AutoconclusivoEditorial: EsenciaISBN: 9788408183846
Sinopsis:Si estuvieras en el cine viendo el tráiler de una comedia romántica, ahora aparecería un comisario guapo, Víctor Albalate, también llamado Conan, una agente atolondrada, Diana Sierra, y hasta varias escenas con disparos incluidos. Pero, ¡ah!, estás con un libro entre las manos, y lo único que te queda es leer para averiguar por qué el comisario, un tipo duro y agresivo, consigue hacer temblar a Diana sólo con su voz y por qué, después de cada revolcón, ella no consigue evitar que él se esfume de su lado. Y, sobre todo, descubrir de dónde salen unas misteriosas campanas de chocolate.Una novela romántica, desenfadada, actual, plagada de situaciones y de diálogos muy divertidos, y que te deja con una sonrisilla y un suspiro en los labios.Opinión:Cuando vi este libro entre las novedades supe que tenía que leerlo si o si, ya había leído algo de Yolanda y había disfrutado mucho, así que era una apuesta segura.
Las campanas no son solo para las iglesias nos cuenta la historia de Diana, una agente de policía bastante peculiar y con la que lo vais a pasar genial. Mete la pata cada dos por tres, no tiene filtro y es muy divertida.Pero también nos cuenta la historia de Víctor, más conocido como Conan, el comisario que intenta meterla en vereda y, evidentemente, no lo está consiguiendo.Es un tío serio e intenso que, en algunos momentos te dan ganas de secuestrar y en otro de matar, que tío más desesperante.Es una historia muy divertida en la que vemos como se sacan de quicio uno al otro mientras surgen otro tipo de sentimientos, que hacen que disfrutes y te rías un montón durante la historia.No todo es tan desenfadado como parece y es que Conan es hermético como él solo y la pobre Diana no sabe qué hacer para que se abra y le diga qué puñetas pasa… y eso hace que se desquicie y le desquicie a él y se peleen…y… claro, una cosa lleva a otra…Me he reído tanto con estos dos… aunque en algún punto he llegado a enfadarme, con él por cabezón y con ella por no mantenerse firme.
Mi pega a la historia es que, llegado un punto, marea mucho precisamente con el comportamiento que decía antes y para mi gusto empieza a cansar un poco y, si a eso le sumamos, que me hubiese gustado que le sacase más provecho a la trama policial, son factores que hacen que no sea una historia tan genial como pintaba en los primeros capítulos.
Aun así, es una historia muy entretenida y divertida, pero no va más allá de eso.Eso sí, lo recomiendo como lectura ágil y fresca para desconectar entre lecturas más densas, te hace pasar muy buen rato y eso se agradece.
Las Campanas No Son Sólo Para Las Iglesias es una historia llena de risas, momentos peculiares y atracción. No va a pasar a mi top, pero no descarto releerlo porque es fresco y divertido, genial para desconectar.