‘Las calles de la memoria’, el regreso a la poesía de Simón Hernández

Publicado el 18 abril 2016 por Delecturaobligada @DelecturaOblig

“La poesía tiene sentido cuando las personas se identifican con ella”, afirma el poeta

Antes de hablar de su nuevo libro, puede contarnos los motivos por los que dejó aparcada su faceta de escritor durante un tiempo.

Simón Hernández/ Facebook del autor

A veces es necesario alejarse de las cosas para verlas con cierta perspectiva. Cuando todo el tiempo estás sumergido en un continuo aplauso, llega el punto en el que no tienes nada que aportar a la poesía. Quizás lo que creas suena muy bonito, pero la poesía tiene que hablar de la verdad porque la verdad es muy poderosa aunque sea simple. Solo la verdad abre las puertas de la poesía, a cualquier hora del día y a cualquier hora del corazón.

Y, ¿qué le hizo volver?
La pasión que es aquello que da vida a las cosas. Para cada momento hay un trozo de pasión, soledad, ternura y nostalgia, yo creo que el oficio del poeta es vivir y contar el mundo desde esa lente. Pero todo empieza en la pasión, en las ganas locas de vivir.

Ahora sí. ¿Cómo surgió Las calles de la memoria?
Por la necesidad de hacer algo nuevo, pero con otros ojos. Hasta ahora era un niño que soñaba con ser poeta, ahora tengo que ser poeta porque hay versos y poesías que así me llaman (aunque yo quiera alejarme de ello). Ahora tengo la necesidad de serle fiel a mis raíces, de buscar en la exquisitez de las cosas simples el eco de lo popular, de aquello que hace a las personas iguales por el simple hecho de ser persona. La poesía no entiende de clases, entiende de reconciliar a las personas con su pasado.

¿Qué nos puede desvelar en los poemas?
De la necesidad de pedir disculpas. Disculpas por estar tanto tiempo alejado de la tierra, del mar, de los críos que corren por las casas viejas. De la dignidad que deja la infancia de nacer en una familia que ha tenido que trabajar de sol a sol para ganar un trozo de pan que siempre fue nuestro. Pedir disculpas era la única forma de recordar que la libertad no es un derecho de nacimiento, sino una herencia a la que hay que regalarle libros y excursiones.

¿Cuánto tiempo le llevó construir el libro?
He estado tres años con él. Tres años de disfrutar de la emoción que te da escribir un libro. La dimensión de lo público es otra cosa muy diferente. Cada día me cuesta más aceptarla desde que decidí salir de ella.

Y, durante ese tiempo, ¿qué fue lo más duro del proceso?
Enfrentarte a los momentos y a su contexto. Cuando uno escribe empieza a cicatrizar una herida que quizás lleva años sin cuidarse. No siempre es fácil hablar con uno mismo, creo que es la conversación más difícil de mantener.

Nos gustaría que nos hablara un poco de la portada. ¿Qué quiere transmitir con ella?
La mirada atrás. Aquello que hemos sido y es necesario aceptar para volver a ser.

En su página de Facebook ha dejado caer que habrá una gira de presentaciones. ¿Tiene ya fecha y lugares establecidos?

Fuente: facebook del autor

La primera será el día 28 en Cartagena pero estaremos en muchos sitios más (Murcia, Almería, Granada, Tarragona, …) que iremos anunciando por las diferentes redes sociales y medios de comunicación.

Para quienes quieran ir con su libro para que se lo firme, ¿dónde está disponible Las calles de la memoria?
En cualquier librería se pueden poner en contacto con la editorial y yo se lo haremos llegar lo antes posible. La primera edición está prácticamente agotada. Ya estamos trabajando en la segunda.

Suponemos que ya lo ha leído su círculo más próximo. ¿Qué le han comentado?
Pues ellos dicen que es totalmente diferente, mucho más maduro y que dará mucho que hablar en aquellos círculos donde antes me veían como un niño.

¿Qué le gustaría que sintieran los lectores al leerlo?
Que lo hicieran suyo, la poesía tiene sentido cuando las personas se identifican en ella, cuando cogen un poema y lo convierten en un marco donde la foto es la memoria.

Para acabar, ¿qué libro recomendaría a nuestros lectores?
Memoria de mis putas tristes, este fue quien dio madurez a un niño.