura.
En el nivel más alto del yoga aéreo, el 2, las posturas ya son acrobáticas, trabajando toda la sesión en el aire. Se requiere cierta forma física y algo de entrenamiento para llegar a hacer las posturas más inverosímiles. No es fácil, ¡pero tampoco imposible!
Beneficios del aeroyoga
- Aumento de la fuerza. Desarrollo de la musculatura de todo el cuerpo.
- Mejora de la flexibilidad y el equilibrio.
- Corrección de la postura y beneficios para la columna vertebral.
- Toma de conciencia del propio cuerpo incluyendo los órganos internos, que se estimulan con el ejercicio.
- Permite la rehabilitación de determinadas lesiones.
- Mejora de la circulación sanguínea y linfática.
- Beneficios para el aparato respiratorio.
- Favorece la concentración y el bienestar emocional, combatiendo el estrés y la ansiedad.
Original y sofisticado, con efectos inmediatos sobre el estado de ánimo y apto para todos los públicos - salvo estados avanzados de gestación y determinadas lesiones-, el aeroyoga se posiciona como uno de los deportes que más darán que hablar en los meses venideros, aunque de momento no es fácil dar con un centro certificado que lo instruya en todas las ciudades. ¿Qué tal si lo apuntamos en la agenda como otro de los buenos propósitos a considerar para el nuevo curso?..