El Manual de Carreño
Hoy manejaba mi automóvil por la Avenida Arboledas de esta ciudad de Guadalajara, y vi a una dama bien vestida (hasta me pareció elegante y distinguida), conduciendo un auto de reciente modelo; de pronto se le emparejó un taxista que le quiso ganar el paso, y ella, ni tarda ni perezosa, levantó su blanca manita y le hizo una seña de lo más vulgar que pueda usted imaginarse. El taxista le respondió con muy sonoros recuerdos para su santa madre.
Y yo pensé: ¿Qué necesidad hay de estas cosas? Ninguna. Todo es cuestión de respeto a los demás. La antigua máxima: “Trata a los otros como quieres que te traten a ti”. Todos cometemos errores, claro está, pero siempre hay maneras de disculparse, de mostrar que no lo hicimos con mala intención. Lamentablemente, no es éste el signo de nuestros días: A cual más queremos demostrar poder, supremacía, “agandallar” a los demás, cualquiera que sea nuestra condición económica y social.
Pero no todo es lamentable en estos tiempos, hay otros signos que muestran una perspectiva más favorable. Yo soy, pese a mi edad, fanático de Facebook, y encontré hace poco un mensaje de la emisora de radio “El Circo”, que compartí entre mis contactos, quienes respondieron con muchos “likes”. Este mensaje menciona características de la gente perteneciente a la generación “pasada”, es decir, a la que muestra respeto a los mayores, pide permiso, saluda con una sonrisa, trata a los demás con amabilidad y ama a las personas por lo que son, no por lo que tienen.
Tal mensaje recuerda prácticas tan saludables en las relaciones humanas como son: “Por favor”, “buenos días”, “buenas tardes”, “perdón”, “gracias”, “hasta luego”, es decir, las buenas maneras que aprendimos de nuestros padres y de viejos maestros, quienes a su vez las tomaron del famoso educador venezolano del siglo 19, Manuel Antonio Carreño.
Es obvio que los protocolos de urbanidad cambian con cada época, pero quienes hoy formamos parte de la segunda y tercera edad no vamos a olvidar los que a nosotros nos enseñaron; por mucho que cambien, en el fondo prevalece el ideal de respeto a los demás, que no es cosa de religión ni de Estado, sino de simple sentido común. Ojalá que las nuevas generaciones los retomen por su bien, por el bien del país en que nacieron y por el mundo que les tocará vivir.
Artículo publicado por el diario La Crónica de Hoy Jalisco en su edición del viernes 6 de febrero de 2015.
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