Título: Las Brujas (The Witches)
Autor: El galés Roald Dahl, del que ya hablamos en la reseña de sus Relatos Escalofriantes, con las ilustraciones de su colaborador habitual Quentin Blake.
Lo leemos...: En digital, en el Kindle.
Sinopsis: ¿Sabrías reconocer a una bruja? Casi nadie puede. Nuestro protagonista aprenderá de su particular abuela no solo a distinguirlas, sino también a enfrentarse a ellas y a su maléfico plan para acabar con lo que más odian en el mundo: ¡los niños!
¿Cómo lo podemos definir?: Como un libro de tono fantástico, con toques de terror y humor por igual, dirigido a niños de 10 años en adelante, pero que como ocurre invariablemente con este autor, tiene un doble nivel de lectura que nos permite a los adultos disfrutarlo también.
¿Qué podemos destacar de él?: Que es divertidísimo, que se lee muy rápido, que desborda imaginación y que combina la fantasía y el humor con la postura crítica hacia los adultos y la complicidad con los niños recurrentes en Roald Dahl.
Leí este libro hace unos veinte años, y hace poco lo releí mientras hacía bici en el gimnasio. No exagero si digo que esta segunda vez lo terminé en una hora o poquito más, y es que es delicioso y muy entretenido.
El argumento, como siempre en Dahl, es imaginativo y muy ocurrente: Un niño de siete años pierde a sus padres, noruegos afincados en Inglaterra, en un accidente de tráfico. Tras ello, se va a vivir con su pintoresca abuela noruega, que fuma puros y es una gran narradora de historias. Ella le habla sobre las brujas y le enseña a distinguirlas. A lo largo de la trama, ambos tendrán que vérselas con ellas en un enfrentamiento divertido y con momentos realmente hilarantes.
Si habéis leído algo de Roald Dahl, cosa más que probable, sabéis que una de sus señas de identidad es su complicidad con los niños y con los ancianos, mientras que se muestra poco condescendiente con los adultos que han perdido su imaginación y su interés por todo lo que no sea el dinero. Asimismo, condena los defectos de los niños malcriados, como la glotonería, siempre dando un estrambótico escarmiento al infractor. Así, "Las brujas" no es ajeno a esta postura del autor, y tanto el protagonista como su abuela, de los que nunca sabremos el nombre, son tratados con mimo, con dulzura y condescendencia por Dahl, que en cambio no tiene piedad alguna con el resto de personajes. Personalmente, me encanta la crueldad y el ensañamiento que este autor puede tener a la hora de satirizar y caricaturizar.
Otro de los puntos fuertes de "Las brujas" son aquellas que le dan título al libro. Dahl crea un concepto de bruja propio, distinto por completo a los estereotipos más comunes y extendidos, y además de dotarlas de unos rasgos físicos grotescos y horripilantes (pero graciosos, como risibles son las medidas que deben tomar para ocultarlos) las convierte en enemigas declaradas de los niños, a los que odian y no soportan sin que la razón quede clara. Es tal el odio que les profesan, que los distinguen por el olor, recomendando Roald Dahl a los niños que no se laven con demasiada frecuencia, pues la mugre ayuda a protegerse de las brujas.
Debo decir que el aquelarre y el perverso plan de las brujas son de los más gracioso que he leído en un libro infantil, y que me recuerda tanto a los planes magistrales de los científicos locos como a los inventos del profesor Bacterio, lo que le añade además un punto de nostálgico encanto.
Añadir que las ilustraciones de Quentin Blake, con su conocido trazo sencillo pero efectivo, son un complemento idóneo para el texto, y en verdad un libro de Dahl sin las queridas estampas de Blake parece como que no es lo mismo, tan asociados tenemos, yo al menos, a uno y otro, tras tantos años leyendo sus libros.
Y además le gustaban los perros. ¡Otro punto para Mr. Dahl!
En algún lugar leí que este libro tiene una óptica sexista, en cuanto a que afirma que "cualquier mujer puede ser una bruja". Mi opinión personal es que no encuentro un especial encono de Dahl contra las mujeres, de hecho la abuela del protagonista es un personaje encantador y con una personalidad arrolladora. Pienso que simplemente intentó darle un giro siniestro, con un recurso típico de la literatura fantástica y de terror: la paranoia, el miedo a no estar seguros de lo que nos rodea. Por otra parte, los personajes masculinos tampoco salen bien parados, como el niño Bruno Jenkins y su padre, de los que no hablaré más para no incurrir en el spoiler.La obra tiene un cierto nivel de violencia, pero no es desmedida, y por otra parte se presenta aderezada con el humor negro tan propio del autor, y con un desarrollo tan rocambolesco y disparatado que la hace apta para un lector de corta edad.
Podríamos decir, por último, que el autor quiso hacer con "Las brujas" un homenaje a sus raíces, pues sus padres eran noruegos. Pese a estar ambientado en Inglaterra, hace continuas referencias a Noruega, y este país tiene un cierto peso en el argumento del libro.
¿Hemos subrayado algún párrafo?: Varios, aunque veremos alguno que sea ilustrativo y a la vez no revele demasiados datos de la trama:
"Mi abuela era noruega. Los noruegos lo saben todo sobre las brujas, porque Noruega, con sus oscuros bosques y sus heladas montañas, es el país de donde vinieron las primeras brujas. Mi padre y mi madre también eran noruegos, pero como mi padre tenía un negocio en Inglaterra, yo había nacido y vivido allí, y había empezado a ir a un colegio inglés. Dos veces al año, en Navidad y en el verano, volvíamos a Noruega para visitar a mi abuela. Esta anciana, que yo supiera, era casi el único pariente vivo que teníamos en ambas ramas de la familia. Era la madre de mi madre y yo la adoraba. Cuando ella y yo estábamos juntos hablábamos indistintamente en noruego o en inglés. Los dos dominábamos por igual ambos idiomas. Tengo que admitir que yo me sentía más unido a ella que a mi madre."
"–¡Los niños son rrrepulsivos! – gritó La Gran Bruja-. ¡Nos desharremos de ellos! ¡Los borrrarremos de la fas de la tierrra! ¡Los echarremos por los desagües!–¡Sí, sí! – entonó el público-. ¡Deshacernos de ellos! ¡Borrarlos de la faz de la tierra! ¡Echarlos por el desagüe!–¡Los niños son asquerrosos y rrrepugnantes! – vociferó La Gran Bruja.–¡Sí, sí! – corearon las brujas inglesas-. ¡Son asquerosos y repugnantes!–¡Los niños son sucios y apestosos! – chilló La Gran Bruja.–¡Sucios y apestosos! – gritaron ellas, cada vez más excitadas.–¡Los niños huelen a caca de perrrol -chirrió La Gran Bruja.–¡Buuuuu! – gritó el público-. ¡Buuuuu! ¡Buuuuu! ¡Buuuuu!–¡Peor que la caca de perrro! – chirrió La Gran Bruja-. ¡La caca de perrro huele a violetas y a rrrosas comparrada con los niños!"
¿Más datos de interés?: Sí. Existe una adaptación cinematográfica de gran fidelidad al libro, titulada originalmente "The Witches", y "La maldición de las brujas" en España, del año 1990, dirigida por Nicolas Roeg y producida por Jim Henson, con Rowan Atkinson y la grandísima Anjelica Huston como La Gran Bruja Mayor. [Ficha IMDB]
Creo que Anjelica Huston nació para hacer de bruja
Para su uso en el entorno educativo, la editorial Alfaguara dispone de una guía de actividades.Y con esto llegamos al final de esta reseña sencilla y cortita, como el libro del que trata. Libro que yo os recomiendo, independientemente de vuestra edad. Se lee de un tirón y tiene de todo: Una historia muy original, grandes dosis de humor negro, diversión y amenidad. Yo, por mi parte, voy a intentar descansar de los días de descanso. Nos leemos!